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Por Félix Sautié Mederos.

Crónicas Cubanas

Después de los sorpresivos anuncios del 17 de diciembre del 2014 sobre la reanudación de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, considero muy conveniente continuar reflexionando al respecto de lo que se nos viene encima en los ámbitos de la política, de la economía e incluso de la vida social en Cuba, en los que ya nada podrá ser igual porque habrá que replantearse vivir en un futuro con nuevas improntas en lo relativo a las luchas que se han estado desarrollando para sobrevivir en medio del enfrentamiento a un bloqueo en el que han nacido varias generaciones de cubanos, así como enfrentarnos también a nuestros propios errores e inconsecuencias cometidos a la luz de una política de Plaza Sitiada que se va a quedar sin los fundamentos que la han soportado por más de 50 años. Estas generaciones que ya han comenzado a ser mayoría poblacional, no han vivido otras circunstancias distintas a las del bloqueo y las penurias que se nos han impuesto, las que ahora parece que definitivamente se van a resquebrajar, aunque aún no podemos hacernos muchas ilusiones al respecto porque falta gran trecho del camino por recorrer y múltiples escollos que superar, tanto de un lado como del otro.

No obstante, yo pienso que se abre una nueva etapa histórica en el proceso socio político cubano, lo que ya he enunciado en mis crónicas anteriores, y en esta nueva etapa que recién comienza aunque endeble todavía reitero, que ya nada podrá ser igual. Muy a pesar incluso del continuismo y del más de lo mismo cargado de palabras mágicas y de voluntarismos a que se nos ha acostumbrado, que ahora se deshacen como la espuma de las olas que chocan contra los acantilados de las costas, que hacen las veces de las realidades que son objetivas más allá de lo que queremos que sean y de lo que se nos ha querido imponer. Porque en la realidad que verdaderamente es y que solo podemos comprender con los pies puestos sobre la tierra para decirlo de una forma más comprensible a todos, la vida está siempre en movimiento y para enfrentarla en su presente y proyectarse hacia su futuro hay que entender su dialéctica y ser capaces de hacer lo que en cada momento se requiere como se diría a partir del pensamiento y de la acción de nuestro José Martí que próximamente va a cumplir su 162 aniversario de haber nacido.

En mi percepción de lo que ha sucedido y de lo que está por suceder, considero que precisamente hemos llegado a un verdadero momento de inflexión en el que como nos recordara Armando Hart en un reciente artículo suyo publicado en POR ESTO!: Somos responsables de los destinos de Cuba, los retos que se nos presentan son resultado de un singular y complejo proceso revolucionario que ha tenido y tiene en su esencia primera la aspiración martiana, devenida en praxis de nuestra nación: el culto de los cubanos a la dignidad plena del ser humano. (1)

Pienso pues que como nunca antes en esta nueva etapa que estamos inaugurando, querámoslo o no, se nos plantea la necesidad de que seamos capaces de buscar y comprender lo que en cada momento se requiere para ponerlo en una práctica consecuente y sostenida que vaya más allá de nuestras inconsistencias acostumbradas y de nuestros impulsos emocionales que en muchas ocasiones llegan a convertirse en venales, porque como dice una expresión muy popular, tendremos que ser capaces de hilar fino y de no equivocarnos, ni dejarnos llevar por los cantos de sirena que pueden copar nuestros entendimientos. En esto he querido pues, utilizar expresiones de uso popular para que lo que estoy planteando pueda ser claramente comprendido sin duda alguna, porque quizás como nunca antes también nos vamos a enfrentar a circunstancias que podríamos compararlas como el tránsito bordeando por un precipicio que ya se ha anunciado por el Presidente Raúl Castro desde hace algún tiempo, en el que en mi criterio caminamos sobre una cuerda floja cual si fuéramos malabaristas de la historia que con un pie mal puesto podríamos quedarnos sin patria o sin lo que nos queda de patria.

En este orden de circunstancias y coyunturas, las palabras y consignas emocionadas y altisonantes, devenidas ocasionalmente en fórmulas mágicas o palabras mágicas con las que se ha pretendido resolverlo todo, van llegando a su posibilidad final de uso; y poco o más bien nada, porque nunca tuvieron efectividad y menos aún hoy, nos servirán para enfrentar un futuro cargado de pragmatismos que se abre ante nosotros, que quizás habíamos soñado pasando por encima de las necesidades de preparación para ser capaces de enfrentarlo. Me refiero a situaciones que no podemos acometerlas con simplismos ni improvisaciones porque es mucho lo que se va a poner en juego.

La urgencia de acometer una cultura de diálogo que se oponga a los empecinamientos y los autoritarismos contra natura que usan la fuerza bruta como argumento, en la que el sentir y las palabras de los cubanos estemos en donde estemos sean verdaderamente oídos y atendidos con respuestas concretas así como con prácticas consecuentes con el momento histórico que hemos comenzado a vivir, sean el fundamento para que al fin podamos erigir una República en la que quepamos todos, con todos y para el bien de todos.
Así lo pienso y así lo expreso a partir de mis convicciones martianas, revolucionarias y socialistas participativas y democráticas, con mis respetos para las opiniones diferentes y sin querer ofender a nadie en particular. fsmederos@gmail.com

(1) Ver en POR ESTO!, Sección de Opinión, Y mi honda es la de David Armando Hart Dávalos viernes 16 de enero 2015.

http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=376376

Publicado en Por Esto! el miércoles 21 de enero del 2015.

http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=377405