La torta de México, especie de big size sandwich, es una comida multicultural. Por eso encontramos la “torta española” con jamón serrano, la “torta francesa” con quesos de Oaxaca y finalmente la “torta cubana”; la mejor, la más cara.
La torta cubana es una obscenidad dietética, básicamente una acumulación de milanesa, pierna de cerdo, pechuga de pollo y quién sabe qué más. Algo capaz de alimentarte las siguientes dos vidas.
Como cubano recién llegado al DF no entiendes nada, temes que los mexicanos no hayan logrado enterarse de que a pocos kilómetros está la tierra de picadillo de soya y del “pollo por pescado”.
Eventualmente preguntas; descubres que las percepciones sobre la realidad económica de la isla son casi precisas y descubres un mito: “la cubana”; la mujer voluptuosa y con “mucha carne”. Te explicas por fin el nombre de la torta.
Llegar a México implica librase de los cubanos. Librarse de que te miren fijamente el culo y las tetas todo lo que dura una cuadra, de los silbidos lascivos, de los piropos ridículos, de que te llamen “mami” cada tres segundos.
Llegar a México y ser cubana, es usar un vestido y que te miren fijamente las rodillas; sólo las rodillas.
Al final, vivir el mito, ser “la torta-mujer cubana” para el taxista, para el profesional de clase media, para el académico de la universidad.
¿Y es verdad que en Cuba las chicas están contigo si les regalas un pantalón?… estoy hace tiempo planeando ir a las playas de allá… ¿es muy caro? …un amigo fue hace poco y la pasó muy bien. Yo indecisa entre bajarme del taxi o intentar que chocara contra el primer poste en el camino.
Las pasadas vacaciones fui a Cancún y nos ofrecieron tres días en un hotel de Varadero…el servicio no era bueno pero las camareras estaban espectaculares…sólo por mirarlas valió la pena el viaje.
No creo que pueda llegar a estar con una mujer mexicana; son demasiado princesas…. tienes que tomar tanto café antes de tener sexo que terminas con una úlcera….acabo de comprarme un departamento….¿me pasas tu número? Yo deseando gritarle bufón y haciendo silencio.
La cubana para el mexicano: un pedazo de pan con carne, una caricatura. Aun la rumbera del Tropicana de los 50, la jinetera de La Habana de los 90, la latina caliente.
Tal vez la mujer, que como diría un amigo, no puede evitar lucir y sufrir un cierto erotismo indolente.