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Crónicas Cubanas
Por Félix Sautié Mederos
Queridos lectores de Crónicas Cubanas
Hay tranquilidades que pueden ser realmente complicadas y
superficiales, porque cuando esas tranquilidades se identifican con las pasividades que lo detienen y lo silencian todo y que pujan por detenernos en el tiempo a todos -y valgan las redundancias del término todos-, aplazando para futuros indefinidos los cambios que son necesarios al propósito de correr hacia adelante, al ritmo del movimiento que es inherente a la naturaleza y la sociedad, se crean entonces estancamientos contra natura, que nada bueno pueden traernos. Lo que expreso es una opinión muy personal, que quiero plantear desde mi Rincón de Centro Habana en el mismo centro de la Capital de todos los cubanos porque, ya en el 5to mes del año decisivo 2017, percibo una tranquilidad extraña y no consecuente con los movimientos previos que deberían ser necesarios en un período de tiempo tan decisivo para el anunciado relevo generacional de la Revolución Cubana, que biológicamente ya no puede esperar más.
En estas circunstancias, identificar y rechazar esas tranquilidades devenidas pasividades que pueden ser irreales, mientras que se gestan a lo interno de la sociedad complicaciones no consideradas por la falta de análisis y de diálogos consecuentes, constituye una responsabilidad que los revolucionarios conscientes no podemos eludir; sobre todo si tenemos como nuestra base de acción los principios éticos planteados en el legado de Fidel que no es ocioso citarlos con reiteración: “Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro
internacionalismo.”
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