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Observatorio Crítico Cubano

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Observatorio Crítico Cubano

Archivos de etiqueta: filosofía

Sobre los intelectuales

22 viernes Mar 2013

Posted by luchatuyucataino in Política

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antintelectualismo, debate, Enzo Traverso, filosofía, guerra fría, ideología, intelectual, Kronstadt, Octavio Rodríguez Araujo, participación, poder, socialismo


Por Octavio Rodríguez Araujo

Mi amigo Enzo Traverso, politólogo ahora profesor en la Universidad Cornell, me ha enviado su muy reciente libro, titulado Où sont passés les intellectuels? ( ¿Dónde están los intelectuales?), una larga entrevista que le hizo Régis Meyran, en Editions Textuel, Paris, 2013.

La importancia del libro, sugerida desde su título, amerita un artículo en el que tomaré algunas de sus ideas incluso con el riesgo de no serles fiel.

Para él (y para mí) la noción de intelectual en el siglo XX es inseparable de un compromiso político. Un intelectual cuestiona el poder, refuta el discurso dominante, provoca discordias e introduce puntos de vista críticos. Para Traverso la figura del intelectual contemporáneo apareció con el caso Dreyfus, ya que éste remitió a la república, a la justicia, a los derechos del hombre y al antisemitismo. Los precursores, sin embargo, vienen de muy atrás, de los filósofos y los hombres de letras, pero Zola, el autor de Yo acuso, fue un paradigma del intelectual como lo concebimos, y no como un diletante, por culto que sea, desprendido de su realidad y sin compromiso con ésta. Pero no siempre fue así; el papel del intelectual ha cambiado con el tiempo, y también con las circunstancias de su desenvolvimiento.

En algunos países, Francia por ejemplo –resumo–, el pensamiento científico y el intelectual no encontraron diferencia sustancial a finales del siglo XIX, en cambio en Alemania las diferencias entre el sabio y el intelectual eran evidentes, y ahí estaba Max Weber para comprobarlo en su librito El sabio y el político. En Alemania el sabio era incorporado al aparato del Estado, encarnaba la ciencia y el orden, y la universidad era el bastión del nacionalismo. El intelectual, en cambio, estaba fuera de las universidades, que eran los lugares de formación de las elites y las custodias de la cultura conservadora. Esto cambió con el desarrollo industrial y cultural y con las universidades de masas. Pero también dependió de la orientación dominante de los regímenes políticos. En los países gobernados por los fascistas se desarrolló el antintelectualismo y Traverso cita el ejemplo de Goebbels el 1º de mayo de 1933 cuando organizó una hoguera de libros, frente a la Universidad Humboldt, al tiempo en que decía en su discurso que ya había terminado la era de la intelectualidad. Era un régimen totalitario y en los totalitarismos los intelectuales críticos e independientes no han sido bien vistos, sino más bien excluidos y reprimidos. Sigue leyendo →

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Sesión de la Cátedra Cubana de Complejidad

19 martes Mar 2013

Posted by luchatuyucataino in Acciones, Convocatoria, Cuba, Ecología, Evento, Investigación, Noticia

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caos, catástrofes, Cátedra Cubana de Complejidad, Centro Juan Marinello, complejidad, debate, diálogo, ecología, física, filosofía, fractal, Ilya Prigogine, investigación, La Habana, Ovidio D'Angelo, Richard Levin, teoría de la complejidad, transdisciplina


Amigos, el viernes 22 a las 2 pm en el Centro Juan Marinello realizará una sesión de la Cátedra de Complejidad, con los siguientes puntos:

-Audiovisual sobre Prigogine y explicaciones de él mismo acerca de sus concepciones fundamentales.

-Debate sobre el tema.

-Comentarios sobre conferencias recientes de Richard Levin sobre ecología compleja y otros asuntos, en La Habana.

-Reflexión colectiva sobre teoría, métodos y prácticas aplicadas de la complejidad según las visiones de diferentes especialidades, y proyecciones en nuestro trabajo y estrategia futura.

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¿Vuelven los viejos manuales soviéticos de marxismo? ¿Y qué piensan hoy de ellos y del marxismo sus ilustres autores?

06 jueves Dic 2012

Posted by luchatuyucataino in Cuba, Entrevista, Investigación, Política

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academia, Carlos Marx, censura, crítica, debate, Desiderio Navarro, Dmitrii Sporov, dogma, Federico Engels, filosofía, Gramsci, manuales, marxismo, Oizerman, revisionismo, Satlin, socialismo, URSS


Por Desiderio Navarro

1ª ed. en ruso: 1960; ed. cubanas en español: 1979, 1980 y s/f
La idea fija de mi filosofía de la filosofía sufrió con los años cambios esenciales, lo que se reflejó en la monografía La filosofía como historia de la filosofía. Renuncié categóricamente a la anterior convicción de que la variedad de escuelas filosóficas es un estado transitorio, testimonio de la inmadurez del pensamiento filosófico. En cada concepción filosófica hay un contenido, conocimientos, que están ausentes en el marxismo. Por consiguiente, a este último hay que considerarlo no como la cima de la filosofía, sino sólo como uno de los sistemas de la filosofía. La presencia de una multitud de doctrinas es un mérito de la filosofía, su modus essendi, y no un defecto de ella, como pensábamos. Cada nueva doctrina enriquece la problemática de la filosofía, cargándola de más contenido.
T. I. Oizerman, 2007

MMLPublicado sin fecha por la Editorial Pueblo y Educación, está circulando una reedición parcial de uno de los clásicos de la manualística filosófica soviética: el Compendio de Historia de la Filosofía (Kratkii ocherk istorii filosofii), bajo la redacción de M.T. Iovchuk, T. I. Oizerman e I. Ia. Shchipanov, cuya primera edición en ruso tuvo lugar en Moscú (Sotsekgiz), hace 52 años.

Según informaciones no confirmadas, los ejemplares actualmente distribuidos en instituciones docentes forman parte de una tirada destinada originalmente a la municipalización de la enseñanza universitaria. Con las anteriores ediciones cubanas, también de Pueblo y Educación, en 1979 y 1980, al libro se le confió en Cuba, al igual que poco antes en la URSS, un importante papel pedagógico en la formación filosófica básica de miles y miles de profesores y estudiantes: «que el estudiante universitario cuente con un texto básico para el estudio de la historia de la filosofía desde una perspectiva marxista-leninista».

Su reaparición a través de su distribución gratuita o venta en centros docentes al cabo de 32 años, luego del derrumbe del modelo de socialismo que dicha manualística preconizaba, de la argumentada crítica de la misma por destacados pensadores nacionales como Fernando Martínez Heredia, y de la continuada y casi total no-publicación del pensamiento marxista y de izquierda no-soviético por nuestras editoriales, nos impone algunas preguntas, la menos filosófica de la cuales es la más elementalmente informativa: ¿qué piensan y escriben hoy, más de medio siglo después, sobre el marxismo y la historia de la filosofía esas grandes autoridades de la nomenklatura académica soviética?

Iván I. Shchipanov (n. 1904) murió en 1983 y Mijaíl T. Iovchuk (n. 1908) en 1990, pero Teodor I. Oizerman (1914), el más importante y laureado de ellos, considerado en Rusia toda una «leyenda de la ciencia y la filosofía patrias», está vivo y sigue muy activo en sus terrenos filosóficos predilectos: historia de la filosofía, teoría y metodología del proceso histórico-filosófico y teoría del conocimiento.

Para los más jóvenes pero también para los más olvidadizos, hemos de agregar que Oizerman es autor de más de 600 publicaciones, entre ellas unos cuarenta libros y folletos; de éstos se destacan La formación de la filosofía del marxismo (1962), Los problemas de la ciencia histórico-filosófica (1962), Las principales corrientes filosóficas (1971), El materialismo dialéctico y la historia de la filosofía (1979, publicado en Cuba en 1984), así como, ya después del «desmerengamiento» soviético, La filosofía como historia de la filosofía (1999), Marxismo y utopismo (2002), La ambivalencia de la filosofía (2011) y otro que mencionaremos enseguida. Fue miembro efectivo de las Academias de Ciencias de la URSS y la RDA, jefe del Departamento de Historia de Filosofía en la Universidad Estatal de Moscú, profesor en el Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de la URSS (1971-1987) y miembro del Consejo de Redacción de la revista insignia Voprosy Filosofii (Cuestiones de filosofía). En 1965 recibió el Premio Lomonósov, en 1979 el premio Plejánov y en 1983 el Premio Estatal de la URSS. A él, a Iovchuk –que, entre otras cosas, fue, de 1970 a 1977, rector de la Academia de Ciencias Sociales adjunta al CC del PCUS–, y a Shchipanov se les confió la tarea de elaborar la Historia de la Filosofía y el Compendio de Historia de la Filosofía, muchas veces reeditados en la URSS y divulgados por las editoriales Progreso, Pueblos Unidos, etc., en lengua española y otras.

A fin de completar la información que ofrecen nuestras editoriales y divulgadores mediáticos sobre la obra de esos filósofos y la filosofía rusa en general, traduciremos a continuación algunos pasajes de textos recientes en los que el propio Oizerman expone sus ideas sobre el marxismo, la historia de la filosofía y la producción filosófica soviética en particular.

Significativamente, uno de sus libros más recientes se titula Justificación del revisionismo (2005) y es exactamente lo que su título anuncia. He aquí cómo presenta el autor la idea central de su libro en su página web del Instituto de Filosofía:

En la medida en que la revisión de cualquier teoría científica, por más alto estatus que ella tenga, es un proceder investigativo normal, generalmente aceptado, calificarla como en principio incompatible con la doctrina de K. Marx y F. Engels es un testimonio del dogmatismo intrínsecamente inherente al marxismo y el principio de su dogmatización por los partidos marxistas. Así pues, el concepto «revisionismo», inconsistente desde el punto de vista científico, inaceptable en el medio científico más allá del marxismo, no es otra cosa que un eufemismo que oculta el aislacionismo de la «ideología socialista científica» en el plano de las ideas. Sigue leyendo →

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Intervendrá Christoph Menke en Seminario Filosófico Internaciona l sobre Utopía y Liberación (La Habana, 6-7 Diciembre)

04 martes Dic 2012

Posted by luchatuyucataino in Arte, Convocatoria, Cuba, Evento, Investigación

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arte, Centro Teórico Cultural Criterios, Christoph Menke, debate, diálogo, estética, filosofía, investigación, liberación, sociedad civil


El destacado filósofo alemán Christoph Menke intervendrá, junto a estudiosos de México y Cuba, en uno de los paneles del Seminario de Filosofía: La Paloma – Utopía y Liberación, que tendrá lugar el próximo jueves 6 de diciembre, a las 9:00 a.m. – 12 m. en el Aula Magna, Colegio de San Jerónimo (Calle del Obispo y Mercaderes, Habana Vieja)

El Prof. Dr. Menke (n. 1958) es catedrático de filosofía, especialista en ética y estética, profesor en la Universidad Goethe de Frankfurt. Es autor de los libros La soberanía del arte: la experiencia estética según Adorno y Derrida (1988), El presente de la tragedia: Ensayo sobre juicio y juego (2005), Filosofía de los derechos humanos. Para una introducción (2007, con Arnd Pollmann), Fuerza: Un concepto fundamental de la antropología estética (2008) y Juego trágico: Ironía y teatro de Sófocles a Beckett (2009) entre otros; varios libros suyos han sido traducidos al francés, inglés, croata y español. Recientemente, fue uno de los pensadores invitados a la documenta 13.

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La Fuerza del arte. Siete tesis

04 martes Dic 2012

Posted by luchatuyucataino in Arte

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arte, Centro Teórico Cultural Criterios, Christoph Menke, estética, filosofía, investigación, liberación, sociedad civil


Christoph Menke

1.

En la era moderna nunca había habido tanto arte como ahora, ni había tenido este tanta visibilidad, presencia e influencia en la sociedad. Hasta ahora, el arte nunca había sido hasta tal punto un elemento del proceso social, una pieza más de entre las muchas formas de comunicación que constituyen la sociedad: una mercancía, una opinión, un conocimiento, un juicio, una acción.

Nunca antes en la era moderna ha sido la categoría de lo estético tan central para la concepción cultural propia como en la época contemporánea, aquella que en su ardor inicial se dio el nombre de «posmoderna» y que ha ido evolucionando, cada vez más, hacia la idea de una «sociedad de control» posdisciplinaria (Deleuze). Del mismo modo, nunca hasta ahora había sido lo estético, hasta tal punto, un simple instrumento para el incremento de la productividad.

La ubicua presencia del arte y la importancia central de lo estético en la sociedad van unidas a la pérdida de lo que propongo denominar como su fuerza. Es decir, a la pérdida del arte y de lo estético como fuerza.

2.

No es posible eludir esta situación tratando de plantear el arte y lo estético como medios de conocimiento, política o crítica opuestos a su absorción social. La concepción del arte o de lo estético como conocimiento, como política o como crítica solo contribuye a hacer de ellos un simple elemento de comunicación social. La fuerza del arte no consiste en ser conocimiento, política o crítica.

3.

En su diálogo con el rapsoda Ion, Sócrates definía el arte como una excitación y una transmisión de fuerza: la fuerza de la exaltación, del entusiasmo. En primer lugar, la musa aviva esa fuerza en los artistas, y después estos la transmiten a través de sus obras a los espectadores y críticos, igual que un imán que «no solamente atrae los anillos de hierro, sino que les comunica la fuerza para que estos actúen como la propia piedra magnética y atraigan otros anillos». «Así, la musa inspira primero a unos, y a estos se les añaden otros en serie, inspirados por los primeros.» La totalidad del arte es un conjunto de transmisión de fuerzas. La fuerza de la inspiración, del estar fuera de sí, se transmite al artista, al espectador, al crítico, «hasta que este se siente inspirado, alcanza la inconsciencia y la razón deja de habitar en él».

4.

De esta percepción de la fuerza del arte deduce Sócrates que el arte debe ser desterrado de la ciudad, pues esta última se funda en la razón. Desde un comienzo han existido dos maneras opuestas de defender el arte frente a esa conclusión. Una defensa proclama que el arte es una práctica social. Afirma, frente a Sócrates, que no es cierto que en el arte actúe una fuerza que exalta de tal manera que hace perder la conciencia. Antes bien, en el arte –en su arranque, acogida y valoración– actúa una capacidad adquirida socialmente; el arte es un acto de subjetividad práctica. Ese es el sentido de la «poética» concebida por Aristóteles como poïétique (Valéry): una teoría del arte como realización, como ejercicio de una capacidad que el sujeto ha adquirido mediante la educación, es decir, mediante su socialización (o disciplinamiento), y que entonces está en disposición de ejercer conscientemente. Frente a ella se halla, desde el inicio, otra manera de pensar el arte, que el siglo xviii bautizará con el nombre de «estética». Esa reflexión «estética » del arte se basa en la idea de que en el arte se despliega una fuerza que conduce al sujeto fuera de sí, tanto hacia atrás como más allá de él; una fuerza que es, en definitiva, inconsciente: una fuerza «oscura» (Herder).

5.

¿Qué es la fuerza? La fuerza es el concepto estético opuesto a la capacidad («poiética»). «Fuerza» y «capacidad» son los nombres de dos formas contrapuestas de entender la actividad artística. Una actividad es la realización de un principio. La fuerza y la capacidad son dos formas opuestas de entender el principio y la realización de este.

Tener capacidad significa ser un sujeto; ser sujeto significa poder hacer algo. Lo que puede el sujeto es lograr algo, llevar a cabo alguna meta. Tener capacidad o ser un sujeto quiere decir poder lograr que una acción tenga éxito mediante la práctica y el aprendizaje. Poder lograr una acción quiere decir, a su vez, poder repetir una forma general en una situación nueva y particular. La capacidad implica repetir la forma general, que es la forma de una praxis social. Entender la actividad artística como ejercicio de una capacidad significa, por tanto, entender esa actividad como una acción en la cual un sujeto realiza la forma general, reflejo de una praxis social; significa entender el arte como praxis social y el sujeto como participante en ella.

Las fuerzas, como las capacidades, son principios que se hacen realidad en las actividades. Pero las fuerzas son la otra cara de la capacidad:

— Mientras que las capacidades se adquieren mediante la práctica social, los seres humanos ya disponen de fuerzas antes de ser adiestrados como sujetos. Las fuerzas son humanas, pero presubjetivas.

— Mientras que las capacidades de los sujetos se ejercen mediante un autocontrol consciente, las fuerzas operan por sí mismas; su funcionamiento no está dirigido por el sujeto, y este no es, por lo tanto, consciente de ellas.

— Mientras que las capacidades hacen realidad una forma general predefinida socialmente, las fuerzas son formadoras, y, por lo tanto, carecen de forma. Las fuerzas modelan formas y remodelan nuevamente cada una de las formas que han modelado.

— Mientras que las capacidades están orientadas a lograr algo, las fuerzas no tienen ni meta ni medida. Las fuerzas operan en el juego, en la generación de algo que ellas ya han superado.

Las capacidades hacen de nosotros sujetos que pueden participar eficazmente en las prácticas sociales y reproducir la forma general de las mismas. En el juego de las fuerzas, somos presubjetivos y suprasubjetivos: agentes que no son sujetos, seres activos no conscientes, seres inventivos sin finalidad.

6.

El pensamiento estético describe el arte, como Sócrates, como un territorio de despliegue y transmisión de fuerzas. Pero el pensamiento estético no solo valora esto de forma distinta a Sócrates, también lo entiende de otra manera. Según Sócrates, el arte es simplemente la estimulación y la transmisión de fuerza. Pero así no existe arte. El arte es más bien el tránsito entre capacidad y fuerza, entre fuerza y capacidad. El arte consiste en la divergencia entre fuerza y capacidad. El arte consiste en un poder paradójico: poder, no poder; ser capaz, ser incapaz. El arte no es ni siquiera solo la razón (Vernunft) de las capacidades, ni el mero juego de la fuerza. El arte es el instante y el lugar del retorno desde la capacidad a la fuerza, del surgimiento de la capacidad desde la fuerza.

7.

Por eso el arte no es un aspecto de la sociedad. No es una praxis social, porque la participación en una praxis social tiene la estructura de la acción, de la realización de una forma general. Y por eso en el arte, en la producción o en la recepción del arte, no somos sujetos. Porque ser sujeto quiere decir realizar la forma de una praxis social. El arte es más bien el territorio de una libertad, no en lo social, sino de lo social; la libertad de lo social en lo social. Cuando lo estético se convierte en una fuerza productiva del capitalismo posdisciplinario se lo despoja de su fuerza; porque lo estético es activo y tiene efectos, pero no es productivo. Sin embargo, lo estético es asimismo desposeído de su fuerza cuando ha de dar forma a la praxis social opuesta a la productividad desenfrenada del capitalismo; porque lo estético es liberador y transformador, pero no es práctico. Lo estético como «desencadenamiento total de todas las fuerzas simbólicas» (Nietzsche) ni es productivo ni práctico, ni capitalista ni crítico. En la fuerza del arte está en juego nuestra fuerza. Se trata de la libertad de la figura social de la subjetividad, ya sea de la subjetividad productiva o de la práctica. En la fuerza del arte está en juego la libertad.

Este artículo es un extracto del libro de Christoph Menke, Kraft. Ein Grundbegriff ästhetischer Anthropologie, 2008. Fuerza: Un concepto fundamental de la antropología estética interpreta la estética moderna como una teoría de la «fuerza». Para ello, demuestra que la filosofía moderna arranca de la estética por partida doble, de dos formas diferentes e incluso opuestas: en cuanto estética del sujeto y de sus «capacidades», y en cuanto experiencia y teoría de la fuerza, que concibe la estética como un juego de la imaginación. La fuerza distingue la naturaleza estética del ser humano respecto del elemento cultural de las prácticas adquiridas socialmente. «Fuerza» es el concepto de una diferencia −diferencia entre naturaleza y cultura, entre humanidad y subjetividad, entre juego y práctica−, diferencia que posibilita la libertad. «La última palabra de la estética es la libertad humana.» Tomado de Índex, nº 0, otoño 2010. Cortesía Centro Teórico-Cultural Criterios.

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Observatorio bajo fuego – pero a nosotros nos protege Changó

25 martes Sep 2012

Posted by luchatuyucataino in Cuba, Política

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actualización del modelo económico, anticapitalismo, autonomía, burocracia, capitalismo, censura, crítica, debate, democracia, democracia socialista, derecha, derechos ciudadanos, diálogo, Enrique Ubieta, filosofía, información, Isbel Díaz Torres, izquierda, Jorge Ángel Hernández, manipulación, marxismo, periodismo, polémica, reformas, Rogelio M. Díaz Moreno


Por Rogelio M. Díaz Moreno

En estos días nos han renovado el dudoso honor de convertirnos en blanco de las diatribas feroces de algunas personas descontentas con la labor del Observatorio Crítico (OC). De la animadversión de Enrique Ubieta ya conocíamos, por intercambios anteriores parecidos, y ahora se le une la artillería epistolar de Jorge Ángel Hernández.

Jorge Ángel Hernández (JAH), usual animador de la bitácora Oggunguerrero, dispara despiadadamente contra nuestro espacio a través del texto enviado a su colega Ubieta. A este último, lo felicita por arrostrar valientemente feroces batallas ideológicas, contra enemigos inicuos (nosotr@s). De tal forma, nos toca el turno de replicar. Como, a decir verdad, la carta de JAH no contiene ningún argumento nuevo, cabe hacer poco más que refrescar nuestras acostumbradas posiciones en el actual contexto.

Lo primero que tengo que expresar es la indignación que me producen estos autotitulados Defensores de la Fe y la Verdad Revolucionarias. Esta época debería estar signada, en teoría, por la batalla contra los sujetos que constituyen, según la tajante definición del Presidente Raúl Castro, los principales enemigos del proceso revolucionario, a saber, la mentalidad burocrática, el autoritarismo, el secretismo y demás lacras que desde el Observatorio nos hemos dedicado a fustigar. Se supondría que personas que presumen de tan raigal revolucionareidad fueran nuestros estrechos aliados para el fin principal, aún cuando se divergiera en cuestiones de formas y tácticas. En lugar de esto, los adalides de la voz oficial mantienen la misma mentalidad que el Primer Secretario del Partido llamó a cambiar, celebrando cuanta disposición se efectúa desde el poder (con minúscula, como le gusta a Ubieta) gubernamental a todos sus niveles y en todos sus aspectos, como si fuera la última proclamación del Evangelio, y procurando atajar a cuanto infante descarriado procura sacar el piececito de la cuna, que es donde único podría estar a salvo bajo la mirada severa del Papá.

Antes de enfilar sus cañones contra nosotros con tanta saña, JAH debería meditar en que los Orishas detestan la mentira y la doble moral, por lo que ciertos empeños harían mejor en no invocar su protección. El texto que perpetra no es otra cosa que un muestrario de tergiversaciones, acusaciones y ofensas vacías, falto de otras ideas, que no hace sino concedernos más aún el crédito y la razón. Por lo menos, Ubieta tuvo el mérito de aportar un punto importante al reconocer que la izquierda revolucionaria todavía no acaba de superar la parálisis teórica en torno a sus errores y desvíos históricos. Nada más que por eso, ya no me cae tan mal. Aunque yo hice la salvedad de que debía referirse a la izquierda tradicional, enquistada en mecanismos autoritarios de dirección y comando, esta confesión pudiera servir de base al debate y consenso requeridos para rectificar errores y retomar empeños con ideas renovadas. Por su parte, JAH no percibe o parece muy contento de permanecer en la tal parálisis. Sigue leyendo →

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Llénense las palabras con un contenido concreto (II)

22 sábado Sep 2012

Posted by luchatuyucataino in Cuba, Política

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actualización del modelo económico, anticapitalismo, autonomía, burocracia, capitalismo, censura, crítica, debate, democracia, democracia socialista, derecha, derechos ciudadanos, diálogo, Enrique Ubieta, filosofía, iglesia católica, información, Isbel Díaz Torres, izquierda, manipulación, marxismo, Papa, periodismo, reformas, Rogelio M. Díaz Moreno, verticalidad


Por Rogelio M. Díaz Moreno

En la página web de un centro hospitalario cubano se divulgaba recientemente un material informativo, en el que se presentaba el mecanismo denominado Control Interno como un instrumento de gestión que maximiza la iniciativa de los colectivos obreros. La persona que deseaba profundizar en el tema, encontraba enseguida cuáles eran los métodos que podían seguir los obreros para maximizar su iniciativa, según el citado documento, a saber: Realizar lo correspondiente al contenido de trabajo de su contrato y mantener una conducta integral y positiva. La manera de ejercer esta responsabilidad que se le ofrece al trabajador consiste, en breve, en cumplir con el trabajo asignado y rendir cuentas fidedignamente.

Leyendo el tal texto, me vinieron a la mente las muchas ocasiones en que numerosos dirigentes juveniles han proclamado que la Revolución le ha dado a los jóvenes cubanos los derechos y privilegios más apetecibles, díganse, los de sacrificarse toda la vida, trabajar y luchar abnegadamente en pos de ciertos ideales que estos dirigentes conocen muy bien.

Obviamente, deben existir criterios divergentes en cuanto a cómo podrían mejor los obreros ejercer la iniciativa, y cómo preferirían los jóvenes balancear aquellos derechos con otros, digamos, más pedestres.

A raíz del nuevo dardo que nos ha disparado el compañero Enrique Ubieta, yo me volvía a convencer de que, para extraer algo útil de un debate, es necesario que protagonistas y espectadores aprecien significados establecidos y compartidos en los conceptos que se usan por cada parte. Que de poco vale que cada cual se desgaste afirmando que tiene la democracia, la libertad, la vida, el camino y la luz, si no se parte de una tradición y una cultura que llene semánticamente cada vocablo, y además se indica claramente por los adversarios que se está abrazando una u otra alternativa.

En esta entrega voy a argumentar la importancia que considero que se le debe prestar a este aspecto.

De entre los mantras que repite Ubieta, obsesivamente, voy a empezar por los de la soberanía y la independencia. Aquel asume que como el gobierno actual garantiza, para Cuba, estas cualidades, ya se ofrecen las máximas garantías alcanzables para un sistema de justicia y felicidad para sus habitantes, por lo que oponerse al tal gobierno sería una actitud muy fea.

La soberanía, sin dudas, es un don invaluable. Le permite a las poblaciones de cada nación resolver sus asuntos internos sin interferencias de vecinos codiciosos, y aceptar el acercamiento de estos últimos solo bajo condiciones de mutuo acuerdo y beneficio que no comprometen sino, por el contrario, refuerzan las soberanías mutuas. Ahora vamos a contemplar que, de todas maneras, aparecerán debilidades si se mantiene el supuesto de Ubieta en una formulación demasiado simple.

¿Alguien se acuerda del gobierno de los Khmer Rojo, en Cambodia? Un gobierno bastante soberano, hasta donde conocemos. Sin ninguna interferencia externa, cometió en los años ’70 un genocidio espantoso contra todo aquello que oliera a civilización occidental, masacrando millones de personas. A tal extremo llegó, que cuando el ejército de la República socialista de Vietnam entró en el país y ocupó la capital, derrocando al tal gobierno, desde ninguno de los bandos de la entonces Guerra Fría se escucharon demasiados lamentos. En Europa, el dictador español Franco, luego de la derrota de sus aliados fascistas, sobrevivió varias décadas por sí solo, sin que la autonomía le sirviera de consuelo a las víctimas de su régimen. Se pueden encontrar otros ejemplos de gobiernos que han cometido, soberanamente, grandes monstruosidades. Vemos entonces, en primer lugar, que la soberanía es un requisito necesario, pero no suficiente.

En segundo lugar, cabe cuestionarse en qué se basan la soberanía y la independencia de que pregona Ubieta. Cuando se derrumba la Unión Soviética, se apreciaron en nuestro terruño de la peor manera posible, las consecuencias de ser dependientes de sujetos externos, de una manera tan conocida que no vale la pena ahondar en ello. En estos momentos, dado que de los convenios con un país Venezuela dependen la mayor parte de los ingresos económicos de nuestro país y la entrada segura y estable de combustible en condiciones tolerables para nuestra maltratada economía, cabe preguntarse dónde está la independencia. Podrían añadirse a estas preocupaciones, hechos como el peso de las remesas entre las fuentes de divisas de Cuba; que los capitalistas industriales de Brasil están manejando el establecimiento de nuestro próximo mayor puerto comercial y zona franca económica en el municipio del Mariel, y sus monopolios agrícolas cubren las tierras que fueron cañaverales nuestros, con sus haciendas para el monocultivo de soya (¡malvada transgénica!, añadiría mi hermano Isbel); que, una vez más, los Estados Unidos son el mayor abastecedor de alimentos para el mercado cubano, y eso con bloqueo y todo; y otros matices que ensombrecen un poco los supuestos rampantes de Ubieta de soberanía e independencia.

Ubieta repite tantas veces que debe creérselo, que el gobierno que defiende es genuinamente socialista y, en él, hay democracia y hay libertad, y que esto solo se puede lograr gracias al severo veto sobre toda otra posibilidad de manifestación de posturas diferentes. De acuerdo con esa idea, todas esas posturas no son sino desvíos malignos para perdernos y que se deben combatir severamente. Sin embargo, cuando desde posiciones con origen en el Vaticano se deja entrever que estamos caducos y perdidos en el llano, Ubieta mira hacia otro lado. Cuando se manda a despedir más de un millón de trabajadores, no lo vemos buscando soluciones para los despedidos. Cuando se promueve la contratación privada de trabajo asalariado, no propone medidas a favor de los que se convertirán en la nueva clase explotada. Cuando se le pasa la mocha a los presupuestos sociales, no promueve alternativas para compartir y suavizar el trancazo. El problema que me atosiga se destaca así con mayor intensidad: cómo definir con claridad qué son entonces la libertad y el socialismo, qué cree Ubieta que es la democracia, qué papel juega la ciudadanía, cuál es el rol de la política, de la soberanía, de la independencia, de la libertad y la igualdad de las que tanto se afana.

A Ubieta le sorprende encontrar en el espacio del Observatorio Crítico posiciones que asigna a la derecha contrarrevolucionaria, alrededor de estos conceptos de libertad y democracia. Sería conveniente recordar que el gobierno cubano firmó un pacto mundial bastante famoso allá afuera el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos. En el 2008, se aceptó por parte de nuestras autoridades que los ciudadanos poseen determinados derechos, inalienables, que integran y refuerzan los conceptos de libertad y democracia. Hay quien diría que se demoraron bastante pues ya Fidel Castro, desde antes de ser enjuiciado en 1953 y pronunciar el alegato La Historia me absolverá, había reivindicado el derecho de los patriotas a recuperar las libertades arrebatadas al pueblo cubano por el dictador Fulgencio Batista con su golpe de Estado, el año anterior. Sin embargo, a estas alturas aún no se ha ratificado internamente, aquello que se proclamó en ocasión de refrendar en Ginebra el dichoso pacto: que había sido la Revolución la que permitió al pueblo cubano disfrutar los derechos de libre expresión, asociación, movimiento y otros recogidos en sus artículos; que en la Constitución del país están recogidos estos principios y que las políticas y programas del Estado son los garantes de su ejercicio y protección.

Si esta es la posición genuina del gobierno cubano, sería en verdad un hito de progreso y ejemplo de todo lo que el socialismo puede lograr, y que el capitalismo solo puede fingir. Pero resulta que levantar esas banderas termina por convertirse, merced a los malabares verbales de la burocracia autoritarista tan cara a Ubieta, un acto contrarrevolucionario y anticubano. ¡Contrarrevolucionario, reclamar aquello por lo que se condujo la lucha revolucionaria! ¡Anticubano, defender que en la patria cristalicen los ideales de Martí y de los mártires del Moncada que lo recogieron como autor intelectual! En verdad es como para confundir a cualquiera. ¿Cómo y cuándo permitió el gobierno cubano que estos ideales se convirtieran, según sus exegetas, en el discurso de los otros, de los malos, de la derecha contrarrevolucionaria?

Pues nada, todavía hay que, antes de seguir con la discusión, definir qué entendemos por libertad, por igualdad, a ver si encontramos en esta discusión con Ubieta algún otro sentido aparte del berrinche agresivo de un ser irracional y verborreico.

A mí me complace sobremanera el concepto martiano de que la libertad es el derecho que todos tenemos a ser honrados, y a pensar y hablar sin hipocresía. Mientras más contemplo esa definición, más completa y hermosa la encuentro. Para tener la persona el derecho a ser honrada, es preciso que ninguna fuerza externa amenace sus capacidades de construirse una vida decorosa con su esfuerzo legítimo. La libertad le permite vivir, trabajar, expresarse según su conciencia, sin temor a censores ni a disgustos con dirigentes afectos a las mieles del poder, que le serrucharán el piso si lo perciben como amenaza. La libertad le permite alabar aquello que encuentra digno sin que se sospeche adulación interesada, así como trabajar para rectificar aquello defectuoso con la crítica como un instrumento más de rectificación sin que se le recriminen dobleces. ¿Cómo, entonces, es la mejor manera de medir, de saber si hay libertad? Una manera insuperable fue lanzada por una revolucionaria y comunista que dio su vida por el socialismo, Rosa Luxemburgo: hay libertad cuando hay libertad para el que piensa diferente, para el que disiente, para el adversario. Esto lo podríamos fundir: hay libertad, cuando el que disiente de la posición que tiene el poder grande o chiquito tiene los mismos derechos que el oficialista, es respetado en la misma medida, se le trata con igual justicia, lo que le permite ser igualmente honrado.

Ubieta dice encontrar, en el espacio del Observatorio Crítico, posiciones que asigna a la derecha contrarrevolucionaria alrededor de estos conceptos de libertad y democracia. Estos pasajes demuestran, según él, que el Observatorio es un nido del oportunismo y de la reacción derechista camuflageada de falsa izquierda. Le parece comparable nuestra posición con las que debilitaron y precipitaron invasiones militares estadounidenses en otras partes del mundo, como fuera Granada. Para nosotros, la posición de Ubieta es simplemente idéntica a la de los incondicionales estalinistas que infligieron al socialismo las dos peores traiciones de la historia cuando, por una parte, lo sentenciaron a una lenta pero inevitable derrota por la alienación entre el pueblo y el gobierno en la Unión Soviética y, por otra, provocaron en el resto del mundo la asociación ideológica tan grata al imperialismo de los proyectos socialistas con sus deformaciones del llamado socialismo real. Pues otra persona podría irritarse si encuentra que el gobierno revolucionario no ha satisfecho y luego sobrepasado estos aspectos de libertad y democracia que llaman tanto la atención, de una manera tan absoluta que haya dejado atrás por varios años luz a los más adelantados delirios de las corrientes liberales o socialdemócratas, las que habrían perdido entonces todo sentido y posibilidad de hacerse notar.

Si en nuestras páginas aparecen ciertos nombres y eventos que Ubieta quisiera sepultar, se debe a la vergonzosa circunstancia de que no fueron rebasados, como hubiera debido ser. Sin que esto quiera decir que compartimos programas u otros objetivos, puede que reconozcamos en ciertos contextos particulares que no es éticamente correcto tergiversar que existen, por la razón anterior y por la no menos irrebatible razón de que forman parte de este país, al igual que cualquier otra.

Del siguiente concepto estaremos tratando, sin habernos despegado del anterior. La igualdad de todos los ciudadanos, el valor idéntico de cada uno ante la ley, establecen la imposibilidad de discriminaciones sin causa legal por medio. Si no existe quebrantamiento de la legalidad, ¿cómo puede justificarse que ciertos discursos puedan campear y otros deban ser reprimidos? Cuando la situación sea distinta, cuando haya ruptura de la legalidad, ya la cosa cambia; pero para ello existen los mecanismos del sistema de justicia que no se deben pretender remedar o rectificar con maniobras para-estatales. Reconocer la igualdad de todas las personas y sus ideas, mientras no hayan sido demostradas culpables de otras cuestiones, implica el respeto a su libertad. El respeto a su libertad, implica reconocer su igualdad y, por tanto, la pertinencia de sus criterios en el espacio público.

Y la libertad e igualdad, qué duda cabe, son condicionantes imprescindibles de la democracia socialista. No puede haber igualdad entre el 1% que es dueño de las finanzas del mundo, y las poblaciones que sufren los peores azotes de las crisis económicas y, dado que la libertad de estas últimas es muy cuestionable, no es difícil contemplar la imposibilidad de la democracia en las sociedades donde prima el sistema capitalista de explotación. De tales circunstancias evidentes extraemos la necesidad de nuestra posición de izquierda anticapitalista. Ahora, para construir una alternativa mejor, la que anhelamos y por la que trabajamos, nos parece igualmente disparatado asignarle a los trabajadores, como derechos últimos, las iniciativas de autodisciplinarse y autoreportarse para que los regañen cuando se portan mal; o pretender convertir a ciudadanos en soldados incondicionales porque una República, como también dijo Martí, no se dirige como un campamento. De ahí que la libertad para participar en la construcción de un proyecto común que haga florecer otros derechos y libertades; la igualdad de todas las voces en el ágora, y democracia socialista a la hora de administrar todo el jelengue, consten entre nuestros más caros principios como movimiento de izquierda.

Con estas boberías mías que escribo como parte del debate, espero haber plantado una semilla de inquietud en cualquiera que tropiece, en lo adelante, con escritos donde se invoquen estos conceptos tan importantes, y que no deben ser tratados a la ligera.

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Llénense las palabras con un contenido concreto (I)

16 domingo Sep 2012

Posted by luchatuyucataino in Cuba, Política

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actualización del modelo económico, anticapitalismo, autonomía, burocracia, capitalismo, censura, crítica, debate, democracia, democracia socialista, derecha, derechos ciudadanos, diálogo, Enrique Ubieta, filosofía, iglesia católica, información, izquierda, manipulación, marxismo, Papa, periodismo, reformas, Rogelio M. Díaz Moreno, verticalidad


Por Rogelio M. Diaz Moreno

Yo tengo la democracia, háganme caso. No, aquel es un farsante, yo tengo la democracia, síganme a mí. Mientras el estéril peloteo prosigue, la mayoría de las personas encuentran que lo más ‘útil que pueden hacer es concentrarse en sus propios asuntos y enajenarse del intercambio retórico.

El periodista y bloguero Enrique Ubieta nos ha regalado con otra de sus filípicas, con las que pretende establecer que ciertas libertades, derechos y criterios solo se defienden felizmente desde el punto de vista que estamos acostumbrados a verlo defender. Según él, puede demostrarse que todas las otras voces que entran a la discusión y portan una posición que disiente de la suya, no son sino componentes de la alevosa conspiración del imperialismo mundial para derrocar el proyecto revolucionario que habría sido construido en Cuba por las fuerzas victoriosas el 1ro de enero de 1959.

La lectura del material La añorada contaminación de la crítica revolucionaria. Algunas reflexiones me despierta agudas discrepancias, un par de coincidencias muy curiosas, podrá apreciarse y me confirma una personal preocupación. Cuando uno las conversaciones callejeras en las que participo o escucho, con el diluvio de escritos, manifiestos, declaraciones, que cruzan los espacios mediáticos físicos o virtuales de nuestro entorno, llego a la conclusión de que se ha producido un proceso de dilución y vaciamiento de contenidos de un buen número de conceptos o términos generalmente asociados a la vida política de las sociedades modernas, llámense democracia, izquierda, liberalismo, etcétera. Esta opinión se me refuerza con el texto de Ubieta. Me he sentido impelido, entonces, a divagar alrededor de algunos puntos del susodicho material, tanto en defensa de algunas voces de las que él critica, como para resaltar la importancia de revertir este último proceso al que hago referencia.

Yo no voy a discutir el hecho recalco, es sencillo comprobar que es un hecho de que las administraciones gubernamentales estadounidenses han trabajado eventualmente para establecer, reforzar o recuperar la preponderancia sobre los asuntos propios de nuestro país. Esto ha sido así históricamente, en primer lugar por los beneficios económicos que la explotación de sus recursos le ofrecen a sus inversionistas y, en segundo lugar, para mostrar al resto del mundo cómo se castiga a las ovejitas que se escapan del redil. Esta es una de las pocas ideas claras que se pueden extraer del texto que se pueden argumentar con facilidad, como tampoco se puede negar que los métodos actuales de intervención del gobierno estadounidense apuntan más hacia la infiltración ideológica blanda que hacia las acciones de fuerza directa de antaño. En los documentos públicos que reflejan las directrices de aquel gobierno hacia nuestra isla, constan las sumas asignadas para apoyar voces que propaguen mensajes debilitadores de este otro gobierno del lado de acá. A partir de este punto, casi todo lo que me queda por elucubrar parte del asombro y la repulsa hacia la manipulación que efectúa nuestro reflexionador actual, respecto al movimiento de pensamiento y debate que está intentando abrirse paso y ofrecer algún aporte para los importantes momentos actuales de nuestro país.

Ubieta regresa, una vez más, sobre su característica posición de negar toda posibilidad de posicionamiento revolucionario y crítico sincero, fuera de los estrechos márgenes del apoyo incondicional al gobierno. La única postura crítica revolucionaria admisible para él, es aquella que se levante dentro del campamento dirigido por la dirección histórica. Quien pretenda enarbolar convicciones revolucionarias y socialistas desde cualquier otro espacio, sería un pelele, alguien que se alió con la derecha y le hace el juego al imperialismo.

Cualquiera puede afirmar lo que desee sobre las libertades de criterio y expresión social y cultural dentro del campo oficial por llamarlo de alguna manera que no tiene que considerarse ofensiva a priori, puede haber muchas circunstancias en que el oficialismo sea una postura honesta. No obstante, los que hemos permanecido al tanto del debate público en estos lares hemos podido apreciar realidades muy diferentes. Pregúntele, quien no esté está seguro, a Fernando Martínez Heredia, Aurelio Alonso y al resto del colectivo de la desaparecida revista Pensamiento Crítico; al colectivo del igualmente disuelto Centro de Estudios de América, y a tantos y tantos profesionales y revolucionarios que expresaran sus preocupaciones por los errores practicados en las políticas educacionales, económicas, de la agricultura y la industria azucarera, que fueran obligados a callar so pena de sanciones laborales y sociales.

Recientemente, un intelectual del calibre de Esteban Morales tuvo que dar una intensa batalla para reivindicar sus derechos intelectuales más básicos. Otros compañeros, menos célebres y con menor impacto que el elocuente orador de numerosas Mesas Redondas, no han tenido tanta suerte y han sufrido las consecuencias de sacar la patica del armario. Estos han recibido presiones, amenazas, ocasionalmente concretadas, de expulsión de centros universitarios o de trabajo; atemperamiento forzado o cierre fulminante de las bitácoras personales o blogs en Internet; y la difamación de sus personas en público por declaraciones festinadas de exagentes de la seguridad. En este ultimo caso se volvió a demostrar ciertas ventajas para un grupo de personas famosas con un prestigio muy bien ganado, ciertamente que recibieron un desagravio, insuficiente pero al menos expresado; a diferencia de lo dedicado a otras personas menos conocidas e igualmente insultadas. Con estos antecedentes, no sé cómo pueda sostenerse la pretensión de la libertad de expresión y crítica dentro del campo oficialista.

La penalización de cada intento de ponderación objetiva desde dentro del sistema no es mías que otra arista del fenómeno que Ubieta describe cuando plantea, literalmente, que la izquierda revolucionaria todavía no acaba de superar la parálisis teórica en torno a sus errores y desvíos históricos. Nuestra última coincidencia con el autor parte de esta tesis, si bien especifico en mi criterio que la que está paralizada, en teoría y práctica, no es toda la izquierda revolucionaria, sino son apenas aquellos sectores plegados al yugo de la incondicionalidad y obediencia servil con las estructuras monopólicas con las que el aparato estatal sofoca toda la vitalidad de la sociedad. En condiciones de asalariados del pensamiento oficial, sometidos a su estricto control de premios y castigos según se elogie o cuestione a un patrón nada sutil, poco podrán hacer estos sectores para trascender sus limitaciones. De aquí que, de acuerdo con otras opiniones con la que hemos comprometido nuestras vidas, los espacios más prometedores para los ideales revolucionarios, de izquierda, socialistas, los reinventan aquellos que comparten empeños con las mayores dosis de autonomía, los que piensan y actúan con la mayor independencia respecto del aparato burocrático estatal.

La independencia de estos últimos grupos es la que les permite observar y denunciar sin tapujos el avance de los elementos liberales y capitalistas que se introducen, en los mecanismos de la sociedad cubana contemporánea, de manos de los adalides de las reformas que adelanta el gobierno. No hace falta siquiera hurgar en secretos escondidos para encontrar motivos de preocupación en este sentido, puesto que se divulgan y defienden abiertamente por los periodistas y voceros oficiales a medida que se instauran las sucesivas actualizaciones en las distintas esferas de la economía y la sociedad. De tal forma, por una parte se exhiben a la vista publica el favorecimiento a la pequeña y mediana empresa capitalista, explotadora de mano de obra asalariada con derechos poco definidos e irrisoriamente camuflageada bajo el eufemismo de trabajo por cuenta propia; por otra parte, se despliegan todas las medidas concebibles para atraer capitalistas extranjeros brasileños, canadienses, chinos, rusos para que inviertan en marinas, zonas francas, consorcios de maquilas industriales o agrícolas y otros.

Se puede argumentar plausiblemente la necesidad desesperada que tiene la nación de aplicar medidas como estas, para reactivar la economía y de crear fuentes masivas de empleo. En todo caso, no se pueden ignorar festinadamente las contrapartidas porque, dicho de una manera obviamente elemental, las personas piensan, mayormente, como viven. También se puede argumentar la necesidad de utilizar más racionalmente los presupuestos destinados a fines sociales como salud, educación, subsidios y prestaciones sociales, etc., pero para ello se usan de nuevo, a plena luz del día el mismo lenguaje y dinámicas idénticas a las que se le reprochan al español Mariano Rajoy, los neocon estadounidenses y otros de su género. De tal suerte, se acumula una presión brutal sobre las personas que las empuja inexorablemente hacia la dirección de concentrarse en resolver sus problemas y vidas en proyectos individualistas, al son característico de las sociedades donde predominan los modos más desfachatados de la explotación del hombre por el hombre. Y para coronar todo esto, el aparato estatal ejecuta el acercamiento más carnal de que es capaz con las instituciones de la Iglesia Católica, pero no hacia aquellas ramas progresistas de la teoría de la liberación o de educación y organización popular, sino con aquellas estructuras del más rancio conservadurismo vaticano. A estas últimas fuerzas se les permite proclamar abiertamente la supuesta caducidad del marxismo y defender, a través de sus publicaciones y su discurso, la necesidad de implementación de los mecanismos liberales tradicionales; para no hablar de la ofensiva contra los derechos sexuales y reproductivos de las personas, entre otros que habían ganado terreno hasta hace poco. Esto no constituye, por mi parte, un llamado a que se bloqueen ahora determinados canales de expresión espiritual o de pensamiento. Lo que sí quiero es manifestar mi rechazo a la doble moral del aparato farisaico que, por mucho menos que lo anterior, condena a otras personas con cualesquiera epítetos consideren lo bastante peyorativos. Con defensores como estos, la revolución y el socialismo no van a necesitar enterradores.

Las medidas que impliquen retrocesos en ideales sociales, y cuya necesidad puede surgir de una necesidad perentoria, pueden encararse sin embargo de una manera más constructiva y genuinamente socialista. Para ello se requeriría entonces dejar de lado el júbilo carnavalesco y el carácter vertical y totalitarista de gobierno, e involucrar a la clase trabajadora en su formulación, gestión y el manejo de las consecuencias socioeconómicas e ideológicas que inevitablemente traen. ¿Quiere Ubieta que la izquierda oficialista supere el marasmo y estancamiento en que la sitúa? Que se aplique creativamente a trabajar sobre estos apremiantes conflictos.

Ubieta machaca y remachaca que todo aquel pensamiento que se desvíe del caucecito estrecho de su entendimiento no podrá enarbolar con legitimidad ciertos estandartes sobre los que pretende el monopolio. No obstante, ala hora de definir cuál es la izquierda verdaderamente revolucionaria, cuál es el ideal de sociedad al que se aspira, qué papel se le da a la democracia en ella, no bastará con empinar símbolos heráldicos pintados en un paño o invocados en un discurso. Se requerirá, eso sí, despejar todas las dudas acerca de cómo se conciben cada uno de esos conceptos; demostrar con transparencia cuál es la clase social con la que uno se funde, se integra y a la que se pretende empoderar, en la igualdad más auténtica de las posibilidades de todos sus integrantes, para trabajar en pos de ideales colectivos. Creo que hasta aquí tenemos bastante muela para la primera parte de este post, así que voy a continuar en la próxima aventura.

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Comienza el lunes el Seminario de Semiótica de la Cultura por el Prof. Manuel Cáceres Sánchez en el Centro T eórico-Cultural Criterios

08 sábado Sep 2012

Posted by luchatuyucataino in Acciones, Arte, Convocatoria, Cuba, Evento, Investigación

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antropología, arte, Centro Criterios, comunicación, crítica, creación, cultura, debate, Escuela de Tartu-Moscú, España, Estonia, filosofía, humanismo, investigación, Iuri M. Lotman, Manuel Cáceres Sánchez, Rusia, semiótica


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Sesiona primera jornada del Foro Social Observatorio Crítico 2012-05-26

26 sábado May 2012

Posted by luchatuyucataino in Cuba, Evento, Política

≈ 56 comentarios

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anticapitalismo, antirracismo, ciencia política, ciudadanía, clase obrera, comunidad, consenso, debate, democracia, diálogo, Dmitri Prieto, Félix Guerra, filosofía, Gisela Arandia, Jorge Luis Alemán, libertario, marxismo, movimientos sociales, Pedro Campos, poesía, revolución, Rogelio M. Díaz Moreno, sociedad civil


Por Rogelio M. Díaz Moreno

Durante este sábado 26 de mayo, transcurrió la excitante primera jornada del Sexto Foro que convoca anualmente la Red Protagónica Observatorio Crítico. Para esta ocasión se recibió el preciado apoyo del centro comunitario La Ceiba, del municipio de Marianao en La Habana.

El Observatorio Crítico (OC) agrupa una miríada de proyectos autónomos que tienen en común la promoción de los esfuerzos de las personas para auto organizarse, en torno a ideales de izquierda, anticapitalistas, anti autoritarias, anti burocráticas, como consta en su discurso y accionar. Estos Foros anuales se convierten en el espacio de intercambio especial, de reflexión teórica e intercambio de experiencias; y no solo entre sus miembros, pues también son recibidos invitados de hondo calado intelectual de la sociedad cubana y amigos en general. Con este escrito personal no pretendo dar nada parecido a una nota oficial a nombre del OC, sino apenas trasmitir mis impresiones tras participar en el evento que culmina el domingo.

La recepción que nos dispensaron en La Ceiba hizo honor al carácter fraterno y solidario de los cubanos y cubanas. Kende (con K) haría honor a la tarea de producción artística. El salón estaba engalanado con pancartas y banderas que nos han acompañado en las actividades que se han desarrollado en distintos lugares, con consignas que subrayan el carácter del OC comprometido con el pueblo del que formamos parte, en nuestro tiempo, del lado del desposeído y contra la discriminación. Con el aporte de mucho trabajo decididamente voluntario de los activistas se habían preparado las condiciones para el evento y lo que resultó necesario pagar para algunos servicios imprescindibles, se ejecutó en el marco de la máxima transparencia y consenso democrático.

El proyecto comunitario El Trencito, de manos de Yadira y Ernesto, tendió deliciosos caminos que allanaron los recorridos que seguirían los distintos paneles y conversatorios. El desafío que le siguió dio fe de las capacidades y aportes que se pueden revelar a la vez que las personas decidimos @uto-organizar ¿nos?.

Como parte de este apartado, Jorge Luis Alemán efectuó una breve caracterización de los movimientos sociales en la actualidad, de especial interés en esta época de turbulencias, indignados, movimientos de pueblos originarios con madurez alcanzada, ocupadores de bancos en Wall Street y en fábricas argentinas, cada uno a su manera, con sus peculiaridades, por lo general rechazando los viejos esquemas de estructuras rígidas y autoritarias. Desde la Universidad de las Ciencias Informáticas, se acercaron Mayda Gil e Idalis Quiñones para relatar las emocionantes experiencias de una iniciativa de aquellos estudiantes, que no son remisos a dejar con frecuencia los informatizados laboratorios para realizar acciones de sencillo y mundano amor con personas en necesidad. La relevante intelectual Gisela Arandia abordó un tema que se consolida como pre + ocupación fundamental en nuestra Cuba actual, a saber, las carencias y necesidades de trabajar mucho más para erradicar el flagelo de la desigualdad entre las personas blancas y las negras o mestizas.

En la segunda parte de este conversatorio, Adolfo Cabrera y Miriam Real expusieron las iniciativas de promoción cultural Proyecto Talento Cubano, Garaje 19 y Misceláneo. Luis Rondón disertó sobre las redes sociales de corte LGBT en Cuba y Alien García estremeció a más de uno con un sencillo recorrido imaginario por el día de un cubano cualquiera que pudiera apoyarse en las tecnologías de telecomunicaciones para (si existieran las debidas condiciones): pagar sus cuentas de servicios básicos; reservar pasajes para visitar a sus familiares de otra provincia; comunicarse con estos por correo o SMS; enterarse del estado del tiempo o de ofertas ventajosas en alguna tienda cubana, todo ello factible sin siquiera pensar en un conflictivo cable submarino hacia ninguna parte; y termina uno con la duda sobre en qué invierte Etecsa los dineros que cobra por sus nada baratos servicios. La intervención del profesor de la Universidad de Matanzas, Harold Cárdenas, movió asimismo al acalorado debate tras exponer las vivencias del blog que fundara con un par de amigos, el conocido La Joven Cuba, cuya repercusión creciente reveló la necesidad de encarar responsabilidades nunca imaginadas por estos compañeros.

Después de la necesaria pausa para reponer energías la parte materialista que no falta en estas reuniones de intelectuales tuvo lugar un debate cuyo origen partió de esas conversaciones en las que los socios nos ponemos a filosofar y a arreglar el mundo, empezando por el país propio. Y en las que nos resistimos a aceptar pasivamente la condición que percibimos en muchos grupos de tornarse refractarios ante el abordaje de conceptos que mencionen o se relacionen claramente con el término ideología. Como incitación a hurgar en intereses y motivaciones, se elaboraron un par de preguntas que se pusieron a disposición de un panel, díganse, ¿es posible definir una concepción crítica de este término tal que pierda su cualidad antipática para la gente común?, y ¿tienen las sociedades modernas necesidad de una, o varias, ideologías? Como panelistas principales intervino el profesor Juan Valdés Paz, el poeta Félix Guerra, el teólogo de la liberación Félix Sautié, y otros dos activos pensadores y miembros del OC, Dmitri Prieto y Pedro Campos, para completar la sopa de marxistas y libertarios. Como moderador de esta sección, yo también tuve el privilegio de meter mi cuchareta al lado de estos ilustres, y podemos contar que pocas veces hemos tenido un debate tan intenso y extenso, con la animada intervención de muchos de los oyentes en intercambio fertilísimo con los panelistas, que solo se detuvo ante la imperiosa necesidad de concluir para cerrar el salón al finalizarse la jornada.

Las intervenciones ofrecidas en todos los espacios de este día, así como los de mañana, serán recogidos esperamos, deseamos para ser circulados entre todos los ya interesados y aquellos a los que logremos interesar. Surgieron asimismo importantes ideas que deben constituir motivaciones y tareas para el OC y sus amistades. El día de mañana promete ser igualmente fascinante.

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