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Por Félix Sautié Mederos

CRÓNICAS CUBANAS

En mis dos últimas Crónicas Cubanas, he estado expresando mis opiniones sobre los procesos económicos en Cuba a partir del valiente y oportuno artículo publicado por el reconocido economista cubano Humberto Pérez, que se titula “NECESITAMOS SOCIALISMO Y REALISMO”. Haberlo escrito aunque exprese algunos aspectos con los que no se estéde acuerdo, constituye un importante llamado a la reflexión que tanta falta nos hace en momentos tan cruciales como los actuales, en que es necesario alinearse con todo lo que verdaderamente resulte necesario para que el país salga adelante. Considero que tenemos urgencia de pensamiento profundo; y que la opinión honrada de todos es necesaria para trazar los rumbos imprescindibles hacia el presente que nos queda por delante y el futuro que se nos viene encima. Cada día nos queda menos tiempo al respecto.

Sé bien que hay a quienes les molesta que se opine libremente, pero opinar es un derecho inalienable que nunca debería coartarse. Antes de concluir con esta serie de artículos, quiero detenerme en dos improntas que las considero muy importantes y que no se deberían eludir. Me refiero a la subestimación del mercado y del dinero en cualquiera de sus formas actuales como medios esenciales para el intercambio económico en cualquier sistema que se adopte.

La economía está sujeta a un conjunto de leyes objetivas, conceptos y principios generales que han movido su desenvolvimiento en el transcurso del tiempo y que incluso han constituido avances
históricos, como fueron en época de la Comunidad Primitiva el surgimiento de la especialización del trabajo, el mercado y el dinero, medios de intercambios estos últimos los que de conjunto produjeron una revolución social en su momento. Estos han delimitado en el tiempo los marcos de referencia dentro de los que se desenvuelven los sistemas económicos establecidos; y cuando no se tienen en cuenta, se crean entropías y desórdenes que dañan los procesos en curso y generan situaciones muy difíciles de prever y de abordar. Me refiero a conceptos que han sido seriamente subestimados en los procesos económicos y socio políticos en Cuba durante muchos años. Incluso a partir de concepciones utópicas y de improvisaciones como fue el experimento de la eliminación del dinero en la actual “Isla de la Juventud” en la década de los 60 del Siglo pasado, que pude conocerlo muy directamente por mis relaciones históricas con ese territorio cubano. En tanto que con el mercado, y sus formas de realización básicas para que fluya realmente el intercambio de mercancías y productos necesarios, se ha mantenido inmerso en una inestabilidad y en constantes experimentos que han complicado el desenvolvimiento de la Economía cubana. El mercado no se puede confundir con el área de producción porque los productores no pueden ser a la vez los comerciantes ya que hacerlo les ocuparía el tiempo necesario para producir; y los comerciantes necesitan mecanismos que los surtan porque no pueden ocupar su tiempo en buscar, acopiar y trasladar sus producciones.

En ese orden de cosas, habría que señalar el hecho de que la vida es una y todos tenemos por igual el derecho a vivirla. Mis proposiciones al respecto, parten de que se realice una amplia apertura económica dejando a un lado la centralización y el ordeno y mando, sobre la base de un conjunto de principios fundamentados en el más estricto respecto de las leyes objetivas que rigen los procesos económicos a partir de conceptos esenciales tenidos muy en cuenta al respecto de la situación general del país actualmente: Lo primero un análisis objetivo de la realidad; lo segundo fundamentarse en el respeto más pleno de la persona, la familia con la dimensión moral y ética al centro de todo; y lo tercero tener muy en cuenta la cuestión generacional procurando crear oportunidades y perspectivas para la juventud, que se está marchando en masa del país.

Con estos principios y bases al centro se deberían poner en ejecución con energía y agilidad un conjunto de pasos a seguir, los que propuse explícitamente en mi Crónicas Cubanas titulada “ANTE EL VII CONGRESO DEL PCC, con expectativas e interrogantes…” publicada en Por Esto! con fecha miércoles 16 de marzo del 2016. Sintetizo algunos esenciales a continuación: El sistema debe dirigirse a alcanzar una República en donde quepamos todos sin exclusiones onerosas proyectadas realmente por el ideal martiano “con todos y para el bien de todos”; y fundamentarse además en el ideal de transitar del trabajador asalariado hacia el trabajador asociado, en un socialismo próspero y sustentable que sea participativo y democrático. Descentralización y desarrollo horizontal de la economía, la política y la sociedad en general con rechazo al autoritarismo y la verticalidad. Desarrollar un Estado democrático de derecho sólido que asuma los servicios y las empresas de interés básico de la sociedad tales como la educación, la salud pública, la energía, el agua, los servicios comunales
imprescindibles, lo que no quita que se autorice el ejercicio privado de profesionales especializados, así como de la educación religiosa de quienes lo deseen dado sus convicciones y prácticas de vida.

Como líneas centrales que han de caracterizar el sistema económico, propongo las siguientes: a) Empresa pública para los servicios y actividades básicas de la población, así como para algún sector económico que se considere necesario y fundamental para el país; b).Cooperativización, Autogestión económica y Co-autogestión en todos los sectores que sean posibles, necesarios y recomendables; c) Promoción y respeto para la pequeña y mediana empresa familiar y local; d) Respeto esencial para el sector campesino, con precios verdaderamente justos y sistemas de acopios no impositivos; e) Aceptar, proteger, delimitar legalmente sus alcances y promover la inversión extranjera y/o nacional que aporte capital, tecnología y mercados, con una especial prevención antimonopólica; f) Aplicar un sistema impositivo que promocione el desarrollo del país a la vez que sea capaz de captar el financiamiento necesario para los servicios sociales del estado; g) Subvencionar a las personas que lo necesiten con un sistema de bonos con poder real de compra para productos de primera necesidad; h) Lucha sin cuartel anticorrupción y contra el maltrato a la población sin transigir con nadie. Así lo pienso y así lo expreso en mi derecho a opinar, con mis respetos al pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.