Etiquetas
antiautoritarismo, bloqueo, burocracia, cambio, ciudadanía, Crónicas Cubanas, Cuba, debate, democracia, espacio público, Félix Sautié Mederos, libertad de expresión, participación, Pentecostés, prensa, relevo de la generación histórica, República, revolución, secretismo, sociedad, sociedad civil
¿A qué esperamos para mirarnos por dentro con objetividad?
Por Félix Sautié Mederos
Queridos lectores de Crónicas Cubanas
Los analistas internacionales de prensa en Cuba son realmente muy capaces y profesionales. Nos mantienen al día con objetividad de análisis al respecto de los principales problemas mundiales que nos ha tocado vivir; casi nada se les escapa. Eso lo planteo a plena responsabilidad y con conocimiento de causa en el oficio periodístico. Pero en lo referido a nuestros propios problemas internos, en nuestros medios de comunicación en cambio, se imponen la apologética y el triunfalismo potenciado además por un conformismo tácito con el secretismo que nos invade y caracteriza, muy a pesar de todo lo que oficialmente se ha planteado contra ese secretismo, del cual parece que no nos podemos deshacer.
Me refiero a un problema cuya solución urge cada día más, porque en el intercomunicado ámbito en tiempo real que nos rodea por todas partes internacionalmente, nuestra falta de diálogo y análisis sobre nuestros propios problemas, más allá de todo lo positivo que es muy justo señalar, constituye una carencia que nos hace mucho daño y que coadyuva a la desesperanza y al hastío del más de lo mismo gris que se reitera cotidianamente entre muchos cubanos de a pie. Estado de ánimo que es imprescindible superar en aras de crear esperanzas y fe en el futuro incierto que tenemos por delante en las complicadas
circunstancias que estamos viviendo en el mundo de hoy y que nuestros analistas internacionales nos reflejan con eficiencia y eficacia.
Esa compleja situación sobre la necesidad de mirarnos por dentro con plena objetividad sin triunfalismos ni omisiones secretistas, no se debería continuar justificando a partir de los conceptos de Plaza Sitiada con que se enfrenta al Bloqueo criminal y real que sufrimos, así como a las agresiones del Imperialismo que a pesar de todo lo que se ha avanzado con el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos no cesan y continúan afectándonos. En mi opinión muy personal con la persistencia de esos criterios detenidos en el tiempo, se logra controvertidamente lo contrario de los propósitos enunciados en pro de salvaguardar los intereses de Cuba y del pueblo cubano; porque si no analizamos objetiva y libremente nuestros propios errores, nuestras deficiencias, nuestras prácticas obsoletas y la necesidad de cambiar todo lo que deba ser cambiado, entraremos con gran desventaja en el nuevo período de relevo generacional de la Revolución Triunfante que se está proyectando a partir del 2018. Revolución Cubana con la cual he comprometido para siempre mi vida desde 1957 a la fecha.
La actual festividad de Pentecostés que nos trae el calendario litúrgico de la Iglesia en este mes de junio del 2017, es la conmemoración del cumplimiento de la promesa de Jesús de Nazaret a sus discípulos de enviarles el Espíritu del Dios Padre para que los bautizara en fuego, con el cual irían a cumplir su mandato de amarse los unos a los otros y marchar al mundo “para proclamar que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. No os procuréis oro ni plata, ni cobre en vuestras fajas; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalia, ni bastón… En la ciudad y el pueblo que entréis, informaos de quien hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis. Al entrar en la casa saludadla. Si la casa es digna, llegue a ella vuestra paz; mas si no es digna, vuestra paz se vuelva a vosotros. Y si no se os recibe ni se escuchan vuestras palabras, al salir de la casa o de la ciudad aquella sacudíos el polvo de vuestros pies. Yo os aseguro: el día del Juicio habrá menos rigor para Sodoma y Gomorra que para aquella ciudad”. (Mateo 10, del 7 al 15).
Y en Juan 20 .21 se expresa que Jesús les dijo también: “Como el Padre me envió, yo os envío. Dicho esto sopló, y les dijo: Recibid al Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan
perdonados; a quienes se lo retengáis les quedan retenidos”.
Pentecostés es una conmemoración con un profundo sentido de esperanzas y seguridades que nos llama a acometer el presente y el futuro con decisión firme y con nuestras propias manos. Pentecostés requiere de una meditación profunda de su verdadero sentido que muchos de los que se proclaman cristianos no cumplen. El lenguaje de todos los tiempos con que se expresa el Evangelio hay que saberlo interpretar en su sentido simbólico siempre actual, para comprender claramente el significado exegético y hermenéutico que tiene, al objeto de apropiarnos de la voluntad y los principios de acción proclamados por Jesús que nos hagan marchar hacia adelante y construir un mundo mejor posible.
Previo a lo cual en estos momentos tan cruciales, me planteo con mucha fuerza una interrogante básica que nos facilite lograrlo con toda la efectividad que es imprescindible en nuestros propios ámbitos existenciales: ¿A qué esperamos para mirarnos por dentro con objetividad? Y añadiría finalmente al objeto de cambiar todo lo que deba ser cambiado, como paso previo esencial que nos permita abrirnos al futuro que tenemos por delante y que estamos llamados a edificar.
Repito, pues, la frase evangélica que muchas veces planteo: ¡Quienes tengan oídos para oír; oigan!
Así lo pienso y así lo expreso con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.