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Benedicto XVI, crítica, Dariela Aquique, misa, Papa, religión, Santiago de Cuba
Por Dariela Aquique
Hoy es el Día Internacional del Teatro, y la visita del Papa me resulta una gran puesta en escena. No por sus objetivos pastorales de pasar por la isla, sino por todo el mecanismo que han tejido las autoridades para dicho recibimiento y a su mal actuado beneplácito, cuando todos saben, que tal visita viene dejando sin dormir a la Seguridad del Estado cubana desde hace varios meses.
La primeras escenas, fueron las de organizar quiénes y cómo irían a recibir al Papa o asistirían a la misa del lunes.
Convocatorias y movilizaciones hechas desde los CDR, los sindicatos o las escuelas, donde instrucciones muy precisas dictaminan la hora desde la que deben estar concentrados los grupos, los recorridos que hará cada uno para llegar a la Plaza y una vez allí qué lugar deben ocupar en los llamados cordones de seguridad: primero, segundo, tercero…
La prohibición de portar cámaras fotográficas, móviles, bolsos o carteras, ni siquiera sombrillas, que no deben corearse consignas de ningún tipo y las ordenes de combatir cualquier tipo de manifestación de la disidencia en caso de suceder. Sigue leyendo