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Por Félix Sautié Mederos
Crónicas Cubanas
Telesur, tal y como algunos lo habíamos pronosticado, se ha convertido, sin proponéroslo específicamente, en un centro de difusión de las ideas y conceptos que deberían tenerse en cuenta en Cuba con vistas a dejar atrás esquemas y actitudes obsoletas que limitan sensiblemente la vida de los cubanos. Es evidente que lo que hacen es reflejar la vida de los venezolanos, sus avatares, sus posibilidades, sus actitudes y el desenvolvimiento de los acontecimientos. Sé bien que algunos, de acuerdo con sus posiciones políticas e ideológicas, podrían señalarle insuficiencias y limitaciones a lo que está publicando Telesur sobre lo que sucede en Venezuela actualmente; pero en mi criterio eso no viene al caso ni afecta lo que voy a señalar comparativamente al respecto de Cuba y sus realidades. No pretendo, pues, inmiscuirme en cuestiones muy específicas que corresponde a los venezolanos dilucidar, aunque tampoco pretendo apartarme de mis convicciones de hombre de izquierda que está plenamente a favor de edificar un socialismo participativo y democrático, así como de mis posiciones latinoamericanistas a favor de la unidad de nuestros pueblos enfrente a los poderes imperiales que durante mucho tiempo nos han considerado como su traspatio.
No oculto mi admiración y quiero consignarla claramente para que no queden dudas al respecto antes de continuar, por el presidente Hugo Chávez quien ha transitado los umbrales de la vida eterna y mis deseos porque su sucesor sea capaz de continuar el proceso bolivariano erradicando deficiencias, errores y dificultades que le permitan afianzar lo logrado y alcanzar nuevas metas con vistas a concitar la mayor suma de felicidad y bienestar posible para su pueblo, principalmente para los más humildes, así como establecer un clima de entendimiento y convivencia entre todos los venezolanos que les facilite desarrollar plenamente a su Patria y coadyuvar con eficiencia a la unión de los pueblos de América Latina y el Caribe conque soñaron nuestros próceres en lo que José Martí denominó como “Nuestra América”. Sigue leyendo