Etiquetas
antiautoritarismo, barrio, burocracia, ciudadanía, consenso, control ciudadano, corrupción, CTC, Cuba, cultura, desigualdad, discriminación, Ernesto Che Guevara, espacio público, Estado, Félix Sautié Mederos, institucionalidad, izquierda, marxismo, nación, poder, sindicato, socialismo, sociedad
CRÓNICAS CUBANAS
Por Félix Sautié Mederos
De nuevo acudo a lo que nos dijo Che.
Están sucediendo últimamente algunos hechos significativos que, por los momentos cruciales en que se producen, en mi criterio muy personal están ensanchando la brecha ya surgida desde hace algún tiempo entre el pueblo de a pie y el sistema establecido, centralizado y
autoritario. Estas situaciones anómalas saltan a la vista entre los habaneros con quienes convivo, y las palpo muy directamente con mis vecinos y amistades, así como con quienes me encuentro y relaciono día a día. El pueblo de a pie sufre calladamente y ya no tan calladamente, en medio de las basuras que mal se recogen y las desidias que se palpan en La Habana Capital de todos los cubanos, así como por los desafueros de una burocracia centralizada y autoritaria que, a pesar de su lenguaje revolucionario, para nada lo toma en cuenta y ahoga a las críticas –incluyendo a las quejas–, criminalizando
indiscriminadamente al pensamiento diferente en general como obra enemiga.
Incluso, muchos de los hechos controvertidos a que me refiero son descritos y acogidos públicamente en busca de soluciones, en el periódico Juventud Rebelde en su sección “Acuse de Recibo” así como en el programa del Canal Habana “Papelitos Hablan” por el egregio periodista José Alejandro Rodríguez; quien, con un magistral profesionalismo, ha podido reflejar estas situaciones día a día con objetividad, sin estridencias y reconociendo lo que se rectifica cuando se produce. Debo expresar que lo que valientemente realiza desde adentro, sin ubicarse fuera de la Revolución, José Alejandro, constituye una obra periodística ante la cual me quito el sombrero como dice la expresión popular y la considero ejemplarizante. Este ejemplo que planteo contrasta con el ejercicio generalizado de otros que caben perfectamente en la concepción de Che en “El Socialismo y el Hombre en Cuba”, en donde los identificó y rechazó como asalariados dóciles del pensamiento ofiicial, Cito textual: “No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial ni “becarios” que vivan al amparo del presupuesto ejerciendo una libertad entre comillas”. (1) Sigue leyendo