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Emilio Santiago Muiño, España, La Casika, libertario, popular
Por Emilio Santiago Muiño
De las innumerables cosas que a lo pobres nos han quitado, una de las más dolorosas es la posibilidad de hacer memoria, y con ella, de construir realidad. Debajo del discurso oficial de lo que pasa, pasan muchas más cosas, también muy importantes: luchamos, desarrollamos alternativas, nos levantamos de golpes duros y a veces también, aunque cueste creerlo, disfrutamos de pequeñas victorias. Pero hasta que no ganemos definitivamente, nuestra historia no la contará nadie, y los momentos se perderán como lágrimas en la lluvia, que decía el replicante Roy Batty en Blade Runner.
Permitidme imaginar por un momento que sí ganaremos, y hablar, como si hubiéramos vencido, del acontecimiento más importante que ha ocurrido en Móstoles en los últimos 15 años: la existencia de La Casika. Hablaré de él desde el corazón, porque se trata de un lugar que amo. Si Móstoles tuviera un tesoro, sin duda sería su patio, donde tantos nos hemos enamorado tantas veces: allí perdí la cabeza por una chica, di el primer concierto de mi grupo de música, supe de la noticia más importante de mi época (el pico del petróleo) 10 años antes de que hablaran de ello en las universidades, y sentí muchas veces la piel de gallina al comprobar y participar de nuestras posibilidades reconquistadas. Y sé que mi historia es una de miles, igual de especiales, igual de intensas. Sigue leyendo