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censura, Espacio Laical, Iglesia, Lenier González Mederos, prensa, religión, revista, Roberto Veiga
Observatorio Crítico de Cuba ha conocido de la liberación de Roberto Veiga y Lenier González de sus funciones editoriales en la revista Espacio Laical.
Observatorio Crítico de Cuba reconoce la contribución de Roberto y de Lenier, en su mandato al frente del equipo editorial de Espacio Laical, como de importancia fundamental para la apertura de nuevos ámbitos de libre expresión de ideas y de diálogo crítico en la geometría política de nuestro país.
Hemos de reconocer también que para Cuba ello significó no sólo un salto cualitativo en la profundidad del cuestionamiento social y de la imprescindible confrontación pública entre criterios diversos y a veces opuestos (hecho que consideramos normal y deseable), sino también más oportunidades para aportar ideas conducentes al empoderamiento veraz de los grupos menos favorecidos que conviven en nuestra sociedad.
Frente a la complejidad de los cambios actuales en Cuba y en el mundo, Observatorio Crítico se solidariza y se identifica plenamente con los destinos históricos de esos sectores populares, al tiempo que se declara contrario a todo conservadurismo ultramontano, autoritario o burgués.
Sin presumir jamás identidad absoluta en nuestros criterios, agradecemos a Roberto y a Lenier por una labor periodística que fue aporte práctico a las búsquedas de caminos para gestar protagonismos populares solidarios, creativos y no-violentos, en una Casa Cuba que soñamos y creemos posible, abierta al aire fresco y protegida contra toda tempestad dictatorial, militarista o de contienda civil, casa verde por naturaleza y por esperanza, sin habitáculos para señoríos ni servidumbres, donde el desenvolvimiento humano en libertad no tenga por qué reñir con la convivencia en justicia social, pues la libertad de cada cual comienza justamente donde comienza la libertad de l@s demás.
La Red Observatorio Crítico de Cuba les desea a Roberto y a Lenier que su paz espiritual siga siendo interpelada por nuevos y más radicales desafíos en la creación de una Cuba mejor, que, –como Uds.- en nuestro sentir más íntimo y en nuestro acometimiento público, sabemos que es posible.
Porque obra común es realidad actuante. Y lo que Uds. hicieron, perdurará.