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autoritarismo, la desatención y la desidia en La Habana de la época del restablecimiento de relaciones diplomáticas con los Estados Unidos. Centralización, triunfalismo y corrupción
Por Félix Sautié Mederos.
ALGUNOS PREFIEREN VIVIR EN EL PASADO…,
CRÓNICAS CUBANAS, de nuevo desde La Habana
Félix Sautié Mederos,
Tal y como anuncié en mi última crónica escrita desde España, nuevamente estoy de regreso en mi Habana querida; y, en esta oportunidad, quiero añadir que la encuentro esperanzada, pienso que quizás en exceso, por motivo de los anuncios de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos que todos conocemos. Percibo a mi Ciudad natal suspirando, porque vengan tiempos mejores en los que al fin se puedan restañar los efectos de la desatención, de la falta de limpieza urbana, de los grandes baches en sus calles, avenidas e incluso aceras para el paso de peatones, y sobre todo de la burocracia local que tanto daño le han hecho a una Habana convertida en ruinas por la desidia, la desatención e incluso por un castigo absurdo. Es una burocracia citadina que no da la cara por ninguna parte para dialogar con la población que no la conoce, ni que tiene en cuenta sus anhelos y necesidades acumuladas.
El contraste es triste porque cuando de nuevo camino por las calles de mi Centro Habana en donde vivo, las veo como de costumbre las veía antes de viajar: sin barrer, con aguas negras y basuras acumuladas, a oscuras y con ruinas evidentes por todas partes. Comprendo entonces que percibo el contraste con Madrid y Palma de Mallorca a donde viajé y estuve por varias semanas, que es un contraste que me produce una muy especial sensación como si en La Habana hubiera llegado a una ciudad después de la batalla; incluso considero que es muy preocupante la situación que presentan los procesos de restauración en La Habana Vieja que se han estado realizando con cierta eficacia que se ha hecho evidente y, que actualmente se encuentran en un verdadero impase dado “cambios y/o intervenciones” que por la vía de “Radio Bemba” ( de boca a boca) se han dado a conocer, quizás para peor, los que se han efectuado en las áreas que ha atendido la Oficina del Historiador de La Habana que aparecen detenidas en su impulso que le era característico. Espero que no sean para peor y que solo sea una impresión subjetiva mía; lo espero por el bien de nuestra Ciudad porque en esas áreas era en donde en realidad podía apreciarse un verdadero renacimiento, gracias a un esfuerzo sostenido e inteligente del Historiador de la Ciudad. Para colmo en una entrevista que TELESUR le hizo a Eusebio Leal mis percepciones sobre la realidad de la restauración en La Habana Vieja, percibí que estaba confirmadas al respecto, según lo que pude apreciar de la entrevista que le realizó la periodista Cristina Escobar. No puedo entender que ante tanta desatención a La Habana, vaya a desarticularse lo poco que se ha hecho al respecto, y apoyo plenamente la obra realizada por la Oficina del Historiador de la Ciudad, más allá de cualquier discrepancia política que algunos puedan plantearle al respecto. Lo positivo hay que reconocerlo venga de donde venga y los procesos de Restauración en La Habana Vieja son algo positivo en lo concreto específico; esa es mi opinión que quiero plantear abiertamente en estos momentos de exclusión y nubarrones.
Opino que lo que me sucede en estos momentos de regreso a mi sufrida Ciudad, es que con el tiempo sin ver otras realidades nos acostumbramos a lo que tenemos a nuestro alrededor, pero cuando cambiamos de presencia hacia esos otros lugares y espacios, las diferencias y los contrastes saltan a la vista con fuerza hasta que de nuevo nos volvemos acostumbrar visualmente a lo que vemos y percibimos en lo cotidiano que nos rodea. No es una seguidilla de la palabra lo que estoy planteando, es simplemente mi testimonio de vida que nadie me puede escamotear, porque estaría intentando hacerlo precisamente en el lugar que describo que es verdaderamente La Habana maravilla y sus vecinos los que los que lo estamos sufriendo.
En estos días, además tuve la dicha de ver por televisión el izaje de la bandera cubana en nuestra Embajada en Washington, un hecho que en mi criterio muy personal y de acuerdo con mis sentimientos patrióticos de profunda cubanía, no debería ser enturbiado por diferencia política alguna, porque es la bandera del país que nos vio nacer y la representación de todo un pueblo que ha sufrido mucho y que comienza a verse considerado. Comprendo que nos faltan múltiples cambios en lo externo y muy especialmente en lo interno en donde las mentalidades detenidas en el tiempo, los métodos autoritarios y burocráticos tienen que cambiar necesariamente. Ello nos desmerita la emoción y la importancia del reconocimiento que esas relaciones con la Nación más poderosa del mundo de la que somos vecinos geográficos, significan. Lo contrario sería como trancar el dominó, o meter la cabeza en la tierra como los avestruces y cerrarse a toda solución pacífica de un diferendo de tanto tiempo y de una relación que alguien muy profesionalmente ha planteado públicamente que “Cuba nunca ha tenido una relación normal con Estados Unidos”.
En estas circunstancias, percibo muy especialmente que hay personas muy determinantes que prefieren vivir en el pasado, a contrapelo de lo que planteó el propio Secretario Kerry, que considero muy importante que precisamente un Secretario de Estado de Estados Unidos lo expresara en Conferencia de Prensa junto al Canciller cubano, en los momentos del restablecimiento de nuestras relaciones diplomática y de la apertura de la Embajada de Cuba en Washington. Su planteamiento concreto en el sentido textual de la traducción que se transmitió por TV, expresó que “No hay nada más inútil que querer vivir en el pasado”. Eso considero que es muy importante que en los propios Estados Unidos se tenga muy en cuenta, y que en Cuba especialmente también es válido. Estamos en momentos en que por todas partes aparecen personas detenidas en el tiempo tratando de impulsarnos hacia atrás, hacia un pasado de centralizaciones, autoritarismos y dogmatismos que tenemos que superar.
En estos momentos conmemoramos los 500 años de fundado Santiago de Cuba; y las campañas y preparativos han llenado las informaciones diarias, pero de La Habana, nada, que es la Capital de la República, la Capital de todos los cubanos que dentro de unos pocos años para el 2019 también cumplirá sus 500 años. Poco se ha dicho y poco se hace para esta conmemoración, más aún en momentos en que La Habana suena por todas partes y está siendo visitada desde muchos países.
Me pregunto entonces como habanero de pura cepa, nacido y criado en La Habana, de padre y madre habaneros…: ¿Hasta cuándo? Solo del Historiador de La Habana he conocido un planteamiento público sobre la urgencia de lo que hay que hacer en una Habana y el corto tiempo con que se cuenta para ello, en la que constantemente se presentan derrumbes fatales y aparecen quejas no oídas y no resueltas por todas partes de sus vecinos hartos de tanta burocracia y mentiras. En mi opinión es esta la situación real de La Habana de la época del restablecimiento de relaciones con Estados Unidos, más allá de los triunfalismos que de nuevo están regresando y de las corrupciones que se conocen y de las que no se conocen o no se informan su existencia, aunque sus noticias le den la vuelta al mundo entero.
Así lo pienso, y así lo expreso con mis respetos por el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular
Publicado en la Sección de cultura del Periódico Por Esto! De Mérida, Yucatán, México, el lunes 27 de julio del 2015.
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=33&idTitulo=417419
Reblogueó esto en Rincón de Holguín.
El problema, «habanero de pura cepa», es que la situación de descuido y destrucción cohabita en todas las ciudades de Cuba, haya o no cumplido 500 años. Son muchos años de desatención, de falta de mantenimiento, de crecimiento habitacional descontrolado y sin planificación, que obligó a muchos a subdividir para convivir, gracias a la imposibilidad de los nuevos matrimonios de hacerse de una vivienda. En fin, solo en la Habana Vieja, el impulso creador y restaurador de Eusebio Leal, con poder asignado directamente por Fidel o nada hubiera caminado, se respiró un aire renovador. Otras ciudades lograron algunos avances, pero en todas parte predominó el pensamiento autoritario, burocrático de muchos dirigentes, funcionarios o simplemente, cagatintas, que se empeñaron en retrasar, entorpecer o impedir, con montañas de papel, cuanta intención renovadora se presentara.
En mi criterio personal, las oficinas del Historiador de la Ciudad y la comisión de Patrimonio, tienen gran responsabilidad en el ambiente de desastre, pues ellos impiden, decreto mediante, la realización de trabajos de renovación o restauración en lo que denominan «casco histórico», si no cumple con absurdas regulaciones que muchas veces son irrealizables por lo costosas que resultan para las personas y así, muchos inmuebles en los centros de las ciudades transitaron de lo histórico a lo ruinoso y muchas terminaron en derrumbe inevitable mientras otras se mantienen en pie, desafiando la gravedad y el tiempo, en lo que alguien ha bautizado como «estática milagrosa».
Pienso que hay que repensar el concepto de «histórico» o «valor patrimonial» y limitarlo a un número que se pueda mantener y restaurar sistemáticamente. Entender, como en Holguín, que más de 20 manzanas del centro más antiguo de la ciudad es «casco histórico», ha conllevado que en el centro urbano de la ciudad cubana de los parques quede solamente, muchas veces, el «casco y la mala idea» de los historiadores.
Preservar, restaurar y mantener inmuebles de alto valor histórico, para las nuevas y venideras generaciones, pero no debemos obligar a las actuales generaciones a convivir en una ciudad en ruinas, sin servicios eficientes, eficaces, con acueducto y alcantarillado insuficientes.
Creo que hay que impulsar la reconstrucción y restauración de La Habana, pero no convertir esta obra en la obra de todos los cubanos, pues hay ciudades, pueblos y villas en toda Cuba que esperan el cambio de mentalidad para vivir con más dignidad y felicidad.
En fin, que la vida no se hace en «la capital de todos los cubanos», la vida se hace en el batey azucarero, la cooperativa, el pueblito campesino, el municipio, la provincia, en La Habana solo convive una pequeña parte de los 11 millones de cubanos.
Amigo Froilan, te agradezco muy especialmente que me hayas leído y que lo envíes para el rincón de Holguín , lo que para mi es muy importante
Amigo que se firma como Machete, le agradezco muy especialmente sus criterios pues del debate es de donde único puede salir la verdad.
Quiero decirle ante todo, que entiendo que existe abandono en «todo» el país, y que eso es el resultado de un autoritarismo contra natura y una centralización que no estuvo en los ideales iniciales de quienes luchamos por la insurrección contra Batista y por la Revolución, en mi caso desde 1957 a la fecha.
En lo referido a La Habana es, que es la capital de todos los cubanos, en donde por demás han recalado de todas las provincias, precisamente por ser nuestra Capital y que desde muy temprano fue condenada a dejarla que se deteriorara completamente. Los derrumbes e incluso los que que sufren estos desastres son recurrentes, y alguien tiene que plantearlo , denunciarlo y exigir soluciones-.
No me gusta para para nada que ironice con mi concepto de «habanero de pura cepa» que para su información es un concepto que identifica a quienes hemos nacido en La Habana de padres habaneros y de varias generaciones de habaneros. Para debatir no hay que ironizar ni muchos menos ofender..
Tampoco estaría de acuerdo que una restauración de La Habana signifique el abandono de todo el país, pero de que es necesaria es necesaria y la capital de todos los cubanos debe interesar a todos los cubanos.
Muchas gracias por haber leído mi artículo y por su atención que para mi es realmente valiosa,
Felix Sautié Mederos
Señor Sautié, no le falto el respeto con la ironía, sencillamente acoto el tufillo a chovinismo que salta en la lectura al término «habanero de pura cepa», pues su intención noble queda desautorizada por tal término. Si la Habana es la «capital de todos los cubanos», entonces basta el término cubanos, si quiere añadir el «pura cepa», para señalar a quienes viven en la hermosa ciudad, pues no son solo «habaneros de pura cepa» quienes allí viven, aman, construyen, procrean, destruyen, ensucian y contaminan, también hay guantanameros, santiagueros, holguineros, tuneros, granmenses, tuneros… pinareños, en fin, toda personas de toda Cuba, que también son «de pura cepa».
Por otra parte, comparto la preocupación por el deterioro, pero no creo que La Habana fue «condenada al deterioro», como Ud. afirma. Si creo que la cultura de las personas que emigraron en diferentes etapas a La Habana, más la xenofobia habanera hacia los que denominó «palestinos», sumados a un burocratismo incompetente, crearon el caldo de cultivo para el panorama actual. No se puede perder de vista, si queremos un análisis serio, de las dificultades económicas acarreadas por la política de EE.UU. hacia Cuba y los errores en la aplicación de las leyes y regulaciones urbanísticas y de planificación fisica. ¿La solución? Aparte de la denuncia que Ud. dice, tiene que haber esfuerzo de todos y cada uno para cambiar el estado de cosas. No solo con denuncias se solucionan los problemas. Mejor que señalar «tiñosas» es construir jaulas para las tiñosas.
Amigo Machete agradezco sus aclaraciones. Solo le debo añadir que en un discurso de Fidel por los años 60 cuando yo era dirigente nacional de la UJC planteó explícitamente que La Habana se había hecho a expensas de todo el país y que había «castigarla en su mantenimiento»·, lamento que usted no lo haya leído pero yo si y guardo en mi memoria de trabajo la cita desde entonces, como muchas otras citas que guardo en mi ya extenso archivo de muchos años. Un periodista sin archivos y sin recuerdo carece de una herramienta fundamental.
El término habanero de pura cepa es utilizado desde hace mucho tiempo para identificar a los nacidos en la Habana y no es chovinista simplemente es habanero como puede ser los gentilicios de otros lugares.
Saludos
Félix Sautié Mederos.
Amigo Machete por su seudónimo, debio decrile que no sé quien es usted, mientras que yo escribo con nombre, dos apelidos y datos de comunicación, Estoy en la Revolución militantemente desde desde 1957 en que comencé la lucha contra Batista cuando era estudiante de bachillerato, y desde entonces he luchado militante , pública y abiertamente por la Revolución, muchos muchos me conocen y le aclaro que no soy tiñosero sino cronista de mi época y escribo sobre realidades en las que lucho para solucionarlas. Ante todo para cualquier solución lo primero es la identificación de los problemas y nunca el triunfalismo que nada resuelve
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