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Por Rogelio M. Diaz Moreno
Sobre nuestro tablero mediático–político se ventila periódicamente esta discusión. Versa sobre qué es ser revolucionario y contempla gran apasionamiento.
Enrique Ubieta afirma que lo principal es obedecer al gobierno cubano. Este actor, argumenta, es el revolucionario mundial por excelencia que se opone al imperialismo estadounidense. [1] Similarmente, Iroel Sánchez clama que la “alternatividad” legítima es la de los medios afines al gobierno de La Habana. [2]
Los integrantes del proyecto matancero Joven Cuba entran de lleno en esta discusión. Propugnan un discurso que pretende alguna autonomía de las fosilizadas estructuras oficiales.
Se podría intentar una disección del presente debate. Indagar por su oportunidad será fundamental. Nótese que, mientras nos concentramos en ello, el sistema socio político cubano consolida sus elementos liberales. Desde las esferas del poder se ensaya con la sociedad y las aspiraciones de las sociedades consumistas.
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