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Por Félix Sautié Mederos

En mi criterio, el paso del tiempo posee valores muy importantes porque, cuando se puede resistir, la existencia misma -y valgan las redundancias para un concepto que no tiene otra posibilidad de ser expresado-, se afirma el verdadero valor e importancia de lo que lo ha podido resistir. Por otra parte, considero que el paso del tiempo posee además, un extraordinario valor terapéutico social, por definirlo de una manera realmente comprensible.

El paso del tiempo lava los errores, cuando se contrastan con los aciertos y se comprueba que son mayores, más generalizados y significativos que los errores mismos; dado que entonces todo se puede ver en la profundidad del tiempo transcurrido. Saca, en definitiva, la verdad final a flote y la destaca en medio de sus complejidades, y las muchas veces controvertidas aplicaciones, resultados y realidades que en el devenir del movimiento existencial se manifiestan.

Es por todo ello que las utopías y los ideales pueden llegar en sus intentos de realización a purificarse de los errores que lastran sus verdades esenciales y sus propósitos de futuro, cuando son
verdaderamente honestos y conceptualmente humanistas en favor de la justicia y la paz, aunque algunas veces sean simplemente
circunstanciales.

Con estas concepciones quizás muy personales y el respeto a quienes opinen distinto -exigiendo para mis ideas el mismo respeto con que yo respeto las de los demás-, es que en su centenario me propongo evaluar las Tesis de Abril con que Lenín planteó el inicio de lo que sería la Gran Revolución de Octubre, que este año 2017 cumplen su Centenario en medio de la desaparición de la URSS a finales del Siglo XX pasado y en un mundo convulso, tan convulso y quizás más aún que en 1917, por el peligro de las armas acumuladas y el aumento de los poderíos fácticos desde entonces a la fecha. En consecuencia, vale la pena analizar las Tesis de Abril que inspiraron de inicio a la Revolución de Octubre y encontrar algunas de las vigencias que han resistido al paso del tiempo y a los avatares de la Historia. Lo haré desde las perspectivas de la Revolución Cubana y desde mi Rincón de Centro Habana.

En primer lugar quiero expresar que, en mi opinión, cualquier juicio que se plantee al respecto de estas trascendentales Tesis, es imprescindible hacerlo dentro de los marcos de referencia del momento histórico que se vivía entonces en el mundo y en la Rusia que estaba saliendo del despotismo zarista. Si no se ubican adecuadamente en su momento histórico real, en la geografía concreta en que se
manifestaron y en los intereses geopolíticos que entonces se confrontaban como consecuencia de la Primera Guerra Mundial, siempre podría arribarse a un juicio desacertado de su verdadero valor y significado.

Comienzo por reconocer, en consecuencia, como una opción totalmente válida planteada por Lenin en aquellos momentos, muy a pesar de los errores y los descalabros posteriores del proceso socio político que él propugnaba entonces, conocido como la Revolución de Octubre con la cual se dio inicio a la creación de la extinta Unión Soviética; que realizó hazañas como el Triunfo de la Guerra contra el fascismo alemán, salir del subdesarrollo feudal en que estaba sumido el gran Imperio Ruso de principios del Siglo XX y ser pionera en la conquista del Cosmos por tan solo mencionar tres hechos destacados.

En las Tesis de abril, en mi criterio, se engendraron las esencias y recursos conceptuales y humanos que no se deberían desestimar que dieron origen a que pueblos sumidos en el más atrasado feudalismo dieran un salto espectacular en el desarrollo y en la justicia social abatidos 70 y tantos años después por los propios errores e
inconsecuencias de los revolucionarios rusos y soviéticos que poco a poco de inicios quizás imperceptibles, se fueron imponiendo hasta echar por tierra todo lo alcanzado. En consecuencia considero que también se podrían considerar a los conceptos planteados entonces por Lenín como el origen “genético social” de los descalabros que hoy conocemos propiciado por las desviaciones, los dogmatismos, los esquematismos, las ambiciones y los autoritarismos de las personas en el tiempo que en mi criterio comenzaron a manifestarse quizás sutilmente desde los primeros momentos de su puesta en práctica por Lenín y los bolcheviques rusos de entonces.

Me refiero a unas cuestiones que considero de importancia esencial para el análisis desapasionado de los revolucionarios de hoy que tratamos de crear un mundo mejor posible por la paz, el desarrollo y la justicia social que como planteó Simón Bolívar a quien me permito parafrasear logre la mayor suma de felicidad posible para el pueblo.

Precisamente la profundidad del paso del tiempo desde entonces a la fecha en mi opinión nos facilita un más justo juicio histórico de aquellas tesis que plantearon un camino y unas soluciones efectivas para enfrentar las crisis del momento y las causas que abrieron paso a la desaparición de la Unión Soviética en las postrimerías del Siglo XX. Me explico lo más sintéticamente posible:

-Fueron un planteamiento acelerado de Lenin con la finalidad de ganar tiempo como pro para haberlas plantado públicamente antes de buscar un consenso básico al respecto, lo cual dadas las
circunstancias del momento histórico fue audaz pero si lo miramos en el momento concreto lo posible a los efectos de que el proceso revolucionario pudiera enrumbarse hacia objetivos concretos positivos y posibles. Los problemas se agudizaron cuando la Revolución se asentó en el tiempo con los errores del autoritarismo estalinista, las aplicaciones esquemáticas de un marxismo que quedó detenido y sacralizado en el tiempo. Los revolucionarios rusos en el devenir de los años no tuvieron en cuenta que el marxismo no tiene dueños y las esencias mismas de su justeza siempre son recicladas en el movimiento. Algo que la Cuba actual deberían ter muy en cuenta los inmovilistas y conservadores que pujan porque nada cambie y lo quieren resolver todo con sus exhortaciones a producir más más, tener mayor productividad y sentido de pertenencia con una mayor disciplina social sin que se realicen los movimientos y las aperturas imprescindible que el paso del tiempo y las nuevas circunstancias que se van creando exigen sistemáticamente. La centralización, el autoritarismo, el inmovilismo y el dogmatismo esquemático lastran a cualquier proceso revolucionario por muy justo que se considere.
-El planteamiento del denominado por él como el “defensivo
revolucionario” que admite solo la guerra como unas necesidad defensiva cuando sea imprescindible y un no rotundo a la guerra de conquista, fue acierto negado en el tiempo por la violencia represiva estalinista contra cualquier pensamiento diferente pasando por encima por los derechos humanos inalienables que nunca deberían justificarse sus violaciones flagrantes por los motivos que se esgriman. Tomar la violencia como principio básico de aplicación revolucionaria por encima del diálogo, la negociación de partes y la labor paciente de convencimiento, de una parte y de la otra tranca toda posibilidad de solución. Y los que detentan el poder será los principales
responsables si de entrada toman el camino del autoritarismo y la violencia que no sea estrictamente defensiva en el sentido que se planteó en las Tesis de Abril por Lenin. Quizás este sea uno de los factores esenciales que fue corroyendo desde adentro a la Revolución de Octubre desde adentro; no se tuvo en cuenta el planteamiento de Rosa de Luxemburgo que parafraseándolo expresa que la libertad es para todos o no es.
-Fue muy justa la tesis sobre la necesidad de explicar las falsas promesas del Gobierno Provisional de entonces, sobre todo la de la renuncia a las anexiones y la necesidad de desenmascararlo como un gobierno esencialmente capitalista con todo lo que ello conllevaba, en aquel momento en vez de concentrarse en propugnar la ilusoria exigencia de que dejara de ser imperialista.
-Esa tesis anterior de explicar las falsas promesas del Gobierno Provisional capitalista de entonces y de que los soviets eran la única forma posible de gobierno revolucionario, llevaba en sí misma un profundo respeto por la democracia real y en un desarrollo de horizontalidad en contra de un autoritarismo vertical, que en definitiva se impuso con el estalinismo ulterior que a la larga dio al traste con el proceso revolucionario ruso 60 y tantos años después. -Desarrollar una labor de crítica y esclarecimiento de los errores, lo cual constituye una objetiva posición hacia la crítica, que lamentablemente en la propia tesis planteada fue lastrada por la frase “Mientras estemos en minoría…” con que Lenin encabezó su
planteamiento, porque posteriormente el Gobierno Soviético fue dejando de lado la autocrítica y la crítica necesarias con una política apologética cada vez más estricta lo que cerró todas las posibilidades de superación y desarrollo dela Revolución de Octubre.
-Medidas puntuales planteadas en las Tesis poner en problema agrario al centro, nacionalizar los latifundios, crear los soviets de campesinos, no apresurar la implantación del socialismo como tarea inmediata, suprimir la policía, el ejército y la burocracia
capitalistas del momento, declarar los funcionarios elegibles , amovibles y con la remuneración controlada sobre las base del salario medio de los trabajadores calificados de entonces fueron medidas muy justas entonces que con el tiempo se fueron abandonando.
-La lucha abierta en franco diálogo en los medios masivos de entonces fue un planteamiento muy objetivo que se adelantó a las acciones de las guerras de cuarta generación a través de los medios masivos de hoy.

Así lo pienso y así lo expreso en mi derecho a opinar con mis respetos por el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.