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Por Félix Sautié Mederos

Queridos lectores de Crónicas Cubanas, les escribo como es mi costumbre desde mi Rincón de Centro Habana, cuando ya nos quedan tan solo unos pocos días para culminar el azaroso año 2016, que ha transcurrido cargado de acontecimientos dramáticos que, en mi opinión y valoración muy personal que quiero con reiteración compartir con ustedes, nos evidencian sin que haya posibilidad de albergar las dudas al respecto, que algunos insisten retrógradamente en plantear, el hecho -ya incontrovertible- de que nos encontramos inmersos en un drástico cambio de época que, inmisericordemente, dejará atrás por mucho tiempo a quienes no lo comprendan y no actúen en consecuencia.

“Es el momento de cambiar”, no debe haber más dilaciones y uso palabras premonitorias del Che, porque no se puede continuar con un ritmo tan lento que no avanza nada. Razón por la cual muchos cada vez más numerosos son impulsados a marcharse definitivamente de nuestro país en estos tiempos azarosos. Hay que estar ciegos y sordos para no comprender las realidades con que en Cuba nos acercamos al Fin del año 2016. Solo con recorrer un poco por las calles de La Habanal mal barridas y mal iluminadas a pesar de las muchas visitas que recibe en la actualidad, y entrar a sus tiendas y comercios cada día más desorganizados e, incluso, algunos muy importantes con las cajas de las mercancías sin abrir, amontonadas en los pasillos sustitutos de los almacenes con gran falta de ética comercial; así como observar el poco entusiasmo que se manifiesta en una etapa tan significativas como el Fin de Año, en que se deberían renovar las esperanzas y los propósitos de comprender mejor esa frase del Che que no me canso de repetir. Ya no hay más tiempo para más alternativas que no sean las de cambiar todo lo que hay cambiar sin más dilaciones y sin tregua.
Iniciamos efectivamente pues, una nueva etapa que ya no volverá hacia atrás, tal y como ha sucedido en cada una de las Formaciones Económicos Sociales (FES), por las que ha atravesado la humanidad hasta nuestros días. Pienso en consecuencia, que es el momento para deshacerse de los viejos lastres. Es imprescindible plantearse una renovación radical de los métodos obsoletos autoritarios y de los criterios esquemáticos y muy burocráticos que, desde hace años, frenan la modernización que el país requiere con urgencia; porque, en este Siglo XXI, la humanidad avanza a un ritmo de desarrollo tal que cada día ensancha más profundamente las brechas que separan a los que más se rezagan, muy especialmente en la aplicación de las nuevas tecnologías de la comunicación social en tiempo real y de la digitalización (principalmente el uso generalizado de INTERNET).

Es mi criterio reiterado, que en la actualidad de nuestra historia se encuentran presentes avatares, circunstancias y hechos que le infieren un giro espectacular al momento de la historia que estamos iniciando cuando a finales del 2016 y comienzo del 2017. Me refiero concretamente al restablecimiento de relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, al complejo proceso de normalización de estas relaciones tan importantes para la paz y estabilidad de América y del mundo, a la eliminación de la Posición Común de la Unión Europea en torno a Cuba así como al también proceso de normalización de nuestras relaciones políticas y económicas con la vieja Europa, al crecimiento de las visitas a Cuba de turistas, inversionistas y extranjeros en general motivados por los nuevos acontecimientos que planteo. Por otra parte, unido a todo ello tenemos la reciente desaparición física de Fidel así como el repunte de las derechas en América y Europa con que se comenzará la peligrosa “Era Trump” cargada con muchos augurios y especulaciones, que de cumplirse medianamente complicarían a las situaciones ya controvertidas por las que actualmente atraviesa la humanidad. Además vivimos en unos momentos en que el peligro de que destruyamos por nosotros mismos nuestro Planeta para siempre, es más inminente que nunca antes en la Historia de la Humanidad.

Es posible que algunos piensen que en estas postrimerías del 2016 regreso también con un más de lo mismo sobre las inminencias que nos exigen cambiar ya sin dilaciones de ningún tipo. En contraposición yo considero que es precisamente el más de lo mismo de siempre, con que estamos terminando el 2016 y con que parece que algunos se esfuerzan para se mantenga vigente en el 2017, lo que me lleva a reiterar que el tiempo ya se acabó.

Volviendo a los viejos textos para culminar mi Crónica, encuentro unos planteamientos premonitorios del Che expresados públicamente, que considero que hoy vienen muy al caso cuando terminamos el año 2016 y nos aprestamos a comenzar el 2017. Los expresó en una época tan temprana como el 20 de marzo de 1960, en una conferencia que dictó en el programa Universidad Popular de la entonces Televisión Cubana. A pesar de su evidente vigencia en mi criterio han sido muy olvidados, y cito: “…No podemos pensar solamente en la réplica, en el contragolpe frente a una agresión más o menos inmediata, si no que tenemos que ir haciendo un esfuerzo para elaborar todo un plan que nos permita predecir el futuro.”

Aquí se encuentra una de las prioridades básicas del momento en cuestión que se unen a la necesidad imperiosa de dejar atrás todos los lastres, los esquematismos y los autoritarismos contra natura que nos detienen en el tiempo que trascurre en las postrimerías del 2016.Así lo pienso y así lo afirmo con mis respetos por el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.