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Entrevista a Marlene Azor
Uno de los temas menos tratados en las reflexiones sobre la transición del socialismo cubano ha sido quizás las numerosas dinámicas profesionales y aportes del caleidoscopio de cientistas sociales de la isla. Pocas experiencias de los años de la profundización de la institucionalidad realsocialista cubana y su posterior crisis son conocidas y la crítica de izquierda a las políticas estatales de aquellos momentos y los actuales no es muy tenida en cuenta en nuestro país. A continuación la Red Protagónica Observatorio Crítico comparte una entrevista concedida por la destacada investigadora, profesora e intelectual Marlene Azor Hernández, cuyas vivencias y opiniones conforman un prolífico y consecuente marco de análisis de las realidades pasadas y actuales de la sociedad cubana.
Observatorio Crítico: ¿Dónde naciste y viviste la niñez y primera juventud? ¿Algún recuerdo especial del terruño personal en aquellos tempranos años?
Marlene Azor: Nací en la ciudad deLa Habana y crecí en Centro Habana. Mi infancia y mi primera juventud las recuerdo muy feliz. Tuve la suerte de tener unos padres amorosos, atentos, que además me regalaron unos valores de base que me han servido toda mi vida: la honradez, la disciplina, la perseverancia y la seguridad en mi misma. Tuvieron la lucidez de inculcarnos a mis hermanos y a mí, el gusto y la responsabilidad por la independencia personal. Fueron padres muy ocupados en la salud y la educación de sus hijos y de una calidad humana excepcional.
Los recuerdos más hermosos de esa época son en la playa Santamaría donde pasábamos las vacaciones. Desde ese entonces he tenido una relación con el mar como una prolongación de mi cuerpo. Estando en París, extrañaba mucho el mar y paseando por la ciudad me sentaba en las fuentes, a escuchar el agua caer, y cerraba los ojos imaginando estar en el mar del Caribe.
OC: ¿En que centro educacional cursaste el preuniversitario?
MA: Lo cursé en el instituto de La Habana José Martí. Para mí fue una época de efervescencia cultural. Estudiaba francés en la escuela nocturna de idiomas de la Manzana de Gómez y gracias a mis compañeros de clase descubrí la poesía de Paul Eluard, Rimbeau y nos íbamos muy a menudo a la cinemateca a ver cine francés de la Nouvelle Vage. También me inscribí en un curso libre de Historia del Arte impartido por el profesor Oscar Morriña, en el Museo de Bellas Artes que supo despertar en mí el interés y el conocimiento necesario para disfrutar del arte. Gracias a mis compañeros de estudio y sus padres también pude leer en esa época a Walt Whitman, “El viejo y el mar” de Hemingway, aprender a apreciar la música barroca, “el cante jondo” a degustar el ron cubano y desde entonces nació mi afición a las tertulias. Los sábados me iba a la Plaza de la Catedral a visitar a mis amigos grabadores y luego podíamos en esa época merendar en el Patio o comer tostones y masitas de puerco fritas con mojitos en la Bodeguita del Medio. También conocí en esa época la pintura de Servando Cabrera Moreno, mucha música clásica y leí el poemario de Heberto Padilla “Fuera del Juego”.Me pareció una poesía poderosa, lúcida y rebelde y sólo muchos años después me enteré del proceso estalinista que le hicieron.
Empecé enla Escuelade Letras y cursé dos años antes de ser seleccionada para ir a estudiar ala URSS. Esosdos años también fueron de un maravilloso enriquecimiento cultural y mis profesores y compañeros de estudio me facilitaron unos conocimientos y unas vivencias también muy positivas.
OC: En el año 1981 te graduaste de Licenciada en Comunismo Científico en la Universidad Lomonosov de Moscú. Cuéntanos sobre tus experiencias sobre la teoría sociopolítica del real socialismo soviético y de la academia que la producía.
MA: A nivel vivencial fue una experiencia muy valiosa y productiva, a nivel académico tuve mi primera crisis existencial. Estudié en la Lomonosov, en Moscú, y eso me permitió tener acceso a la ciudad. Sigue leyendo