Por Eugenio Rodríguez Balari

El Papa del Pueblo

-Hace un buen tiempo que la humanidad se encontraba necesitada de sinceros y honestos consejos; sin embargo no cualquier persona los podía brindar y más que estos calaran amplia y profundamente en los sentimientos de los pueblos.

-Tuvo que aparecer un buen hombre, de avanzada edad, carismático, valiente, trabajador; de una humildad, nobleza y sinceridad impresionante para hacerlo y ese por fortuna ha sido el Papa Francisco.

-El jesuita argentino ahora ha sido bautizado como el Papa del Pueblo y nos dice sin sectarismos políticos ni posiciones ideológicas preestablecidas; aquellas sensibles cuestiones que eran necesario escuchar, por ser estas causas de innumerables situaciones críticas y sobre todo, de una pérdida de valores espirituales, éticos y morales.

-Las consideraciones que realiza Francisco merecen análisis con mesura y sin apasionamientos políticos, porque lo que hoy anda en situación riesgosa es el destino de la humanidad y el propio planeta en que vivimos.

-Su peregrinar por Cuba y luego los Estados Unidos, puso de manifiesto su enorme simpatía y poder de convocatoria popular, el respeto de autoridades de diferentes ideologías y el impacto causado en los pueblos por sus consejos y esperanzadores mensajes de buena voluntad. Francisco con las visitas a Cuba y los EEUU se mostró como un líder que trasciende fronteras.

-Es claro que el Papa no necesita defensores públicos, aunque sus actuaciones reformadoras, sus posiciones religiosas y políticas y finalmente su visita a Cuba, le han hecho surgir críticos en diferentes medios de comunicación (en particular en Miami); estas líneas no pretenden salir a su defensa, que por demás no las requiere, sino realizar otras consideraciones de interés general.

-La diferencia de Francisco con relación a sus más próximos predecesores, es que este Papa, además de poner en orden y ubicar con modestia el carácter y accionar de la iglesia católica (recuperando confianza de sus fieles hacia ella); ha realizado una beneficiosa simbiosis entre sus mensajes religiosos y los de naturaleza política; buscando fortalecer la fe religiosa y que predomine en este mundo el dialogo y las negociaciones sobre la violencia y las guerras, promoviendo la paz, el entendimiento humano y el derecho de los desposeídos.

-No parece razonable cuestionarlo por sus esfuerzos y procedimientos, en la búsqueda de lo necesario y conveniente y la mejor convivencia internacional, en un planeta pletórico de conflictos innecesarios y situaciones desequilibradas e injustas.

-Francisco a diferencia de otros Papas incorporó el mensaje político y lo ha hecho a favor de los pobres y excluidos, porque el santo padre sabe que la humanidad se desarrolla en circunstancias muy complejas (donde afloran crisis económicas, sociales, ecológicas y políticas), que impiden continuar avanzando con equidad y seguridad social hacia nuevas conquistas civilizadoras.

-Precisamente por su sostenida, humilde, convincente y clara posición asumida, es que Francisco se ha convertido en imán de multitudes y transformado en el Papa del Pueblo.

-Lamentablemente y por aquello de la diversidad idiosincrática, educativa y valores espirituales, o los que políticamente se encierran en estrechos, rígidos o blindados marcos ideológicos; el Papa Francisco o del pueblo también se encuentra siendo cuestionado.

-No es que se tenga que coincidir en lo que este dice, porque esa libertad de pensamiento y palabra es parte indispensable de nuestra visión democrática del mundo, pero las diferencias no se deben rechazar acudiendo a generalizaciones políticas sobre su persona y menos tratar de encasillarlo política o ideológicamente, pues es ridículo o más que eso absurdo.

-Hay que decir que en todas direcciones, tanto en Cuba como en los EEUU, se pueden especular los mensajes críticos de Francisco, pero resulta desagradable o de falta de ética; cuando sutil o irónicamente se utilizan argumentos contrarios y pocos convincentes a los dispensados por el Papa.

En tales circunstancias la crítica irónica o sarcástica se transpone sobre el que la realiza.

-Al no coincidir con las posiciones de Francisco y además hacerlo públicamente, sugiero que al menos lo hagan de manera clara, directa y específica; porque al generalizar ideas sobre él y sus mensajes, ello impide comprender otros intereses o razones y confunden la intencionalidad de sus esfuerzos.

-Es bueno saber de otros enfoques porque la unanimidad encierra peligros, pero todo indica que este Papa se encuentra diciendo verdades que algunas personas no desean escuchar y menos por la importancia de lo que representa.

-En política cuando te apartas de lo necesario y justo, de las virtudes que demandan los pueblos o las ideas con las que se identifican, entonces te distancias o aíslas de estos.

-Si los procedimientos y mensajes del Papa Francisco no hubieran hecho diana en las conciencias e ideas de las multitudes, lo mismo en Cuba que en EEUU o en otros países, estas no lo hubieran acompañado con el fervor y disposición que lo han hecho en sus peregrinajes realizados.

-En un mundo relativamente en quiebra de valores espirituales, de cierta bancarrota moral, de exacerbación del individualismo, en sociedades fraccionadas por intereses político/económicos, caracterizadas por las desigualdades, los egoísmos, vanidades o ausencia de solidaridad humana; la voz y las ideas del Papa del Pueblo ha sido necesaria y de hecho se convirtió en un acontecimiento de impacto mundial más allá de lo común.

-Francisco sin ambigüedades ni camuflajes, dijo lo que tenía que decir y lo hizo en la forma que como hombre justo consideró hacerlo y no por temores ni complacer a nadie.

-En cada uno de los lugares visitado se manifestó con prudencia y respeto, pero sin dejar de expresar sus ideas de manera directa, con sinceridad, transparencia y valentía.

-No necesitó intermediarios ni estimuladores de un bando u otro, como hombre honesto, desprovisto de odios y resentimientos dijo lo que piensa, sin demagogia religiosa ni política.

-El Papa del Pueblo ya sabemos que busca la armonía y la reconciliación, el dialogo y no la confrontación, la paz y no la guerra y desea se favorezca a los más necesitados de la tierra.

-Su misión evangelizadora o política no es oportunista, ni se orienta a cuestionar ni atizar fuegos, algunos de ellos, desafortunadamente, aún no definitivamente apagados.

-Sin embargo y lo importante es, que la trabajosa y exhaustiva misión de Francisco, además de rendir frutos, los pueblos la han reconocido y agradecen.