Etiquetas
anarcográfico, anarquismo, debate, diálogo, Erasmo Calzadilla
Por Erasmo Calzadilla

ilustración por Onel
El poder ejercido por una clase sobre otra no tramita solo a través de la represión explícita; toda una red de instituciones se encarga de apoyarlo y reforzarlo de manera sutil en las más diversas esferas de la vida social. Una de las áreas donde el poder circula sin levantar muchas sospechas es la del lenguaje, especialmente la ortografía.
La escuela y otras instituciones de control social utilizan las pruebas y reglas ortográficas para discriminar a los que han asimilado satisfactoriamente el proceso de amaestramiento de aquellos demasiado “rebeldes” o “brutos” que se resisten. No importa que su jerga sea más creativa o empleen una racionalidad más coherente, las personas de la clase “baja” suelen chocar estrepitosamente con las normas arbitrarias impuestas a la lengua. Resulta sintomático que la burro-cracia educativa cubana dedique tantos esfuerzos a recuperar la disciplina ortográfica. Sigue leyendo