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Biodiversidad, ciencia, claria, crítica, desarrollismo, ecologismo, Erasmo Calzadilla, IES, Instituto de Ecología y Sistemática
Por Erasmo Calzadilla
En el año 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 22 de mayo como Día Internacional de la Diversidad Biológica, con el objetivo de llamar la atención sobre la extinción masiva que estamos provocando, que abarca a ecosistemas, especies y genes. Nunca el planeta conoció un declive tan acelerado.
Alguien podría pensar que en definitiva la humanidad no necesita tantos bichos para vivir decentemente, que se trata de un problema estético, o a lo sumo ético; nada más lejos de la verdad.
Más allá de todos los servicios directos o indirectos que “los bichos” brindan, la diversidad es el estabilizador de la biósfera, su protección contra perturbaciones y agresiones. Sin ella estamos fritos.
Somos la especie con el cerebro más grande pero nos comportamos como una vulgar plaga asaltando un planeta. Damos pena.
Pero si el problema es complejo la disyuntiva luce simple: O decrecemos suave, planificadamente, evitando en lo posible las catástrofes, o lo hacemos a base de guerras, crisis ambientales y sociales, epidemias y hecatombes. Que nadie se engañe a estas alturas con esa falacia a la que llaman Desarrollo Sostenible. Sigue leyendo