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Por Daniel Santos Consuegra
El 23 de diciembre 2011, el Presidente de la República, Raúl Castro, en la Clausura del Octavo Período de Sesiones del Parlamento Nacional, expresó: “Estoy convencido de que la corrupción es hoy uno de los principales enemigos de la Revolución, mucho más dañino que la actividad subversiva e injerencista del Gobierno de los Estados Unidos y sus aliados dentro y fuera del país”.
Hace más de un año fue escrito un artículo, sobre el mismo tema en cuestión que trata el General de Ejército, por uno de los intelectuales que fuera Director del Centro de Estudios Históricos sobre los Estados Unidos, adjunto a la Universidad de La Habana, profuso investigador de los temas relacionados con las relaciones Cuba-EE.UU, las problemáticas raciales, entre otras temáticas, colaborador en la Mesa Redonda de la Televisión Cubana, ensayista con su propio blog en la Red y militante del Partido Comunista de Cuba. Militante del PCC hasta un buen día.
Se trata del Dr. Esteban Morales, el cuál en un artículo titulado Corrupción: ¿la verdadera contrarrevolución? se expresaba anticipada y exactamente en los mismos términos: En realidad, la corrupción es mucho más peligrosa que la llamada disidencia interna. (…)Pero la corrupción resulta ser la verdadera contrarrevolución, la que más daño puede hacer, porque resulta estar dentro del gobierno y del aparato estatal, que son los que realmente manejan los recursos del país.
¿Alguien observa diferencia entre ambos planteamientos? Seguramente no. Entonces, ¿alguien puede explicar por qué entonces el Comité Municipal Playa del Partido Comunista de Cuba, bajando una orden a la organización de base del Partido a la que pertenece el Dr. Esteban Morales tomó la decisión de separarlo de sus filas por la publicación de este artículo? Un artículo donde especialmente denunciaba el carácter contrarrevolucionario de la corrupción existente en el país. (*)
Este artículo de Morales lleva en su título signos de interrogación. Es decir, es un recurso de pura retórica, pero al mismo tiempo es un signo de humildad intelectual. El texto deja bien claro que se trata de la constatación de un mal que se ha convertido en un malestar viral (corrupción), produciendo un efecto mucho más negativo (contrarrevolución), y que precisa de una solución urgente (control). Pero no hay cifras, no hay plena certidumbre de la “cosa”, en tanto no se pueden ver todos los casos. Por el contrario, el General dice estar convencido. Yo también. Sigue leyendo