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Crónicas Cubanas
En recuerdo de San Marcelino Champagnat cuando se cumplen 200 años Maristas
Queridos lectores de Crónicas Cubanas
Ha llamado con mucha intensidad a mi conciencia y siento el deber espiritual de expresarlo en mis Crónicas Cubanas -que publico con el propósito de conducirme como cronista de mi época-, un correo recientemente circulado entre los que estudiamos en los colegios de los Hermanos Maristas de Cuba, por monseñor Emilio Aranguren, Obispo de Holguín y antiguo alumno Marista. Con un planteamiento esencial para todos los ex alumnos Maristas de Cuba que, entre otras cuestiones importantes, expresa textualmente en unos párrafos básicos: “La Congregación de Hermanos Maristas está celebrando el 200º aniversario. Somos parte de ella. Recemos y demos gracias… ¿No será este uno de los posibles caminos a tener en cuenta cuando leemos el texto del Mensaje del Superior General (Hno. Emil Turú FMS) con motivo de la Fiesta del Fundador, en la que insiste que hay que prepararse y estar dispuesto para ‘cambiar’?”.
En medio de la complicada existencia terrenal que he vivido, desde mis primeras enseñanzas recibidas a la fecha; con realizaciones
personales, luchas existenciales, logros, errores y reveses, todo ello propio de lo específica que es nuestra condición humana, he podido comprobar con mis ya muchos años de vida que, en lo más profundo de mi ser, se encuentran las luces y las semillas sembradas para siempre por quienes fueron mis primeros educadores maristas, incluso en medio de las imperfecciones y errores que toda obra humana tiene per sé. Sigue leyendo