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Por Erasmo Calzadilla
La recogida de basura doméstica en la capital ha entrado en una fase superior de deterioro. Aquí en Havana Times el tema se ha tocado infinidad de ocasio nes; lo retomo para mostrar cómo ha empeorado en los últimos meses y proponer una solución.
En Alamar, barrio periférico en que vivo, el carro de la basura pasaba cada tres o cuatro días, y ya era insuficiente; ahora tarda más de una semana y es un auténtico desastre. Al complicado cuadro clínico ahora hay que añadir el depauperado estado de los contenedores.
En su paulatino deterioro los tanques de basura han pasado por tres etapas.
Primero perdieron las ruedas. Los “indisciplinados sociales” se las roban para hacer carretones o negociar con ellas en el mercado de los trastos.
Luego perdieron las tapas; demasiado frágiles para el maltrato cotidiano que reciben.
Finalmente colapsó el contenedor mismo; de viejo y cansado, supongo.
Ahora los vecinos arrojan la basura al suelo, para alegría de las ratas y regocijo de las moscas. En el piso los carros especializados no pueden recogerla y tiene que venir a por ella, cuando viene, un buldócer y un volquete.
El espectáculo es grotesco, hediondo, insalubre pero ni con la mierda al cuello el vecindario despierta de la catatonia.
El pópulo opina
Para conocer el criterio de la gente sobre este problema leí varios artículos de Havana Times con sus respectivos comentarios; también pregunté a las personas del barrio.
Las causas y soluciones propuestas por Liborio pueden dividirse en tres grandes grupos:
1. Los que opinan que los cubanos nos hemos adaptado a vivir en la cochambre por culpa de la Revolución.
2. Los que responsabilizan a los burócratas y políticos corruptos que se roban el petróleo y se ríen en la cara de una comunidad totalmente idiota (en el sentido griego-antiguo de la palabra).
3. Los que piensan que todo se debe al bloqueo norteamericano y cosas por el estilo.
Todos tienen algo de razón pero a todos se les escapa un aspecto crucial. Desde mi punto de vista el drama de la basura doméstica en La Habana, hoy por hoy, tiene una relación bastante cercana con la crisis económica mundial y el declive irremediable de los combustibles fósiles.
La situación podría tener algún alivio con la eliminación del embargo pero no por mucho tiempo.
Solucionar el problema de la basura sería muy fácil con la disposición mental adecuada, pero suele suceder que la disposición mental adecuada es lo más difícil de alcanzar.
En los pueblos cubanos del interior la basura doméstica es acarreada en carretas de caballos o bueyes rumbo a micro vertederos locales. Durante el Periodo Especial hasta los barrios periféricos de la capital recurrieron a esta iniciativa. ¿Por qué no retomarla?
Si las autoridades políticas admitieran públicamente que la crisis NO es pasajera la comunidad despertaría del marasmo y buscaría soluciones a su alcance. Pero no, este es justo el momento en que nuestros líderes han decidido soñar con la expansión, el desarrollo, el socialismo próspero, las inversiones, las zonas francas y la privatización.
En todos los discursos y alocuciones públicas repiten ad nauseam las palabras mágicas: “desarrollo y crecimiento”; de tanto darle a la matraca han contagiado a muchos de esperanzas.
Cuando se desate una epidemia de las terribles comprenderemos que nos han engañado otra vez, pero entonces será tarde.
No sólo en Cuba. Vieras la ciudad de Montevideo. Ni que hablar de Buenos Aires. Les cuento.
En Bs. As. la basuras siempre se tiran en las calles, y pasan a recogerla, bueno…alguna vez por semana. Por otro lado tienes, los que urgan en las bolsas de basura, dejando el contenido tirado en la calle. Cuando llueve, y cada vez mas frecuentemente, las calles de Buenos Aires se convierten en ríos ocacionando desastres, inundaciones, accidentes de tráfico. Y iViva la Pepa!, salimos nadando.
En Montevideo, estaban los recolectores con sus caballitos y sus carros, el gobierno progresista y su ‘director’ El Pepe Mujica, los prohibió, los corretió, como corretearon a la gente en situación calle de las principales avenidas, y centro.
Creo, que somos los latinos, no solamente latinoamericano, España, Italia, la mugre abunda, (basura), no me refería a la mugre política. Nos cuesta mantener el mínimo de los órdenes.
Creo, que el pueblo con más consciencia es el japonés, (en cuanto a basura de la que hablamos). Recogen todo, van a un espectáculo y no tiran o dejan nada. Cuando el mundial en Brasil, los japonecitos vicitanantes recogían las botellas, papeles, etc; no solo la de ellos, la que dejaba el resto de los asistentes.
Si contamos que la basura que dejamos tras de nosotros, sin importanos, sirve para mucho, restos de comidas, para manufaturarlos y convertirlos en abono. Papel, cartón se recupera, y otras maneras de producción de energía.
No somos concientes ni como pueblos ni como gobiernos. Excusas, siempre excusas.
Pero sino salimos nosotros a exigirles a los gobiernos que tenemos, nada va a cambiar, seguirán con sus cuentos.
Además, como que a nadie le importa lo de la basura, todos nos quejamos y hasta ahí llegamos
Saludos