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A propósito de los migrantes cubanos varados en la frontera de Nicaragua y Costa Rica, y de la imposición de visas a los visitantes cubanos a Ecuador.

Las personas abajo firmantes, cubanos y cubanas en Ecuador y en otros países, sin que importe su condición migratoria, o su aspiración de residir temporal o definitivamente, de transitar o de retornar a Cuba, incluyendo también a ecuatorianos y ecuatorianas, así como a personas en movilidad de distintas nacionalidades, y respetando la diversidad de opiniones, nos pronunciamos a propósito de los migrantes cubanos varados en la frontera de Nicaragua y Costa Rica, y de la imposición excepcional de visas a los visitantes cubanos a Ecuador:

  1. La Ley de Ajuste Cubano garantiza un privilegio para cubanos y no un derecho para los migrantes en general. Reconocemos que fue creada por el gobierno de los Estados Unidos como instrumento de estímulo migratorio y de desestabilización interna en Cuba. A la vez, consideramos que las explicaciones de la migración cubana —que se encuentra en más de 150 países, y no solo en los Estados Unidos— son múltiples y no reducibles a la existencia e implementación de la política migratoria estadounidense hacia Cuba.
  2. Entendemos que el gobierno de Ecuador tomó medidas solicitadas intergubernamentalmente, y que a pesar de esto se ha comprometido a brindar una solución inmediata a los ciudadanos afectados por la exigencia sorpresiva de visado. Sin embargo, según la Constitución vigente en Ecuador es cuestionable la imposición de la visa como requisito de ingreso, toda vez que según lo establecido en el numeral 6 del artículo 416, la libre movilidad constituye un principio que debe informar las relaciones internacionales del Estado ecuatoriano.
  3. Condenamos toda práctica que lucre con la movilidad o que ponga en peligro la vida de migrantes. Sin embargo, consideramos que limitar el derecho a la movilidad humana, con el argumento de proteger a personas contra los peligros asociados a esa migración, entraña el riesgo de poner en cuestión la efectividad y vigencia de los derechos en general.
  4. Rechazamos la utilización del control y la imposición de visados como forma de erradicación de las redes de tráfico de migrantes. Conocemos que, en experiencias similares, medidas afines no detienen dinámicas de este tipo, y generan la proliferación de ilegalidades, la ampliación de los riesgos y el incremento de condiciones de vulnerabilidad para la población migrante.
  5. Consideramos que la imposición de visas a cubanos que viajan a Ecuador, hace parte de las regulaciones que desfavorecen a los migrantes de esa nacionalidad, tales como las restricciones de legalización de títulos profesionales o prácticas de detención y deportación, y que inciden en la reorientación del flujo migratorio hacia los Estados Unidos.
  6. Entendemos que los Estados latinoamericanos no pueden convertirse en agencias de paso de cubanos hacia los Estados Unidos, cuando sus propios ciudadanos son deportados al intentar la misma trayectoria. Comprendemos que este tema, que involucra en primer lugar a EEUU y Cuba, ha arrojado responsabilidades imprevistas y onerosas sobre terceros estados; pero insistimos que es su obligación respetar los derechos de las personas migrantes y condenamos cualquier uso de fuerza militar contra ellas.
  7. Comprendemos las condiciones de la globalización de las desigualdades, y, también por ello, reivindicamos la migración como un derecho universal. Derecho que en nuestro caso, implica no solo salir de Cuba, sino también cambiar de destino a voluntad, y ejercer el derecho al retorno.
  8. Creemos que Cuba es una nación transnacional, que vive y existe también fuera de su archipiélago. Por esto consideramos necesario impulsar diálogos entre el Estado cubano y sus ciudadanos migrantes, así como al interior de su propia población migrante. Aspiramos a que esos diálogos ocurran, y se expandan, y que estén regidos por la participación de compatriotas y conciudadanos preocupados por Cuba como bien común de sus nacionales. Deseamos también que Cuba pueda ser un destino deseable para otros migrantes, y que nuestra nación les abra con justicia sus puertas.

6 de Diciembre del 2015