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Observatorio Crítico Cubano

~ ¡Lucha tu yuca, taíno!

Observatorio Crítico Cubano

Archivos de etiqueta: gobierno

Ya entrando en el 2016, pero aún no han entendido nada

29 martes Dic 2015

Posted by luchatuyucataino in Política

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antiautoritarismo, bloqueo, burocracia, ciudadanía, consenso, corrupción, Crónicas Cubanas, Cuba, debate, democracia, derechos humanos, discriminación, emigración, espacio público, Estado, Estados Unidos, Félix Sautié Mederos, gobierno, inmovilismo, Ley de Ajuste Cubano, Navidad, reformas, religión, sociedad


CRÓNICAS CUBANAS

Por Félix Sautié Mederos.

Cada final y principio de año, se nos crea una profunda carga subjetiva sobre nuestra conciencia y nuestro Ser Interior, dado la información que recibimos y la que no recibimos que afectan nuestras perspectivas del futuro cuando comienza un nuevo año, así como por motivo de las actividades conmemorativas y festivas que se desarrollan en cada país en esas fechas de acuerdo con su cultura y tradiciones.

En Cuba estuvieron muy anuladas las fiestas navideñas e incluso minimizadas las de fin de año, ambas con sus símbolos y adornos externos; y aunque con cierta recuperación aún continúan anuladas en mi criterio muy personal. Incluso el pueblo este año 2015 poco se ha manifestado con sus acostumbradas alegrías externas. Sobre este asunto he escrito años tras años pero me parece poco, porque en sus esencias considero que ha estado sutilmente encubierto por causa de un propósito no declarado de manipular la alegría y el entusiasmo, tal y como si respondiera a una cierta preocupación y voluntad de mantenerlo todo muy apagado por miedo a cualquier explosión de entusiasmo que las cúpulas no pudieran controlar. Además ha sido determinante también la incidencia de los prejuicios secularizadores extremos de la sociedad que se resisten a aceptar todo lo que no sean aniversarios y conmemoraciones propias del proceso revolucionario, cada vez más lejanas de las personas principalmente de los jóvenes que no las vivieron y que tampoco aceptan las constantes presencias públicas y mediáticas como si fueran los únicos líderes de opinión, de personas desgastadas y detenidas en el tiempo que siempre dicen lo mismo y hacen lo mismo, lo cual ha sido lo habitual en las reuniones, asambleas y congresos que se han estado celebrando durante todo el año 2015 que termina, así como de las perspectivas similares para las que se realicen en el 2016 que tenemos por delante.
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Una preocupación permanente

22 jueves Nov 2012

Posted by luchatuyucataino in Cuba, Declaración, Denuncia

≈ 38 comentarios

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activismo, delito político, democracia, derechos ciudadanos, discriminación, disidencia, estado de derecho, gobierno, humanismo, ley, marginalidad, Observatorio Crítico, opinión, represión, socialismo, totalitarismo, violencia


Recientemente, mientras toda Cuba se moviliza para ayudar a las víctimas del huracán Sandy, hemos recibido informaciones que -de resultar ciertas- aluden a muy preocupantes casos de brutalidad policial y detenciones que pueden ser calificadas de arbitrarias.

En el marco en que nos desenvolvemos, existe un cuerpo de conquistas y garantías que son el fruto de luchas y labores de muchas personas trabajadoras, obrer e intelectuales. Aspiramos a alcanzar, por la vía del mejoramiento y profundización de las libertades y oportunidades para la iniciativa y la solidaridad, un futuro más pleno y satisfactorio para todas las personas. Muchas de estas conquistas han sido plasmadas en códigos legales de distintos tipos. La violación de estos requisitos, aún cuando se realice entre o contra sujetos que son nuestros antagonistas en ideas y proyectos políticos, es también una amenaza a nuestra propia libertad y nuestras propias posibilidades de trabajar por las convicciones que sostenemos.

Como hemos argumentado en diversos foros, para alcanzar la liberación social no pueden esgrimirse medios totalitarios, que lo que hacen es alejarnos a tod del horizonte anhelado. No podemos obrar realmente en ejercicio de nuestros derechos y libertades, si las otras opciones posibles, son penalizadas y reprimidas con instrumentos policiales y para-policiales. Todo cuerpo de leyes justo tiene que incluir obligatoriamente los mecanismos para que las personas insatisfechas promuevan sus modificaciones, dentro de las preferencias individuales de cada cual, siempre que no incluyan criterios de odio o discriminación. Por esas razones se deben observar y criticar, permanentemente, las desviaciones de estos principios por las fuerzas detentoras de poder, y denunciar sus abusos contra cualquier otra persona.

En todo caso, debe tratarse a tod con el mismo rasero con que a un@ le gustaría ser tratad@. Si se ejecutan detenciones arbitrarias, o si los derechos de l detenid no son debidamente respetados por fuerzas que rehúsen el cumplimiento de la legalidad -mediante la debida identificación, el aseguramiento de la comunicación con allegad, la protección de su integridad física y sicológica, la comunicación de las razones de la detención y el pronto juicio con las debidas garantías para la persona acusada-, entonces estas acciones son merecedoras del repudio de todas las gentes honestas. Si en las condiciones extremas de la guerra civil cubana contra el dictador Batista, el Ejército Rebelde hizo ostentación del respeto a los prisioneros del ejército enemigo, no nos cabe en la cabeza que, en tiempos de paz y consolidados en el poder, aquellos que invocan la Revolución Cubana como fuente de su legitimidad y mandato puedan asumir otra actitud que no sea la más total consecuencia con los principios humanitarios.

Cualquier brutalidad policial es absolutamente inaceptable por principio, y debe ser condenada, con independencia de las actitudes de sus víctimas. Igualmente, son inaceptables las detenciones arbitrarias y la criminalización de la protesta. L autor materiales e intelectuales de tales actos no sólo traicionan la memoria de mártires, héroes y heroínas de la nación cubana. Objetivamente, también son cómplices de la propaganda reaccionaria y colaboracionistas en activo del bloqueo imperialista contra Cuba, el cual acaba de ser condenado casi unánimemente en la ONU.

Periódicamente se extienden denuncias a partir de la detención, por parte de las autoridades, de integrantes de grupos opuestos a su predominio. Estas denuncias incluyen acusaciones acerca de presuntas violaciones de los principios anteriormente expuestos. El gobierno, por su parte, acusa a estas personas de mantener vínculos negativos con la Oficina de Intereses de los EEUU (lo que se generaliza, pues tales relaciones solo se verifican en algunas personas y grupos).

La brutalidad policial y las detenciones arbitrarias en nuestro medio no deben ser tomadas a la ligera. Con demasiada frecuencia se aprecia que grupos considerados marginales, como afrodescendientes, rastafaris, abakuás, rocker, trabajador sexuales, personas LGBT, vendedor del sector informal menos favorecido, migrantes de provincias orientales, y otras, sufren por la aplicación de burdos y atávicos prejuicios por parte de las fuerzas policiales. A diferencia de los casos políticos, estas situaciones no despiertan sino una mínima repercusión, solamente en el estrecho marco de dolientes directamente afectadados y sin ecos en la esfera mediática. La situación de desventaja de estas personas, inocentes de todo pecado que no sea el de vivir con el color de su piel, o ejercer en condiciones difíciles el derecho de manifestar sentimientos y personalidades propias, constituye un poderoso motivo de movilización y emociones para toda la gente honesta capaz de ofrecer su solidaridad con el inocente.

Tan condenables hechos no solo no aportan en nada a la causa anticapitalista o a la justicia social, sino que las perjudican y, si no dejan de ocurrir, demostrarían una gravísima falta de compromiso de las autoridades cubanas con los principios de justicia y libertad para tod que se precian de enarbolar. La actitud consecuente de las personas partidarias de la plena emancipación humana implicará entonces la condena a tales situaciones, la solidaridad con las personas afectadas y la demanda de que la justicia sea aplicada a l responsables de tales violaciones, que amenazan los fines por los que luchamos: los de una sociedad libre de toda forma de dominación, exclusión y explotación.

Dmitri Prieto Samsónov
Rogelio Díaz Moreno
Ovidio DAngelo Hernández
Isbel Díaz Torres
Jimmy Roque Martínez
Armando Chaguaceda Noriega
Karel Negrete Vázquez
Yasmín S. Portales Machado
Luis Rondón Paz
Mario Castillo Santana
Julio Tang Zambrana
Ramón García Guerra

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Lo más importante es que sintamos respetada nuestra libertad

26 viernes Oct 2012

Posted by luchatuyucataino in Cuba, Política

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activismo, anarquismo, autoritarismo, comunidad, consenso, debate, democracia, derechos humanos, diálogo, diversidad, ecologismo, educación, Erasmo Calzadilla, estado de bienestar, explotación, EZLN, gobierno, Haití, Haroldo Dilla Alfonso, indignados, intelectuales, Isbel Díaz Torres, izquierda, justicia social, Karel Negrete, liberalismo, libertad, libertad de expresión, Marlene Azor, monopartidismo, Observatorio Crítico, opinión, oposición, pensamiento, plural, pluripartidismo, polémica, Ramón García Guerra, Rogelio M. Díaz Moreno, socialismo, sociedad civil, totalitarismo, trabajo comunitario


Por Rogelio M. Díaz Moreno

Un intercambio fogoso y, por momentos, áspero, se extiende en estas semanas por los círculos de la izquierda alternativa cubana. Pudiera señalarse razonablemente la aparición del documento Llamamiento por una Cuba mejor y posible como su detonante.

Para no desgastarnos de nuevo con razones ya recorridas, simplemente recordemos que aquel texto hacía un reclamo de apertura hacia condiciones que debían conducir la sociedad cubana a un estado más avanzado, según las líneas generales del documento, siguiendo ciertos principios que suelen identificarse con corrientes políticas liberales. Es una enorme verdad que la aparición de este tipo de filosofías condujo a la Humanidad a etapas superiores de desarrollo social y económico, por lo que no son para nada desdeñables. Obviamente, despreciar o condenar con ligereza aquellos preceptos, puede hacer retroceder a una sociedad con facilidad a problemas típicos del páramo despótico que antecedió al auge de las corrientes liberales. Es también verdad que la promesa fue mayor que las realidades resultantes de la cristalización de la mayoría de las modernas sociedades capitalistas, en las que se enquistan un buen número de lacras que el actual sistema es incapaz de erradicar. Esta segunda verdad influyó en la decisión de algunos miembros del Observatorio Crítico de no ofrecer pleno respaldo al documento, aunque no se le dejó de encomiar por aquella parte de sus aspectos que todos encontraron positivos y capaces de ofrecer un verdadero avance para nuestra sociedad.

La discusión se ha encendido entonces alrededor de este vaso medio lleno y medio vacío, con unos bríos ¿dignos de mejor causa? Al menos eso piensa Dilla, que comenta que el documento no es la última Coca Cola del desierto y que habrá mejores momentos de encuentro en el futuro. Con esa parte, estoy de acuerdo. Sin embargo, aquel analista critica a la izquierda alternativa cubana porque su purismo la lleve a quedarse sola, solita, lo que causó no pocas molestias entre personas que discreparon de esa opinión. Otras personas han creído encontrar, como causa de nuestras respuestas, desinformación o poco hábito para el debate. Sigue leyendo →

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A puertas cerradas y con oídos sordos

29 miércoles Ago 2012

Posted by luchatuyucataino in Cuba, Investigación, Política

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cólera, CDR, ciudadanía, debate social, delito, democracia socialista, dengue, gobierno, investigación, miedo, opinión, población, polémica, Rogelio M. Díaz Moreno, salud, sociedad, totalitarismo, transparencia, vida cotidiana


Por Rogelio Manuel Díaz Moreno

Un amigo me ha contado que a un amigo suyo, le contó otro amigo, que cuando los trabajadores del Censo de población que está por realizarse en nuestro país pasen por su vivienda, no va a declarar que posee X artículos ni que se gana cuatro pesos chapeando el jardín de una anciana que vive en su cuadra. Pareciera que el amigo del amigo de mi amigo desconfía de las buenas intenciones y teme que, a los que revelen detalles levemente salidos del tiesto de lo centralmente autorizado y administrado, le vaya a apretar las tuercas.

Un periodista se muestra indignado y pide mano dura contra esos inconscientes que no cooperan lo suficiente en la lucha contra el mosquito aedes aegypti, trasmisor de enfermedades como el dengue. Pareciera que las personas son tan irresponsables que son capaces de arriesgar su salud con tal de evitarse una leve molestia, por lo que necesitan que papá Estado las regañe a ver si se educan.

Estos botones dan fe de una actitud que se resiste, hoy en día, a tener confianza en el estado y sus instituciones, y no digamos ya a cooperar cuando las mismas convocan a empeños de bien común. Y yo me pregunto por qué será.

Se asume que la confianza engendra confianza y que, para esperar sinceridad, se debe ofrecer sinceridad. Pero las fuerzas del orden estatal gustan de solicitar que los ciudadanos se vigilen entre sí y le reporten, a las autoridades superiores, cualquier asunto que constituya una irregularidad. Esto podría ser loable, en todo caso, si se circunscribiera al combate contra crímenes como el narcotráfico o el terrorismo, pero constituye una insoportable violación de la privacidad del individuo en demasiadas otras esferas de la vida, como pueden ser la decisión de acoger o no huéspedes, y otras actividades económicas honradas y de supervivencia básica ante la incapacidad de ganarse una vida decorosa trabajando para el Estado por un salario en moneda nacional ¡por no hablar de la compra de alguna mercancía en el inexorable mercado negro!. Bastante tenemos, piensan algunos, conque lean nuestros correos y escuchen nuestros teléfonos, para creer también que la mano estatal, encargada de perseguir irregularidades, no va a alimentarse con lo que cuantifique la mano censal para quién sabe qué propósitos marrulleros. Para colmo, el estado-gobierno no es nada transparente con sus gestiones y la administración de los recursos provenientes del sudor de los trabajadores, ni gusta de revelar muchas informaciones y datos trascendentales del tipo socio económico, ni a investigadores ni a ciudadanos de a pie, como tuvimos un ejemplo fehaciente en el último censo realizado, a finales de la pasada década.

Por otra parte, para que le abran la puerta a los fumigadores y otros activistas institucionales de la salud, ayudaría que el estado reconociera en los medios de prensa oficiales, con todas sus letras, las situaciones epidemiológicas que haya o no en el país. Si hay dengue, que no se limiten a explicarlo, casi que a sottovoce, en corrillos discretos donde se cita a los vecinos por el CDR y apenas van tres viejitas apuradas porque va a empezar la novela. Que el Granma y demás reconozcan, HAY DENGUE, ES PELIGROSO, HAY QUE ENFRENTARLO. Si hay cólera, que el periódico diga desde que aparece, HAY CÓLERA, en vez de esas notas crípticas que hablan y para eso, con retraso- de un brote de enfermedades diarreicas agudas con lo que el despistado puede pensar que en un cumpleaños repartieron cake en mal estado; luego, con gran reluctancia, reconocen la existencia de un raro bicho, Vibrio cholerae, y no le ponen el nombre en griego porque las prensas no tienen los caracteres del alfabeto helénico. El contraste que existe entre el desganado reconocimiento de situaciones internas y el morbo conque se exaltan las desgracias en el exterior resulta un marco desfavorable para ganar en capacidad de convocatoria, pensamos muchos.

Pero pedir sinceridad y transparencia al aparato estatal es como pedirle peras al olmo. Pareciera que el trabajo de los miembros de aquel consiste en mantener sanas las páginas de los diarios y no nuestros barrios; adjudicarse los méritos de las cosas que salgan bien como dirigentes modelo y culpar al corrupto, apichonado e indisciplinado Liborio por los problemas que existan. De tal suerte, parece poco probable que ambos extremos vayan a intimar el uno con el otro, y que las actividades que dependan de esa confianza mutua vayan a llegar a buen puerto.

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Debatiendo las reformas en Cuba: notas sobre un artículo de Camila Piñeiro

24 viernes Ago 2012

Posted by luchatuyucataino in Cuba, Economía, Investigación, Política

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alternativa, anticapitalismo, Armando Chaguaceda Noriega, autogestión, autoritarismo, bienestar, burocracia, cambio, Camila Piñeiro Harnecker, capitalismo, ciudadanía, clase obrera, consenso, consumidores, contrato, control, cooperativas, crítica, creación, crisis, debate, democracia, derecho, descentralización, diálogo, economía, empresa, Estatismo, estrategia, fraternidad, gobierno, gratuidad, igualdad, institucionalidad, intelectualidad, investigación, justicia, leyes, liberación, lineamientos, mercado, modelo, participación, planificación, protagonismo, reformas, revista Temas, revolución, salario, servicio, socialismo, sociedad civil, trabajo, Universidad de La Habana


Por Armando Chaguaceda

HAVANA TIMES – Un artículo reciente de la joven académica cubana Camila Piñeiro Harnecker pone nuevamente en discusión las posturas intelectuales y políticas que se dirimen en los debates en torno a las reformas en curso en la isla.

A diferencia de otras clasificaciones más ambiciosas –que relacionan la figura del intelectual con los roles (auto)asumidos en el debate público- Camila prefiere enfocar su mirada sobre los posicionamientos en relación con los tipos de socialismo, las agendas reformistas y las visiones institucionales existentes en la Cuba actual, los que resume bajo el manto de tres enfoques: estatista, economicista y autogestionario.

Un esfuerzo valioso y valiente -dos cualidades no siempre hermanadas- que se agradece, tanto a la autora como a la revista que lo acogió.

Se trata de un texto más que pertinente, pues arroja luz sobre los proyectos de país que pugnan por concretarse a través de las soluciones dadas a problemas nacionales.

Problemas que abarcan la relación mercado-plan -y la naturaleza de este ultimo-, el vínculo entre participación laboral y eficiencia empresarial, la contraposición entre quienes defienden los cambios como mero incremento de un control estatal eficaz, los que lo identifican con una mayor presencia social del mercado y aquellos que apostamos por el lugar que, por derecho, debe tener la población organizada -en tanto vecino, trabajador, consumidor y ciudadano- en la definición de las agendas y rumbos políticos del país.

Detrás de la clasificación que ofrece Camila se esconden no solo apuestas técnicas sino, ante todo, proyecciones ideológicas, íntimamente relacionadas con las “formas de existencia” del intelectual público.

Camila realiza una útil exploración sobre los rasgos de cada una de las tres posturas, con el acierto de reconocer la existencia de hibridaciones y de una compleja correlación de fuerzas, entre estas propuestas, en la arena nacional.

Las críticas que hago al documento son varias y puntuales.

Primeramente, creo que su título puede prestarse a la confusión, pues más que ser estas posturas “visiones que animan los cambios”, solo dos de ellas – la estatista y la economicista- se inscriben empíricamente dentro del tipo de reformas en curso.

La autogestionaria constituye una postura cívica y analítica con muy limitada incidencia real; quizás con la excepción de la anunciada extensión del cooperativismo urbano. Medida sobre la cual habrá que esperar un poco para evaluar su potencial autogestivo dentro de los marcos de un mercado distorsionado -bajo los efectos de una planificación autoritaria- y frente a un aparato estatal acostumbrado a los ucases y la injerencia directa en el tejido socioeconómico.

Otro déficits del enfoque -que se salva únicamente si aceptamos el análisis de Camila como un mapeo de posturas dentro de una amplísima (y a ratos vaga) apelación al socialismo- es que en el texto no se reconoce que estas tres tendencias no son las únicas plataformas y escenarios posibles o deseados por sectores de la población y de las propias elites.

Se obvia la existencia de cuotas importantes de gente que aceptaría el total desmontaje del régimen vigente y su sustitución por una economía de mercado desregulado y una limitada democracia afín al enfoque liberal clásico.

La autora también olvida, al emplazar a la burocracia media como responsable del estatismo, que esa tendencia -hoy hibridada con los aportes economicistas- es el horizonte de toda la dirigencia del estado cubano, desde su cúspide a la base.

Al presentar el fenómeno latinoamericano –que Camila conoce bien por su experiencia de investigación en Venezuela y dado el profundo conocimiento de realidades del continente legado por sus progenitores- la autora tiende a absolutizar sus aristas positivas, las cuales son ciertas y abarcan las políticas participativas, la innovación constitucional y el apoyo a la economía social desplegados en durante la pasada década en varios países de la región.

Sin embargo, obvia que desde hace varios años junto a la tendencia participacionista, democrática y popular, ha ido cobrando fuerza un estilo de hacer política personalista, autoritario y crecientemente desconfiado (y lesivo) respecto a los derechos y autonomía ciudadanos, que hace mella en los avances de ese progresismo en varios países andinos integrados al ALBA.

En Venezuela, por ejemplo, esta tendencia es notoria desde el fallido intento de Reforma Constitucional de 2007, o en los cambios en la legislación y las políticas relacionadas con los Consejos Comunales, que restringen la autonomía de estos y los sujetan más al control presidencial y partidario.

También se aprecia en la aprobación de Decretos Leyes que atentan contra lo estipulado en la Constitución de 1999, así como el avance de la estatización frente a las inicialmente promovidas experiencias cooperativas, de control obrero y cogestión, ahora descalificados como formas capitalistas. Todo lo cual evidencia que el Socialismo del Siglo XXI ha repetido viejos errores del socialismo estatista vigente en Cuba.

Y es que aun cuando las posibilidades de lucha democrática –por las vías institucionales y ciudadanas- sean infinitamente mayores a las de la isla, se está echando demasiado vino nuevo en odres viejos. Eso es lo que explica el descontento de parte de las bases chavistas y los avances de una oposición que pugna por recuperar sus posiciones. Experiencia que no puede ser desconocida por quienes apuestan por los nuevos procesos latinoamericanos como legado útil para los cambios en nuestro país.

Por último, creo que seguir contraponiendo lo participativo con lo representativo –como hace Camila en su texto- puede entenderse como un recurso retórico y práctico para enfatizar la necesidad de nuevas instituciones donde la ciudadanía decida sobre la Política Pública, pero ello es una fórmula científica y empíricamente inexacta.

La democracia contemporánea o es ambas cosas (participativa y representativa) –y además debe llegar a ser también deliberativa, económica, etc.- o no es. Lo que habría que atender es, creo, a la calidad de esa participación y representación.

Y los socialistas cubanos debemos tener muy claro ese asunto, por lo ilustrativos que son los problemas de participación en nuestros Consejos Populares y los déficits representativos de la tristemente llamada Asamblea Nacional.

Que alguien como Camila -joven, intelectualmente preparada e insertada en la institucionalidad científica del país- haya ofrecido este texto es una excelente noticia. Revela que la precaria esfera pública nacional no solo está poblada de diletantes sin agenda, conspiranoicos por encargo y justa rebeldía huérfana de programas y esperanzas.

Al compartir sus ideas, Camila (y gente como ella) se inscribe en la rica y añeja tradición criolla de debate político, desoyendo los criterios -cínicos o cansados- que aconsejan “hacer una carrera exitosa” y “no buscarse problemas”. Y ofrece a las ciencias sociales cubanas –y al socialismo- otra oportunidad para ser parte del mañana nacional.

Publicado en Havana Times: http://www.havanatimes.org/sp/?p=70181

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Por quién voy a votar en las próximas elecciones

24 viernes Ago 2012

Posted by luchatuyucataino in Convocatoria, Cuba, Política

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Asamblea Nacional del Poder Popular, autoorganización, ciudadanía, contrarrevolución, cooperativa, debate social, democracia, democracia socialista, derecho internacional, derechos civiles, diálogo, discriminación, diversidad sexual, economía, EE.UU., elecciones, estado de derecho, gobierno, homofobia, internet, justicia social, leyes, libertad, libertad de expresión, migración, MINREX, opinión, parlamento, participación, Poder Popular, presupuesto, reforma migratoria, revolución, Rogelio M. Díaz Moreno, salarios, secretismo, socialismo


Por Rogelio M. Díaz Moreno

En estos días, el sistema nacional de propaganda cubano incluye entre sus contenidos prioritarios la preparación de las condiciones para elegir a los nuevos integrantes del Parlamento nacional, una vez que los actuales diputados concluyan su período de servicio, a fines de este año. Yo, que tanto interés he manifestado en estos líos de asambleas y legislaciones y la administración del poder en nombre del pueblo, me he puesto a meditar sobre qué tipo de candidato me gustaría ver en mi boleta; cuál me convencería de votar para contar con un legítimo representante que defienda mis intereses.

Tengo que confesar que los que culminan ahora sus funciones no me dejaron para nada satisfecho. Como en el refrán del borracho y el bodeguero, yo quería una cosa y ellos me ofrecieron otra. Bien, para eso vienen ahora nuevas elecciones. Espero que nadie me cuestione mi derecho de buscar algún candidato que me represente mejor. El nuevo pretendiente que espere recibir mi voto no tiene que hacer ningún milagro, y voy a volver a asentar aquí los dos o tres temas que, si me promete promover, garantizarán mi sufragio a su favor.

Yo miraré con grandes simpatías al candidato que me manifieste su coincidencia con mi criterio acerca de la importancia de aprobar rápidamente la ley que autorice la formación y funcionamiento de cooperativas en todas las ramas de la economía, conformadas libremente por trabajadores que se agrupen sin más restricciones que las de respetar normas básicas de respeto a la comunidad, el medio ambiente y pagar unos impuestos razonables. Se reforzará mi empatía con el postulante que abogue por acabar de aprobar un código de familia que extienda importantes derechos a una parte preterida de la población, hoy discriminada. Y cuando me digan, finalmente, que no van a dejar pasar ninguna oportunidad de defender una reforma migratoria a tono con los derechos de los seres humanos, ya ese pretendiente puede contar con mi voto en su bolsillo. No quiero más protectores paternalistas, plañendo acerca de lo desgraciado que es el mundo allá afuera y la suerte de tener acá adentro un estado que me proteja: es el puñetero derecho de cada ciudadano decidir dónde prueba fuerzas para vencer o estrellarse en el propósito de ganarse una vida decorosa, y no tener restricciones inicuas que obstaculicen el contacto con sus familiares que no han violado ninguna ley.

Si no cumple con esas promesas después de elegido, obviamente me sentiré decepcionado, pero creo que el acto de tomar en cuenta los anhelos de los electores para hacer campaña ya constituiría un paso de avance significativo. Hasta ahora simplemente me presentan a los candidatos y las biografías de lo que hicieron en el pasado. Esto no brinda suficiente información sobre lo que estas personas desean hacer en el futuro que es lo que me interesa a mí, por lo que prefiero el compromiso establecido en el contacto pre electoral. La fragilidad de las promesas de los funcionarios electivos es un defecto que conocemos de los mecanismos de democracia representativa, pero ese problema y las vías para su superación las podemos tratar en otro momento.

Nos viene a la mente, por cierto, que la aprobación de la Reforma Migratoria nos acercaría más al cumplimiento de importantes compromisos del gobierno cubano, en primera instancia con su propio pueblo, pero también con la comunidad internacional, desde que el pasado 28 de febrero del 2008 se adhirió al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Este documento reafirma el derecho de los ciudadanos a las libertades de movimiento, expresión, asociación, entre otras. La delegación cubana los suscribió en un favorable escenario internacional, suscitado tras la derrota del intento de los Estados Unidos de condenar a este gobierno por presuntas violaciones de los derechos humanos.

En la declaración que presentó Cuba ante la ONU para manifestar su acuerdo con el Pacto, se destacó que los derechos mencionados constituyen una parte esencial de las conquistas de la Revolución. Como tal, se encuentran protegidos por la Constitución, y las políticas y programas del Estado garantizan su libre ejercicio. En vista de ello, sería de suponer que electores y elegidos debieran propiciar que el gobierno cubano honrase sus obligaciones, y que se condenara como anticubana y contrarrevolucionaria cualquier actitud que desaliente tal propósito.

Finalmente, deseo también que el candidato por el que yo vaya a votar sea capaz de desarrollar planes sagaces para enfrentar el bloqueo o embargo que el gobierno estadounidense aplica a nuestro país con el objetivo de perjudicar nuestra economía, en vez de quejarse lastimosamente cada vez que los perros de la OFAC le llevan una nueva presa a su presidente; que, a la hora de distribuir el presupuesto nacional, opte por desviar los recursos destinados a deportes de poca popularidad y caros insumos, para mejorar en todo lo que se pueda el salario de los trabajadores de salud y educación; que defienda vigorosamente los principios de autogestión y autoorganización de los obreros en las empresas e industrias públicas; que siga el llamado del presidente Raúl Castro a combatir el secretismo en los organismos del Estado y que defienda la posibilidad, para cada ciudadano, de acceder a Internet sin tantas restricciones y sin tener que erogar una semana de salario por navegar una o dos horas en alguno de los contados sitios que brindan el servicio.

El candidato a diputado a la Asamblea Nacional que me presente un programa con los elementos que he esbozado en este escrito, puede tener la certeza de que no le daré la espalda.

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Mi respuesta a Percy Alvarado Godoy

02 jueves Ago 2012

Posted by luchatuyucataino in Cuba, Denuncia, Política, Solidaridad

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activismo, autogestión, autonomía, autoritarismo, censura, Centro Teórico Cultural Criterios, CIA, Cofradía de la Negritud, creación, Cubarte, cultura, Daniel Díaz Mantilla, debate, democracia, Desiderio Navarro, diálogo, EE.UU., Estatismo, gobierno, Havana Times, internet, izquierda, Lina de Feria, Luis Posada Carriles, manipulación, medios, MINCULT, OMNI-Zona Franca, Percy F. Alvarado Godoy, poder, policía, Rebelión, revolución, Reyna María Rodríguez, SINA, Torre de Letras, totalitarismo, Víctor Fowler


Por Desiderio Navarro

Como es sabido, el periodista y bloguero Percy Alvarado Godoy publicó en Rebelión.org y en su blog personal, un artículo dedicado a examinar “(l)a centralización de los fondos para articular la guerra ideológica contra Cuba, establecida por Obama para el nuevo año fiscal”. En dicho artículo, Alvarado Godoy señaló que, a tal efecto, en la Oficina de Intereses de los Estados Unidos de América en Cuba se había creado un equipo que “se apoya en cerca de 36 diplomáticos y funcionarios norteamericanos”, los cuales

se encargan de ejecutar el financiamiento, organización, capacitación y planificación de los grupúsculos contrarrevolucionarios. Son ellos los que realizan las entregas de dinero provenientes de la USAID y otros entes del gobierno, los que abastecen con computadoras, teléfonos celulares, propaganda contrarrevolucionaria y otros medios a los cabecillas que son citados en las oficinas o son contactados en sus viviendas y otros lugares públicos, así como en la organización de las campañas subversivas anticubanas (…).

Añadió que “(l)a SINA ha estructurado diversos proyectos dentro de Cuba, valiéndose de la apoyatura de sus mercenarios, los cuales están encaminados a ganar espacios dentro de la población del país”, y “se caracterizan por ser, evidentemente, proyectos desestabilizadores estructurados por experimentados oficiales de la División de Planes de la CIA”.

Luego de presentar las actividades de una serie de ya conocidas personas y agrupaciones opositoras, Percy Alvarado concluyó su artículo con la unidad que tituló: “OTROS PROYECTOS DE LA SINA A TRAVÉS DE GRUPÚSCULOS MERCENARIOS”, en la cual afirmó que:

Otros proyectos desarrollados por la SINA con sus asalariados en Cuba, que valen ser mencionados son: (…) Omni Zona Franca (OZF), (…). Se encarga de organizar Desde hace más de una década OZF organizar (sic), cada diciembre, el festival multidisciplinario “Poesía sin Fin”. Otros proyectos son (…) “Sala Oscura: poetas en acción Puerta 1”, con Lina de Feria, Orlando L. Pardo, Grisel Echavarría, Daniel Díaz Mantilla y otros; (…) Poetas en acción Puerta 2, con Reyna María Rodríguez, Desiderio Navarro, Víctor Fowler, etcétera.

Como es sabido, días después, la Dirección de Cubarte del Ministerio de Cultura pidió disculpas por reproducir y difundir ese texto de Percy Alvarado en el que se incluía a “Lina de Feria, Reyna María Rodríguez, Desiderio Navarro, Víctor Fowler y Daniel Díaz Mantilla, como participantes en planes completamente ajenos a nuestras instituciones de la cultura cubana”.

Sólo entonces Percy Alvarado se apuró a publicar la nota “Una disculpa necesaria”, en la que afirmaba:

Por un error, enteramente mío, incluí dentro de las personas que participaban en este proyecto a un valioso grupo de intelectuales, cuya posición política e ideológica puse en entredicho.

En su respuesta al artículo “Las disculpas del agente Percy”, publicado por el periodista Fernando Ravsberg, Alvarado Godoy anunció que

respetuosamente, ni las autoridades cubanas, ni las personas involucradas en mi equívoco, han lanzado una ofensa contra mí. Sé que, condescendientemente, han aceptado mis disculpas y la humildad con que las hice.

Ya antes había circulado por Tweeter un mensaje con el que, unilateralmente, declaraba zanjado el asunto:

Nadie, absolutamente nadie, me criticó. Se esperó a que yo me percatara de mi error, Los aludidos saben de mis disculpas, Zanjado todo.

Si fuera cierto que “nadie, absolutamente nadie” —incluidas las autoridades de los medios e instituciones involucrados— lo criticó, en delicada espera de que él se percatara de su error y en franco desprecio del daño moral que entretanto la propagación creciente de la falsa acusación les seguía causando a sus víctimas, eso hablaría muy mal de la condición ética de nuestra esfera pública. Pero hemos visto que ya la dirección de Cubarte la calificó de “mentira”” y “testimonio totalmente falso””, y la Presidencia de la UNEAC, de “agravio injustificable, ante el cual toda disculpa resulta insuficiente”.

No tengo información de Víctor Fowler ni de Lina de Feria al respecto, pero sé que ni Reina María Rodríguez, ni Daniel Martínez (como él mismo dejó bien en claro en su excelente “Respuesta necesaria”), ni yo hemos aceptado sus disculpas. Una vez más se equivocan las supuestas “fuentes” de Percy Alvarado, o miente una vez más.

Reina María me ha confirmado su no participación en “Poetas en acción Puerta 2”. Y es que por lo menos dos de los tres autores mencionados por Percy Alvarado en relación con esa actividad —o sea, Reina María Rodríguez, Víctor Fowler y Desiderio Navarro— no participamos en modo alguno en ella —si es que llegó a tener lugar. Y, al menos en mi caso, ni siquiera puedo opinar sobre el contenido de esa u otra actividad del Festival porque nunca he participado siquiera como espectador en ninguna de las 13 ediciones del mismo.

Ahora bien, si Percy Alvarado no se basó en una errónea observación ocular suya ni en una deficiente filmación o foto, ¿quién puede haberle dado esa información tan falsa sobre nuestra presencia allí y sobre el carácter “mercenario” y “asalariado” de nuestra supuesta participación?

Ya el periodista Fernando Ravsberg formuló la interrogante que se impone lógicamente: “La pregunta que nos queda a todos y que el agente no aclara es de dónde salió esa información contaminada, quién le orientó a denunciar a esas personas y a otras a las que no pide disculpas. ¿Fue engañado, orientado o fue simplemente su opinión festinada?”

A lo que Percy Alvarado responde como todo un profesional:

jamás informaré a usted, ni a nadie, cuáles son mis fuentes. Ésta ha sido una divisa en mi trabajo. Un periodista como Ravsberg, quien tanto se ha vanagloriado de “cuidar”” a sus fuentes, no puede cuestionarme por ello.

Pues bien, ya que Alvarado Godoy no ha tenido la honestidad y el valor de reconocer el verdadero origen de esas informaciones y ahí ha preferido quedar como una víctima de una despistada y fantasiosa “Garganta Profunda” que él perservera en “cuidar”, me veo en la obligación de revelar la verdadera fuente de sus datos acusatorios, fuente que no tiene nada que ver con la high-tech del monitoreo sofisticado o la low-tech de las infiltraciones. Los datos que ofrece no son el resultado de ninguna investigación secreta de él o de algún analista o informante; y es que la fuente que él se niega a “quemar” no es más que una página que, colocada por la propia agrupación Omni Zona Franca en Internet, está allí al alcance de todos desde noviembre del 2011, si no antes:

http://omnifestivalpoesiasinfin.blogspot.com/2009_10_27_archive.html

Al final de esa página se presenta el programa que proyectaron originalmente los organizadores, pero que, ni durante ni después de la celebración del evento en diciembre, actualizaron en la web en correspondencia con las actividades y participaciones que realmente tuvieron lugar. No obstante, aparece allí como un programa, no como un reportaje post-factum.

Obsérvese a continuación que en el texto de Percy Alvarado tanto los 17 nombres y lugares de las actividades como los nombres de los 9 autores anunciados aparecen exactamente en el mismo orden en que aparecieron en el programa inicial del Festival Poesía Sin Fin del 2011 (sólo en el caso de Lina de Feria hay un ligero desplazamiento). He aquí el texto de Alvarado:

“Lectura espontánea en el Bar de la Esquina (Teniente Rey y Aguiar, Habana Vieja); “Sala Oscura: poetas en acción Puerta 1”, con Lina de Feria, Orlando L. Pardo, Grisel Echavarría, Daniel Díaz Mantilla y otros; “La Peregrinación del Garabato”, hasta el Rincón de San Lázaro; “Por la Salud de la Poesía; Spoken Word, con Mesa debate, Show y Video poema; la Exposición “El Cubano Común”, con Fotos-poemas de Orlando L. Pardo, Nilo J. Damián, autores de los certámenes gráficos País de Píxeles y Un cartel grande y otro chiquito; “El Día de la Sala Oscura”, en la Casa Templo del Arte Cubano; “Rotilla-Electrospoken”; la “Feria Espiritual”; Poetas en acción Puerta 2, con Reyna María Rodríguez, Desiderio Navarro, Víctor Fowler, etcétera. “Cabaret Poético OMNI”; la “Jornada cultural por la integración racial y la diversidad”; el “Día de la Sala Oscura”: “Fiesta Poética”, y, por último, “Voces en Poesía sin fin”.

Y he aquí el orden en que aparecen todos esos mismos datos en el texto de esa página de Internet:

PROGRAMACION FESTIVAL MUNDIAL 2011

(…) Lectura espontánea en el Bar de la esquina (…) Teniente Rey y Aguiar, Habana Vieja. (…) SALA OSCURA Poetas en acción: Puerta 1: (…) Orlando Luis Pardo/Grisel Hechavarría/ (…) Daniel Dias (sic) Mantilla (…) Peregrinación del Garabato hasta el Rincón de San Lázaro "Por la Salud de la Poesía" (…) Spoken Word: (…) (Mesa Debate) (…) (Show) (Videos Poema) (…) EXPO El Cubano Común (…) Foto-poemas: Orlando Luis Pardo/ Nilo Julián D (…) País de Pixeles, Expo Un cartel grande y uno chiquito EL DÍA DE LA SALA OSCURA: (…) Casa Templo OMNI del Arte (…) Lina de Feria (…) Rotilla-Electrospoken (…) Feria Espiritual (…) Poetas en Acción: Puerta 2: (…) Reyna María Rodríguez/ (…) Desiderio Navarro/ (…) Victor Fowler/ (…) Cabaret Poético OMNI: (…) Jornada Cultural por la Integración y la Diversidad: Comité Ciudadano por la Integración Racial. (…) DÍA DE LA SALA OSCURA: (…) Fiesta Poética: (…) Voces en Poesía Sin Fin: (…)

Si se examina ese programa (reproducido íntegramente como apéndice al final de este mensaje), se comprueba que Percy Alvarado no compiló ni procesó ninguna información resultante de laboriosas investigaciones “en el terreno”, sino que se limitó a copiar y “podar” el anuncio hallado a la mano: a tachar los datos de días, horas y lugares previstos para esas actividades, así como los nombres de decenas de autores y colectivos que le parecieron menos relevantes para sus fines (recortes aquí señalados con puntos suspensivos entre paréntesis), dejando el resto tal cual.

Ahora bien, eso era un anuncio anterior al evento: ¿se cumplió el programa?, ¿tuvo lugar finalmente la actividad o fue suprimida por alguna razón externa o interna? Y en el caso de cada uno de los autores por separado: ¿se había comprometido formalmente a asistir o era sólo un invitado, una presencia esperada?, ¿asistió y participó finalmente y, si no, por qué?, ¿cuál fue el contenido político de su participación? Y la pregunta más importante en definitiva: ¿recibió él o ella de la SINA, en sus manos, antes o después, dinero proveniente de la USAID para su participación?

Ésas son las preguntas que, en busca de la verdad y de sus evidencias, se haría un verdadero investigador periodístico o policíaco en el caso particular de cada actividad y cada autor. Pero para Percy Alvarado, que no va en busca de la verdad y sus evidencias, sino de personas a quienes acusar, esas preguntas y sus respuestas son innecesarias, superfluas, y, en todo caso, él da por sentado sus respuestas sin necesidad de investigación. A él le basta con dar unos golpes de tecla en su computadora, buscar en Google la página de entrada de Omnizona Franca y pasar de ésta a la del Festival Poesía sin Fin, y, con las funciones de Copiar, Pegar y Cortar del Word, realizar la poda y entresaca cuyo resultado presentará como una “revelación” inculpatoria.

Si a más personas como Percy Alvarado se les da una PC, acceso a Google y la capacidad para distribuir masivamente informaciones por blogs, boletines y otros medios electrónicos nacionales y extranjeros, los ciudadanos cubanos estarán a merced de las acusaciones que las mismas harían si por cualquier razón —el error y la mala fe incluídos— alguien escribiera en alguna página de Internet sus nombres atribuyéndoles tales o cuales actos a los que los émulos de Percy, sin evidencia alguna, pudieran atribuirles, a su vez, un contenido enemigo y una motivación mercenaria. Los que conocemos un poco de historia de la URSS sabemos a qué puede conducir a la larga la creación de una atmósfera cargada de tales acusaciones infundadas y arbitrarias de colaboración con el enemigo, de las que ni siquiera innumerables acusadores ni sus máximos jefes (Iagoda, Ezhóv, Beria, et al.) pudieron escapar con vida.

Pero, ¿creía realmente Percy Alvarado que la mera mención del nombre de un autor en esa página de Omni Zona Franca como participante en alguna de las actividades organizadas “desde hace más de una década” por esa agrupación bastaba para dar por sentado que se hallaba ante un “mercenario” “asalariado de la SINA” que él estaba en el deber de denunciar públicamente?

Es aquí donde se va a poner en evidencia el carácter consciente, premeditadamente dirigido y mal intencionado de la aparición de nuestros nombres por vez primera en el contexto de nombres ya habitualmente asociados al activismo político oposicionista en la prensa y blogosfera cubana on line. Y es que, una vez abierta dicha página web del Festival Poesía sin Fin de Omni Zona Franca, Percy Alvarado, para llegar a leer dicho programa de actividades en que aparecen nuestros nombres, tuvo que pasar primero por párrafos y párrafos dedicados a las más recientes ediciones del evento en los que no simplemente se mencionan los nombres de los Premios Nacionales de Literatura Antón Arrufat y César López, sino que se destaca con fotos y reseñas su participación en las ediciones de 2008 y 2007, respectivamente:

César López y Basilia Papastamatíu son recibidos por los organizadores del Festival Poesía sin Fin

Antón Arrufat lee de su poesía en el evento

Antón Arrufat y Caridad Atencio cortan el cake en la celebración del Décimo Aniversario del Festival Poesía sin Fin

De la participación del poeta en el Festival, esa página de OmniZona Franca reporta:

Antón Arrufat es un hombre muy antiguo en la Poesía (esto le despertó mucha risa) y su presencia como poeta, a su edad, nos estimula y nos dice que se puede vivir en la Poesía. (…)

Ellos [él y Caridad Atencio] nos hicieron el honor de cortar el pastel (bombochíe por el medio) y compartir la fiesta.

Antón leyó su poesía de una forma contundente, con una voz y una proyección muy atractivas que propiciaron una conexión incondicional con cada verso. Después de ver la proyección documental de Poesía Sin Fin, dijo que por aquí habían pasado todos menos él. Se pensó olvidado.

Pero es que, además de los nombres ya mencionados, en un espacio destacado de esa misma página Percy pudo leer, sin necesidad de ninguna exhaustiva investigación, ya lista, la extensa relación de los “INVITADOS DE POESÍA SIN FIN 199-2011 (sic)”, en la que figuran, entre otros, los nombres de los destacados poetas Waldo Leyva, Guillermo Rodríguez Rivera, Luis Marré, Jesús David Curbelo, Liudmila Quincoses, Nelson Simón, Domingo Alfonso, Felix Contreras, Frank Padrón, Juana García Abás, Soleida Ríos y Ana Lidia Vega, de los populares cantautores William Vivanco y Emiliano Sardiñas, y de bien conocidos colectivos como la Escuela Nacional de Circo y Gigantería, todos ellos, al igual que Antón y César, Basilia y Caridad, tan totalmente ajenos como nosotros a cualquier vínculo mercenario con la SINA.

Sin embargo, Percy Alvarado ignoró la presencia gráficamente destacada de todas esas decenas de nombres muy conocidos y de otros menos conocidos de la cultura cubana para escoger como objeto de su denuncia, por el contrario, sólo cinco nombres perdidos en medio de la extensísima enumeración de títulos, lugares, horarios y nombres del programa.

¿Por qué calló Percy Alvarado y no cumplió su deber de denunciar como “mercenarios” y “asalariados de la SINA” también a los primeros?

No faltarán quienes digan que su deliberada omisión se debe a la cobardía de no buscarse un escándalo nacional e internacional que terminaría muy mal para él por lanzar sin fundamentos ni evidencias una acusación tan grave a dos Premios Nacionales de Literatura, varios miembros del Partido de larga militancia, un diplomático del Ministerio de Relaciones Exteriores, un director de un Centro Cultural del Ministerio de Cultura, una Escuela Nacional de ese mismo Ministerio, y así sucesivamente.

Pero eso no explicaría por qué, entre los menos importantes que Antón y César y a la vez desprovistos de cargos oficiales y militancias, fuimos escogidos precisamente nosotros y sólo nosotros. De ahí que me incline por ver su motivación oculta en la “coincidencia” de que dos de ellos —Reina María y yo— seamos personas que conducimos atípicos centros culturales autónomos —La Torre de Letras y el Centro Teórico-Cultural Criterios, respectivamente— cuya “heterodoxa” actividad cultural divulgadora de lo mejor del pensamiento y la poesía internacionales, es —como ya desde los inicios de La Azotea y de la Sección Criterios de La Gaceta de Cuba— particularmente odiosa para las personas y redes de ellas que siguen tratando de imponer en Cuba su concepción stalinista de la política y la vida culturales con medios y a veces cargos de instituciones estatales y sociales nacionales. También Víctor Fowler ha sido con su obra ensayística y su actividad cultural uno de esos creadores “heterodoxos” que nuestros “duros” califican despectiva y condenatoriamente de “electrones libres”, y no es casual que sea él el autor cubano que más conferencias ha impartido en el Centro Teórico-Cultural Criterios (como también lo ha hecho en la Torre de Letras), ni que a él se deba uno de los textos más extensos publicados en celebración de Criterios.

En lo que a mí respecta, esta difamación se inscribe en la ya larga serie de vandalismos, obstáculos “burocráticos”, restricciones económicas e invisibilizaciones mediáticas que ha sufrido Criterios, sobre todo en los últimos años, desde mi carta pública de enero del 2007 y el inmediato Ciclo de Criterios sobre el Quinquenio Gris, y con especial intensidad en los últimos meses —como ya me he visto obligado a denunciar varias veces por esta misma vía. Obviamente, esa acusación se hizo contando con que, incluso si al final era necesario disculparse, entraría en acción ese principio de psicología social que alguien formuló así: “¡Calumnia, que algo queda!”, con el consiguiente alejamiento de los más crédulos, juvenilmente inexpertos o simplemente precavidos entre el cada vez más numeroso público de las ediciones y actividades de Criterios.

Si no fuera ésa la intención político-policíaca de Percy Alvarado, ¿entonces por qué, todavía hoy, a más de dos semanas de su disculpa, mantiene en su blog, ni más ni menos que bajo el epígrafe general “Descubriendo verdades. Archivos desclasificados, verdades ocultadas por los medios, las agresiones terroristas”, las páginas http://percy-francisco.blogspot.com/2012/06/obama-centraliza-su-guerra-mediatica.html y http://percy-francisco.blogspot.com/2012/06/obama-centraliza-su-guerra-mediatica_28.html, que reproducen su artículo difamatorio (hace mucho retirado por Rebelión de sus páginas) sin borrar de él nuestros nombres ni insertarle una nota de disculpa?

Con tanto mayor razón no acepto sus excusas, cuya hipocresía era evidente ya desde el primer momento en el siguiente pasaje:

A quienes pretendan sacar provecho de esta lamentable equivocación, iniciando una avalancha de twitters ofensivos contra mi persona, desde la twistósfera contrarrevolucionaria, como ya lo están haciendo, espero que sepan ver que estas disculpas no afectan ni la intención, ni la denuncia, contenida en dicho artículo.

¿Qué clase de disculpas por una falsa denuncia son aquellas que terminan diciendo que ellas “no afectan ni la intención, ni la denuncia, contenida en dicho artículo”, dejando todo como en el principio?

¿Qué clase de disculpas por la peor acusación política en Cuba son aquellas que la llaman un “lapsus”, un “gazapo”, un “equívoco”, un “desliz”, del que, por ende, cualquier ciudadano de este país podría ser su próxima víctima? ¿Qué clase de “lapsus” o “gazapo” puede ser uno que termina con la amenaza “Advierto que sabemos más, mucho más”, pasando de la primera persona de singular a la primera persona de un plural que en ese contexto sólo puede ser leído como "los de un cuerpo investigativo sabemos", para, después, cuando Cubarte ha señalado la mentira y se ha disculpado por reproducirla, dar marcha atrás diciendo que se trataba de un “error, enteramente mío”; que,

aunque equivocada, fue mi propia apreciación la que provocó dicho desliz. Nadie me orientó escribir tal cosa, ni seguí instrucciones de algún órgano cubano.

Aseverar falsamente que alguien participó físicamente en un determinado evento y que por ello recibió dinero físicamente existente como asalariado de la SINA, no es un error de “apreciación”, ni un “impensado error”, porque es una afirmación factual, empírica, nada subjetiva, sobre la ocurrencia de hechos muy concretos, respecto a la cual es imposible pronunciarse “sin pensar”.

¿Qué pasaría si alguien en Cuba cometiera el “lapsus”, “gazapo”, “equívoco”, “desliz” o “impensado error” de acusar en la esfera pública a Alvarado Godoy de doble agente al servicio del enemigo y días después se disculpara, pero “sin afectar la intención y el contenido de su denuncia” y manteniendo en Internet, ante el mundo, su difamatoria acusación?

No quisiera terminar sin agradecer a todos aquellos que, públicamente o no, han repudiado la falsa acusación. Con la mejor intención, algunos de ellos han subrayado, como muro de contención y antídoto contra la mentira, que, en el caso de Lina, Reina María, Fowler, Daniel y el mío propio, se trata de autores “de mucho prestigio”, “de reconocida valía”. E incluso una de las personas que intervino, luego de exponer buena parte de nuestros currícula, planteó lo siguiente:

Entonces surge la inquietud más importante: ¿es posible referirse a nuestros intelectuales con una vara de medir que ignora sus méritos concretos en la producción artística, literaria o científica y pone en primer plano la suspicacia?

Yo podría aducir, por ejemplo, que, en contraste con lo que haría un “mercenario de la SINA”, he sido precisamente la persona que más autores y textos de lo mejor del pensamiento estadounidense marxista y de izquierda ha traducido y divulgado en Cuba: Fredric Jameson, Hal Foster, bell hooks, Cornel West, George Yudice, Jochen Schulte-Sasse, Andreas Huyssen, Edward Said, Nancy Fraser, Susan Buck-Morss y Mohammed A. Bamyeh, entre otros; autores que probablemente la SINA no considere los más indicados para Cuba. Sin embargo, no he sacado eso a relucir; y no porque una persona con la capacidad manipulatoria de Alvarado y su irrespeto a la verdad hubiera podido replicar que esa labor divulgativa no era más que una engañosa fachada para una actividad “mercenaria” de signo contrario, sino porque creo que, en un caso de difamación, la única vara de medir —y de hacer justicia— ha de ser la verdad de los hechos, independientemente de si la persona difamada tiene o no méritos culturales y políticos, reconocimiento y prestigio, y, desde luego, también independientemente de si la persona difamante tiene o no méritos políticos o de otra índole.

Ya a los 18 años de edad, siendo asesor literario del Conjunto Dramático de Camagüey, como un principiante sin los méritos que hoy se me atribuyen, supe lo que era una monstruosa acusación totalmente falsa con fines exclusivamente político-culturales: sacar del Conjunto Dramático y de la vida cultural a un divulgador local del pensamiento teatral internacional de vanguardia de entonces (Artaud, Grotowski, el Living, el happening, el teatro pánico, etc.), promotor —como crítico y organizador de actividades— de la vanguardia nacional y extranjera en la plástica, la poesía y el cine, impugnador del realismo socialista soviético y sus apologistas provinciales, y, a la vez, un extravagante vestido de negro, con pantalones estrechos, y amigo de otros jóvenes creadores extravagantes, heterodoxos y Beatlesómanos como Carlos Victoria o el Beny. En esa ocasión, un tribunal provincial al que apelé, decidió, sin tener en cuenta los respectivos currícula culturales y políticos, pero sí el testimonio pericial del DTI, que los dirigentes de la Delegación Provincial de Cultura tuvieran que firmar un documento legal en el que se reconocía la total falsedad de la denuncia por la que me habían expulsado del Conjunto.

Ya cometí recientemente el error de no haber llevado a los tribunales la denuncia del allanamiento y la destrucción vandálica de equipos electrónicos y eléctricos en el Centro Criterios. Cada nueva falta de la debida respuesta pública a estos personajes los anima a acciones más agresivamente violatorias de la Ley socialista. Hay que poner fin de una vez por todas a la difamacion política como instrumento de la política cultural neoestalinista que determinadas nostálgicas personas y cofradías aisladas siguen tratando de imponer en Cuba, utilizando medios y cargos de instituciones estatales y sociales nacionales. Una vez más las convoco públicamente a un debate ideológico, porque de ideas se trata: a argumentar en los medios de comunicación culturales disponibles por qué nuestros investigadores, críticos, curadores, profesores y estudiantes universitarios y creadores de la literatura y las distintas artes, así como los cuadros culturales y los historiadores, antropólogos, sociólogos, politólogos y demás estudiosos de las distintas ciencias sociales, no deben leer los textos del pensamiento teórico mundial actual traducidos, publicados o accesibilizados electrónicamente por Criterios, ni escuchar las conferencias que destacadas personalidades internacionales y nacionales ofrecen en el Centro Teórico-Cultural Criterios; y, en fin, por qué, según ellos, no se debería permitir la existencia de Criterios, sus publicaciones y actividades.

Tienen la palabra.

Entretanto, Criterios seguirá siendo, frente al mismo odio al pensamiento y a los intelectuales que caracterizó a los Leopoldos Ávilas de los 70, una ventana abierta al mundo.

27 de julio del 2012

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Trabajar por Cuba: derecho de todos

02 jueves Ago 2012

Posted by luchatuyucataino in Cuba, Denuncia, Política, Solidaridad

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Julio, 2012. No. 197

La dinámica social cubana, de manera particular en La Habana, ha ido generando nuevas maneras de asociacionismo civil. Muchos intelectuales y proyectos, en unos casos vinculados de alguna forma a instituciones oficiales y en otros casos con total independencia, han tejido una novedosa red de actores y de perspectivas capaz de convertirse en el embrión de una renovada sociedad civil que podría marcar, de manera positiva, las primeras décadas de nuestro siglo XXI.

Es cierto que estos proyectos -hasta el día de hoy- no disfrutan del acceso debido a los medios que pueden relacionarlos intensamente con el pueblo y con los mecanismos que deciden la vida del país. No obstante, se trata de iniciativas en las cuales es posible vislumbrar determinada potencialidad. A su vez, se aprecia la relación que tienen con los nuevos imaginarios de la nación cubana. Estas características podrían colocarlos en el epicentro del quehacer nacional, sobre todo cuando se asuma la gestión de renovación, de actualización, que tanto necesita el país.

Sin embargo, parece que estos intelectuales y grupos preocupan a algunos que, lejos de promover esta nueva realidad, intentan deslegitimarla, porque la consideran rara y peligrosa. Hasta ahora parte del asociacionismo en la Isla ha sido determinado desde las más altas instancias políticas del país y funciona como correa de transmisión entre el Partido Comunista de Cuba y el pueblo. Los nuevos proyectos a los que nos referimos se conciben con otra naturaleza: no son hostiles al Estado, pero se consideran autónomos, como foros donde pueden converger actores de diferentes sectores sociales y de diversos intereses. En tal sentido, se piensan como grupos de activistas sociales que se estructuran de abajo hacia arriba y desean relacionarse de manera horizontal con la sociedad y el Estado.

En realidad esto puede entrar en disonancia con el papel asignado a las organizaciones sociales en el país. Sin embargo, estos nuevos proyectos, con una renovada naturaleza institucional, constituyen un suceso positivo que puede modernizar y activar la esfera pública cubana. El desafío político de las autoridades no está en obstaculizar el desarrollo de estas iniciativas, sino en cincelar el marco jurídico, civil y político de la esfera pública para que estos intelectuales y grupos puedan crecer, así como proyectar una nueva manera de relación entre el Estado y las asociaciones civiles, de forma que se logre más la autonomía de las personas y de los grupos, y resulte ensanchada la soberanía ciudadana.

En medio de la tensión que provoca la emergencia de estos grupos y siguiendo la decisión de obstruir su avance, algunos hacen uso de la difamación en el empeño por deslegitimarlos y mantener el viejo status quo de las instituciones civiles. En tal esfuerzo, estas personas llegan a acusar a los protagonistas de estos proyectos –sin presentar pruebas, sino meras acrobacias ridículas- de tener vínculos con sectores de poder y/o de inteligencia en el extranjero, y de manera especial en Estados Unidos.

Conocemos bien a muchos de esos intelectuales y proyectos, y por tanto podemos afirmar que, según su quehacer, son buenos cubanos y sólo desean el bien de Cuba, de cada cubano, incluso de aquellos que piensan diferente a ellos, como pueden ser esas mismas personas que ahora los acusan. Igualmente nos atrevemos a afirmar que estos no tienen ningún vínculo con sectores de poder en Estados Unidos ni relación alguna con los mecanismos de la ley Helms-Burton, porque se han cuidado mucho de no hacerlo.

Se hace necesario precisar que Cuba no es solo su Estado, sino también su sociedad. Por tanto, cualquier cercanía con sectores de poder en el extranjero, en especial radicados en Estados Unidos, no sería delito siempre y cuando los fines de la misma sean procurar el bien de nuestra nación, el respeto de su soberanía, y lograr una sociedad y un Estado que enrumben al país por caminos de integración y solidaridad, progreso y equilibrio. Como hemos afirmado siempre, las relaciones con sectores de poder en el extranjero jamás deben encaminarse a procurar cualquier desestabilización interna para hacer colapsar las instituciones establecidas, pues todo lo que traiga el caos a la patria cubana lo consideramos ilegítimo.

Cuba vive un momento de crisis porque no ha asumido plenamente el reto de reestructurarse, de refundarse, para adaptar el Estado y toda la esfera pública a las nuevas demandas de la nación, a la nueva sociabilidad que puja por nacer. La reforma del Estado nacional resulta una pieza clave de cara al futuro, pues de ello depende que podamos procesar, equilibradamente y en paz, los anhelos y las aspiraciones legítimos de toda la pluralidad presente en la nación.

Llamamos a abdicar de las diatribas sin fundamento, de la descalificación y del descrédito contra los proyectos emergentes y sus líderes. Solo el respeto, el diálogo y la audacia de reconocer el derecho del “otro” a trabajar por la patria cubana, serán capaces de encaminar el país hacia el sueño martiano de una Cuba “con todos y para el bien de todos”.

El presente trabajo es el Editorial correspondiente al número 3, 2012. La revista Espacio Laical puede ser vista en www.espaciolaical.net

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Carta abierta a Percy F. Alvarado Godoy

20 viernes Jul 2012

Posted by luchatuyucataino in Cuba, Denuncia, Solidaridad

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activismo, autogestión, autonomía, autoritarismo, censura, CIA, Cofradía de la Negritud, creación, Cubarte, cultura, Daniel Díaz Mantilla, debate, democracia, Desiderio Navarro, diálogo, EE.UU., Estatismo, gobierno, Grisel Echevarría del Valle, Havana Times, internet, izquierda, Lina de Feria, Luis Posada Carriles, manipulación, medios, MINCULT, OMNI-Zona Franca, Percy F. Alvarado Godoy, poder, policía, Rebelión, revolución, Reyna María Rodríguez, SINA, totalitarismo, Víctor Fowler


En la cuarta parte de su artículo, «Obama centraliza su guerra mediática contra Cuba», aparece, sujeto a serias acusaciones, el nombre de Grisel Echevarría junto a los de Lina de Feria, Orlando Luis Pardo y Daniel Díaz Mantilla, vinculados a una tal «Sala oscura: poetas en acción puerta 1».

Referente a lo antes escrito, ni tan siquiera puedo decir que estuve en el lugar y en el momento equivocado pues fue por su artículo que me enteré que yo poseía el don de la ubicuidad. Soy una persona capaz de asumir con valentía las consecuencias de mis actos, que nunca van a estar manipulados por ningún sistema de gobierno porque desvirtuarían su esencia. Mi pensamiento es puro porque es libre, no se trata de un simple papalote el cual tienen que pagar para poder empinarlo. Es lamentable que usted, de manera tan irrespetuosa, me haya colocado en un sitio que no me corresponde. Desconozco cuáles son sus fuentes pero beben de patrañas e incurren en el delito de difamación.

Dentro de la disculpa que usted emitió no aparece mi nombre por ninguna parte, se limita a mencionar a ciertas personalidades de la cultura que están respaldadas por el reconocimiento social, el cual puede que a mí se me niegue gracias a sus injurias. Sepa que además de dedicarme a la escritura, soy canta-autora, y mis composiciones son interpretadas, dentro y fuera del país, por agrupaciones y solistas. Si la puerta estaba entreabierta me gustaría ver cómo queda ahora.

Cuando usted dijo que cometió un desliz empleó una palabra muy sutil, casi tierna al oído, para designar un horror (fíjese que no digo error) por el grado de comprometimiento en el que nos ha involucrado. Pienso que ninguna disculpa reivindica tal estigma.

Solo me resta decirle que sus comentarios superfluos o balbuceos de pasillo, al menos en lo que a mí respecta, dejan mucho que desear de lo que pienso debe regir la integridad de un hombre y esto incluye a quienes de manera tan poco profesional hicieron eco de sus palabras sin corroborar antes los hechos.

Sin más

Grisel Echevarría del Valle.

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Una Respuesta Necesaria (a Percy Alvarado Godoy)

18 miércoles Jul 2012

Posted by luchatuyucataino in Cuba, Denuncia, Política

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Por Daniel Díaz Mantilla

Esa triste costumbre de acusar a la ligera, amparándose en la impunidad que otorga pertenecer a alguna estructura de poder difícilmente cuestionable; esa costumbre de ofender y desacreditar mientras se acusa, asumiendo la actitud –en apariencias digna y valiente– de quien defiende algo justo contra un adversario peligroso e inmoral; esa costumbre, que los inquisidores católicos tornaron práctica frecuente y universal, no murió con la Edad Media. No es un mal propio de una época ni de un sistema político, es un uso aberrado de la autoridad que puede afectar a cualquier grupo humano, en cualquier lugar o época, y no es tan raro como suele creerse.

Desde hace mucho, en todos los rincones del mundo, sucede que alguien, revestido de cierta jerarquía, apelando a evidencias poco probatorias, calzadas mediante argumentos y/o falacias ad hominem, arremete contra un supuesto enemigo con diatribas que encuentran resonancia y apoyo unánime, sin que el acusado pueda ejercer el derecho de expresarse en igualdad de condiciones. Casos célebres se vieron en la Alemania nazi, en la Unión Soviética bajo el gobierno de Stalin, y en los Estados Unidos durante los procesos conducidos por Joseph McCarthy. Casos menos célebres pero de igual naturaleza se vieron también en Cuba, en el llamado «quinquenio gris». Pero hay casos casi desconocidos, demasiado frecuentes, que ocurren a diario en todas partes.

En uno de esos casos lamentables me vi implicado hace apenas unos días, cuando el guatemalteco Percy Francisco Alvarado Godoy, ex agente de la Seguridad del Estado cubana y autor de varios libros sobre temas de espionaje y contraespionaje, publicó la última parte de su artículo «Obama centraliza su guerra mediática contra Cuba». El artículo en cuestión apareció el 29 de junio en el periódico digital Rebelión, de España, y fue reproducido el 12 de julio en el número 56 del boletín Por Cuba, que edita el portal Cubarte del Ministerio de Cultura cubano. Casi inmediatamente, los editores del boletín ofrecieron disculpas a cinco de los acusados por el autor: Lina de Feria, Reina María Rodríguez, Desiderio Navarro, Víctor Fowler y yo. El propio autor, después, ofreció también disculpas a través de su blog: «Por un error, enteramente mío, incluí dentro [sic] de las personas que participaban en este proyecto a un valioso grupo de intelectuales, cuya posición política e ideológica puse en entredicho. Me lamento por ello y me disculpo ante ellos, y ante mis lectores, por ese impensado error.»

Más útil que perdonar, con la misma ligereza con que fuimos acusados y absueltos, es tratar de comprender el error, o la serie de errores, cometidos por Alvarado Godoy en sus artículos. Ignorarlos sería cuando menos ser cómplices de una posible injusticia (tal vez involuntaria) contra otros de los acusados y, lo que es peor, ayudar a que esos errores sigan sucediendo. Conviene exponer sus causas y la ilegalidad que encubren, mostrar sus consecuencias no solo para quienes las sufren directamente, sino para todos. Porque acusaciones de esta naturaleza no son aisladas y sus efectos suelen ser devastadores para la cultura y la sociedad.

Lo primero que salta a la vista es que el autor no ofrece pruebas, sino que se apoya en fuentes cuya veracidad toma por incuestionable, algo que en el léxico de la jurisprudencia se conoce como argumentum ad verecundiam. Es significativo, sin embargo, que para apoyar su credibilidad el autor no considera necesario decir siquiera cuáles son esas fuentes, sino que acude a frases tales como «ha llegado hasta mis oídos que», «hemos conocido que», etcétera, o a una sospechosa (ambigua) primera persona del plural: «quienes nos dedicamos a monitorear la actividad enemiga contra Cuba». Un entramado de epítetos, cuyo uso es frecuente en el discurso político del gobierno, se emplea para desacreditar a los acusados: mercenarios, contrarrevolucionarios, asalariados de la CIA, anticubanos, oportunistas, intelectualoides de pacotilla… y con ellos se engloba a un grupo heterogéneo de actores sociales cuyas propuestas son relegadas en bloque mediante una vaga forma de culpabilidad por asociación: «solo pueden ser creídas por ingenuos o malintencionados». Esos calificativos, y la afirmación –repetida de diversas maneras a lo largo del artículo– de que conspiran y reciben financiamiento de una potencia enemiga para subvertir el orden interno del país, equivalen a decir que son culpables de traición, un crimen bastante serio y con consecuencias drásticas en la vida de las personas para ser tomado a la ligera. Difamar es un delito penado por la ley en todos los países, y resulta más grave aún cuando en ello se implica a instituciones cuya credibilidad se ve afectada.

Pero no se trata de una acusación formal ante autoridades competentes, sino que se hace a través de los medios masivos, insertándose en una densa red de textos similares, con una marcada intención acusativa; abundancia de adjetivos denigrantes y amenazas/advertencias (Percy F. Alvarado Godoy hace algunas advertencias en su artículo: «contamos con los recursos y elementos necesarios para conocer cada uno de sus pasos, así como las fuentes de su financiamiento»; «nuestros órganos de enfrentamiento conocen detalle a detalle la actividad injerencista de la SINA»; «Advierto que sabemos más, mucho más»); informaciones incompletas, parciales, y argumentos falaces cuyo fin –más que mostrar la verdad– es provocar respuestas emocionales, disuadir, persuadir, crear un estado de opinión… un tipo de discurso que se conoce con el nombre de propaganda.

Que la propaganda se utiliza en todo el mundo no es un secreto, aunque pocas veces un emisor admite que su mensaje es de tal índole, lo que valdría a decir que es tendencioso, poco confiable. El desarrollo de los medios masivos en el siglo XX y de las tecnologías informáticas más actuales intensifica este fenómeno. El propósito es convencer al mayor número posible de personas, y no interesa tanto si en el afán de lograrlo la realidad pierde aristas y el individuo opciones. Se trata –afirman Alvarado Godoy et al.– de una «guerra mediática» y aquí –para seguir con su metáfora bélica– la propaganda es un arma de persuasión masiva cuyo peligro mayor radica en esa mezcla de verdades y mentiras, de prejuicios y razones, de sentimientos exaltados que lanza sobre el lector.

Frente a tales influencias, el mejor recurso sigue siendo el pensamiento crítico: analizar, interpretar, intentar comprender en su complejidad el mundo y los discursos que sobre él nos llegan, ser prudentes a la hora de juzgar. Nada de esto encontramos en el artículo de Alvarado Godoy, muy al contrario, por eso me siento poco inclinado a disculparlo: ¿Comprende acaso la naturaleza y la magnitud de su error, sus efectos? No sé. Errores similares hundieron en el ostracismo durante años a autores como José Lezama Lima, Virgilio Piñera y otros; trajeron dolor innecesario a muchos y causaron un daño irreparable a la cultura y a la sociedad cubanas, privándonos de tanta sabiduría y belleza. La intolerancia y el odio a lo diferente, la incapacidad para entender las sutilezas y la pluralidad del intelecto, el simplismo paranoico y pendenciero, la arrogancia, no han desaparecido. Y actitudes como la suya solo sirven para revivir a los viejos fantasmas del miedo y el fanatismo.

Algo hemos aprendido del pasado y recordamos hoy: el individuo no es tan frágil ni se encuentra tan aislado como suele creerse. Tiene recursos, leyes, instrumentos que la sociedad ha ido perfeccionando y cuyo fin es proteger al ciudadano de los abusos del poder. Si renuncia a estos recursos, si el miedo u otro obstáculo impiden su acceso a la ley, pierde libertad y –simultáneamente– la perdemos todos.

Tomado de Boletín Por Cuba

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