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“…lo bueno que tiene la lucha de clases es que nosotros la vamos ganando…”
L.O (economista neoliberal mexicano)

Por Marcelo Liberato Salinas
Muy pocas personas en Cuba saben hoy de la existencia de ese panadero cabal, lo cual es una pequeña, pero precisa demostración de cómo la llamada “Historia de Cuba” no ha dejado de ser lo que los leninistas-estalinistas, fidelistas, burgueses y patriotas adictos a la
autoridad en general, permiten que sepamos de lo que ha ocurrido en este país. Pero Sandalio Junco sólo sería el preludio de lo que ocurriría después de 1959 con muchos de aquellos compañeros, que mantuvieron con resolución los principios sindicalistas revolucionarios que asumió el Congreso de la CNOC de 1925.

Nombres como Antonio Degas, Luis Linsuáin, José Acena, Sandalio Torres, son algunos nombres rescatados de la desmemoria de una poblada lista de referentes sindicales, que ya desde el X Congreso de la CTC de noviembre de 1959, sufrieron las más duras represalias al enfrentar firme y abiertamente a la imposición de los leninistas-estalinistas del PSP en las secciones sindicales, promovidos por los caudillos de la, por entonces, flamante Revolucion Cubana.

Confederacion nacional obrera de CubaEl caso de David Salvador es de los más ilustrativos de la infamia que se vivió dentro del mundo sindical cubano en la segunda mitad del siglo XX. Siendo dirigente del exiguo Frente Obrero Nacional del Movimiento 26 de Julio, que logró constituirse a fines de los 50, se convirtió por sus cualidades personales en el primer dirigente de la CTC elegido democráticamente después del 1 de enero de 1959. Menos de un año después, en mayo de 1960, renunció a su cargo en protesta contra la imparable penetración que descubrió estaban llevando a cabo los hombres del PCC en el mundo laboral del país, con el auspicio de los caudillos del M-26-7, lo cual condujo a Salvador en poco tiempo a ser condenado, junto a cientos de individuos más, a 30 años de prisión en la entonces tenebrosa cárcel de La Cabaña, cuando aún no era la sede de la deliciosa Feria Internacional del Libro de La Habana.

En 1961, después de casi un año de devaneos y acomodos entre las cúpulas del P.S.P y el M-26-7, en 1961 lograron imponer a Lázaro Peña nuevamente como Secretario General de la CTC, exactamente como ya lo había sido en la presidencia de Batista de 1940-1944, logrando restablecer, el ambiente laboral de domesticación salarial y miseria moral que reina hasta el día de hoy en la CTC.

Teniendo el triste privilegio de vivir con alguna lucidez el siglo XXI, la historia de Cuba del siglo XX nos muestra una clarísima realidad que ciega aún más a los que no quieren ver: los leninistas-estalinistas cubanos y su Partido Comunista han hecho todo lo que debieron hacer para llevar a cabo, hasta el final, la obra contrarrevolucionaria que los burgueses en Cuba no tuvieron, ni han tenido el coraje, ni la persistencia, ni la lucidez para hacerlo, y la CTC ha sido un escenario crucial para estos empeños.

La frase “el camino para la instauración del socialismo en Cuba no es fácil…”, adjudicada al veterano Secretario General del PCC Blas Roca, tiene el valor de ser corta en hondura analítica, pero efectiva en su ambigüedad, como para integrar en una discreta expresión todas las piruetas morales, las incoherencias, las demagogias, pero también los actos heroicos, la disciplina y la constancia, necesarias para llevar a cabo semejante obra histórica desarrollada por los leninistas-estalinistas cubanos. Ellos, han sido parte de los enemigos más eficaces e invisibles que ha tenido la clase obrera cubana.

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Una de las expresiones más palpables y cotidianas de percibir la eficacia de ese enemigo intangible de la clase obrera cubana, ha sido la de lograr envenenar el más mínimo interés de los trabajadores cubanos hacia aquello que en una época no muy lejana se definía como “Historia del Movimiento Obrero y la Revolucion Socialista”. Incluso, la institución que llevaba ese nombre hasta 1993 en La Habana, le fue retirada esa designación por decisión expresas del propio Comité Central del PCC y convertido en “Instituto de Historia de Cuba”… a secas.

Es que una actitud típica de los leninistas-estalinistas en todos lados donde han logrado establecerse, ha sido la de apropiarse, desfigurar, envenenar y lograr poner en desuso las palabras con que se podían transmitir las experiencias de las luchas sociales contra las dominaciones y explotaciones. Todos los Partidos Comunistas, sin distinción de nacionalidad, han succionado la imaginación y las energías subversivas y liberatorias que producen muchas veces gente anónima sin ideología precisa, para luego vivir de su memoria alterada y convertirse en otra casta dominante legítima, que cuando gobierna, restaura lo peor del capitalismo, el estatismo, el burocratismo, el tecnicismo, el clasismo, el racismo, el sexismo, la homofobia y otros horrores, adornándolos con nuevas denominaciones como “Nueva Política Económica”, “Gran Salto Adelante”, “Perestroika” o la ya tristemente familiar entre nosotros “Actualización del modelo económico”.

Esa “actualización del modelo económico cubano”, aprobada por todos los actuales figurones de la CTC, además de ser un plan económico neoliberal común, es también un gran proyecto para neutralizar, con lenguajes y lógicas tecnocráticas de por medio, las palabras, los saberes y las experiencias que puedan dar cuenta de la sostenida derrota histórica que han sufrido los trabajadores cubanos y que sean útiles para superar ese fracaso.

Por eso nos ha llamado la atención el empeño que por estos días de agosto ellos han mostrado en recordar los 90 años de la creación de la CNOC y a Alfredo López. Es que los actuales dirigentes de la CTC, alumnos de veteranos maestros del espectáculo político, saben que lo que ellos hacen no es tanto para que alguien les crea, como para mantener renovado el ambiente de confusión, abulia e individualismo desesperado entre los trabajadores, imprescindible para una exitosa actualización de las bases del capitalismo estatal cubano y la unidad nacional en torno a los dueños de la revolución.

En resumen, los burócratas sindicales de la CTC no sólo conmemoraron en este 25 de agosto de 2015 los 90 años de la creación de la CNOC, sino también celebraron con júbilo, en su círculo íntimo, la inexistencia misma en Cuba de cualquier organización sindical anticapitalista, anti-estatal, anti-autoritaria, regida por principios federativos, independiente de todos los partidos políticos, fueran de “izquierda” o “derecha”, como la CNOC, que en su tiempo fue el desvelo del dictador Gerardo Machado y sus socios, los inversionistas extranjeros yanquis, los mismos que hoy son recibidos con júbilo por quienes celebran el 90 aniversario de la CNOC .