Etiquetas

, , , , , , , , , ,


Un lugar sagrado de recuerdos imborrables

Crónicas Cubanas

Por Félix Sautié Mederos

Queridos lectores de Crónicas Cubanas, hay espacios y edificaciones que son sagrados para la patria, la cultura, las ideas y la religión. Unos por una causa y otros por otra y valgan las redundancias; pero también hay espacios y edificaciones que reúnen de conjunto todas esas causas y atributos como consecuencia de lo que han representado en el transcurso del tiempo para la vida en sociedad. Éstos últimos devienen verdaderas joyas patrimoniales de la historia, la identidad, la cultura y la nación integralmente, ya sean de origen laico y/o religioso, de los cuales en mi criterio el nuevo y centenario Convento de San Juan de Letrán de los dominicos del Vedado habanero es una muestra imposible de pasar por alto.

Estas consideraciones, que les planteo en mi crónica sobre el Centenario del Convento San Juan de Letrán en el Vedado habanero recientemente conmemorado, están determinadas por la sensibilidad y la espiritualidad que algunos no son capaces de apreciar, como resultado de su ateísmo y apego a una secularización a ultranza que niega estos atributos. A tales efectos, en mi opinión muy personal, esos que así se conducen se quedan vacíos, sin historia ni sentimientos, cuando manifiestan tales inconsecuencias en grado extremo. Personalmente, les respeto su opción conceptual, que parte del libre albedrío de la condición humana, que es por demás un don sagrado de la vida que nadie tiene derecho a ahogar.

En este orden de cosas, esos espacios y edificaciones a que me refiero, puedo decir que cuando se les respeta consecuentemente es posible asimilar en ellos su impronta en el sentido de huellas imborrables en la espiritualidad y la identidad de las personas, así como en la Historia de las naciones y de la humanidad en general. Lo que planteo lo he vivido personalmente en múltiples espacios y edificaciones de la patria cubana en los que me he conducido, tales como el Colegio en que me eduqué de “Los hermanos Maristas de la Víbora” y en el Instituto de Segunda Enseñanza de la Víbora; así como en el Convento San Juan de Letrán con los frailes dominicos de espíritu abierto en favor de la verdad que como consiliarios de La Juventud Estudiantil Católica de Cuba, JEC; forjaron en mi persona inquietudes en favor de la vida, la verdad, la justicia con los pobres y el amor a la Patria y al género humano en general.

Existen muchos otros lugares como éstos en La Habana y en el territorio nacional de nuestro país. No los puedo mencionar a todos porque sería muy extenso. Solo quiero destacar algunos más de importancia evidente, como son el Muro que queda de la Cárcel en donde se fusilaron en 1871 en La Habana a los estudiantes de Medicina, las Canteras de San Lázaro en donde estuvo preso de joven nuestro José Martí, el Cementerio de Santa Ifigenia en Santiago de Cuba y el Santuario de El Cobre en donde se encuentra la imagen original de la Virgen de la Caridad, Patrona y Reina de Cuba. Basten estos ejemplos para ilustrar concretamente lo que estoy planteando y para dar una idea de la emoción que se puede manifestar cuando los visitamos apreciando su significado en el tiempo, en la historia y en la vida espiritual de las personas y de la Nación cubana.

Así lo experimenté el primer día de los actos conmemorativos recientemente celebrados por el Centenario del Nuevo Convento de San Juan de Letrán en el Vedado habanero, en el que tantas emociones y momentos memorables he vivido durante ya mi larga vida. Aquel día que menciono sentí profundamente y lo quiero testimoniar en Crónicas Cubanas, un choque radiante de luz y renovación en sus claustros y aulas del Centro Fray Bartolomé de las Casas para la formación humanística de los jóvenes cubanos, que lo han colmado en búsqueda de la verdad y del conocimiento. También es un espacio de respeto y profundidad de miras para el encuentro, el diálogo y la reflexión de los cubanos de buena voluntad que busquen la verdad que es pasión y objetivo de vida de los frailes de la Orden de Predicadores que hace 800 años fundara Santo Domingo de Guzmán, así como del amor y de la reconciliación de vida que tanto necesita nuestra Cuba de hoy. Una misión inmemorial asumida por los dominicos en nuestro archipiélago insular caribeño, que se pierde en el tiempo de la conquista y la colonización por España hasta nuestros días de libertad e
independencia republicana. Al respecto lo testifican las luchas de Fray Antón de Montesinos y de Fray Bartolomé de las Casas en favor de los aborígenes americanos cuyos ecos retumban en los muros de San Juan de Letrán, junto con algunas expresiones muy sentidas de nuestro José Martí, una de las cuales se encuentra expuesta en un sencillo marco que aparece en su centenario claustro dominicano del Vedado habanero y que dice textualmente: “Los amorosos dominicos- ¡Buenos siempre, hasta para América Buenos!”

¡Albricias por tan augusta conmemoración!, por la cual me regocijo y la comparto con mis lectores de Crónicas Cubanas, porque pienso que en la Cuba de hoy y el mundo que nos rodea del cual México es un lugar muy querido en mi corazón ante tanto hastío y desesperanzas, conmoraciones como las vividas en un lugar sagrado de recuerdos para mi imborrables constituyen un estímulo espiritual para continuar adelante en pro de la verdad, el amor entre los seres humanos, la justicia y la paz que tantos y tantos anhelamos. Así lo pienso y así lo expreso con especial emoción, en mi derecho a opinar, con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.