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Por Ilka Oliva Corado
Tomado de Rebelión
Hay un video circulando en la redes sociales que lleva por título una pregunta: ¿qué harías al ver a un hombre golpeando a una mujer? Yo me detuve a pensar unos segundos en la pregunta, antes de ver el video. Imaginé el lugar, la hora, la situación. La razón de la agresión, -¿razón, hay razón para agredir físicamente a una mujer?- la posible incomunicación si era de llamar por teléfono a la policía o reaccionar ahí mismo pero, ¿cómo reaccionar?, ¿agrediéndolo físicamente para tratar de defender a la víctima?, ¿diciéndole que no le pegue?, ¿gritar y pedir ayuda? ¿Tomar el teléfono celular y llamar a la policía e irme? ¿Irme solamente sin decir nada y fingir no darme cuenta?
Por supuesto lo de irme y fingir no darme cuenta queda descartado. Creo que todos o la mayoría hemos sido testigos de este tipo de agresiones, ya sea con familiares o desconocidos, ¿tenemos capacidad de reacción? No me queda duda que cuando se trata de una pelea entre dos personas que conocemos hay confianza para mediar pero, ¿y si son dos desconocidos, cómo actuamos? Todos reaccionamos de distinta manera, pero hay muchos que no tienen esa capacidad y la indiferencia no les da ni para menear la boca y pronunciar una sola palabra, mucho menos para actuar. Y es eso precisamente lo que nos muestra el video que fue grabado en un ascensor cualquiera en la ciudad de Estocolmo, Suecia. Con una cámara escondida nos muestra a una pareja de jóvenes en un ascensor, el hombre agregue con insultos y físicamente a la mujer y los otras personas no hacen nada por evitarlo. De 53 que fueron grabadas solamente una reaccionó y fue –como siempre- una mujer.
Lo triste del caso es que hay unos que se cubren la cara con las manos y ven hacia otro lado. Una señora les dice: “esperen a que por lo menos salga yo.” Como quien dice, cuando estén solos podés agredirla todo lo que querrás pero ahora no, respetá que estoy yo aquí.
Fue en Estocolmo pero no me cabe la menor duda que de haberse filmado en cualquier otro país la reacción sería muy similar por no decir idéntica, el problema de violencia de género es minimizado y aceptado como normal en la sociedad. No espanta ver a un hombre agrediendo a una mujer. Tal nivel de violencia lleva a las torturas, violaciones sexuales y feminicidios que también, son aceptados como habituales. “Es que algo hizo para que él le pegue así.” “Bueno está, para que aprenda a no ser puta.” “Él es el hombre de la relación y tiene que ponerle rienda para que lo respete.” Tanto que se dice, tanto que se juzga a la mujer que se le vuelve culpable de la agresión y se le da la razón al agresor. No hay razón justificable que permita la agresión física y verbal contra una mujer. No la hay y no la inventen, no hay pretexto.
El abuso de todo tipo, “piropos” subidos de tono, acoso callejero: verbal y físico. No debemos perder la capacidad de reacción y en cualquier lugar conozcamos o no a las personas, no debemos permitir una agresión contra una mujer.
Un ejemplo más: como noticia un periódico centroamericano reportó la desaparición de Miss Honduras, los comentarios de la mayoría de lectores en la redes sociales ante esta desaparición y la etiqueta de “Miss” fueron: –copiados textualmente- “Mujer de narco, estoy seguro.” “Pues yo creo que tal vez ella era novia de un narco y le mandaron a quebrar, como ya saben que las modelitos quieren todo y por unos dolaritos se la llevó la fregada.” “Mmm narcos las ayudaron a conseguir su título, su reinado y en algo la cagó y hoy de plano le están cobrando ese favor que le hicieron y hasta la sister alcanzó del pastel.” “Tremendas cogidas las que le están pegando a la pobrecita.”
Cuando una lee este tipo de comentarios, se indigna tanto porque son de personas que por lo menos aprendieron a leer y a escribir, gente común que va a trabajar, que pueden ser padres de familia, que tienen hermanas, que tienen hijas, que fueron paridos por una mujer. Gente a la que uno encuentra probablemente en un autobús, o que conduce un automóvil y viste de corbata y saco, que tiene una licenciatura, o puede ser un estudiante universitario. Me refiero con esto a éste tipo de comentarios vienen de personas que una saluda todos los días en las mañanas, que muy probablemente al tener la oportunidad de agredir a una mujer lo hacen, y la violan y hasta la matan, la violencia está dentro de la propia sociedad, en los patrones de crianza, en la comunidad, en la escuela, en los sitios de trabajo y en la calle. Los hombres que agreden física y verbalmente están en todos lados y son nuestros hermanos, nuestros esposos, nuestros docentes, nuestros amigos de toda la vida, nuestros hijos. Por esa razón el trabajo es de todos, hombres y mujeres por igual, para cortar de raíz todo tipo de violencia contra la mujer.
Le pregunto a usted lector, ¿qué haría al ver a un hombre golpeando a una mujer? ¿Ser Miss es motivo para justificar una desaparición y ensañarse con comentarios que solo exponen el machismo, la misoginia y la violencia de nuestra sociedad? No creo que por ser Miss, es por ser mujer. ¿Usted qué opina?
Es dificil, verse involucrado en una situación como la que se expone, pero en mi criterio aún es más dificil determinar que hacer; he visto en mi vida tantas situaciones que complican cada vez preever o estandarizar una forma de actuación para una situación casi siempre muy parecida… es como si la pregunta fuera: Que Harías? si conoces una pareja con hijos, donde el esposo es trabajador, profesional, sacrificado, dedicado y amante de su mujer y sus hijos, con un matrimonio de casi 20 años, por el cual ha cambiado el rumbo de su vida, desaprovechado oportunidades y ves que la esposa a quien le ha dado casi todo, lo esta traicionando en su propio trabajo, con conocimiento de los que lo rodean, lleva a su casa y presenta como amigo, incluso con la esposa a el amante, utiliza a sus hijos para trasmitirse mensajes de telefono, el marido le advierte varias veces que por primera vez en la vida tiene dudas de ella, ella le niega y le convence que sería incapaz y al final todos lo sabian menos él y todo se conoce…Que harías?, se merecería que le hicieras algo?, se lo dirías al marido?, la llamarias a ella? o simplemente no te meterias en esa cosa tan sucia, porque al final ellos se arreglan, el aguanta o no la traición y hasta se cuentan lo que tu hiciste…el golpear a una persona es reprochable en todas sus variantes, pero decidir que hacer y saber si es justo lo que se hace siempre será una gran interrogación, el universo de matices es demasiado grande como para mantener una actuación prediseñada y como mismo a veces depende de lo que digan las hormonas cuando ves lo que esta pasando, sabes que tambien muchas veces lo que esta pasando depende de la reacción hormonal del momento entre esas dos personas y donde no siempre el sexo debil es el inocente…Nunca has visto una mujer golpeando a un hombre? y no precisamente como decimos los cubanos, «dando un golpe bajo», lo cual es cada vez más frecuente…Que harias?
Posiblemente la declaración más loable del machismo cubano es aquello de «El hombre que le levanta la mano a una mujer, no es hombre». Con ese dicho nos criamos generaciones de cubanos, y lo aprendimos en nuestro hogar, primero que en cualquier otra parte.
Razón tiene la autora en lo que dice, pero no sé por qué me choca (A no ser que no sea cubana, pero aún así), que no mencione -o no se atreva a mencionar- la violencia contra la mujer alentada y dirigida por el gobierno cubano, en el caso de las que disienten.
En el año 80 un número de mujeres que quizá nunca se sepa fueron golpeadas, agredidas a huevazos, insultadas de la peor manera,, atropelladas en sus propias casas y vejadas en su dignidad, por turbas de gentuza miserable y canallesca, morralla humana, chusma de lo peor (Por que eso es lo que eran y aún son todos los que se prestan a eso). A la poetisa María Elena Cruz Varela la sacaron de su apartamento; la arrastraron escaleras abajo, y le hicieron tragar papeles; a una Dama de Blanco la mandaron para terapia intensiva como resultado de una pateadura dada en plena vía pública; recientemente dos mujeres fueron apuñaladas en casa de un disidente, por obra y gracia de un sicario miserable dirigido por la seguridad del estado. Los actos de repudio concebidos, dirigidos y amparados por el gobierno cubano todavía cobran víctimas femeninas. En Youtube puede verse a un miserable abriéndose la portañuela en plena vía pública y frente a la casa de una disidente. Hoy las golpizas y las vejaciones a las mujeres de la disidencia son casi el pan de cada día. Salvo la disidencia, nadie dice «esta boca es mía»
No habido un medio oficial que criticara todo esto; no ha habido una feminista que alce su voz contra el abuso incalificable desde ninguna inastituciópn oficial; ni aun aquellas que firmaron una carta todas indignadas contra la diz que inadmisible conducta de Ángel Santiesteban al golpear supuestamente a su ex esposa, a pesar de que el juicio a este escritor fue más que dudoso; y las pruebas presentadas contra él tan débiles y tan póco confiables, que hasta algunos de los que lo criticaron se han disculpado por escrito con Ángel a través de cartas abiertas.
Ninguna de estas señoras ha tenido la verguenza y el civismo de criticar, al menos públicamente, ningún atropello contra una mujer que haya sido resultado de la sistemática política de represión gubernamental a traves de las turbas de chusma neofascista, ni de los órganos represivos. La prensa oficial, muchíusimo menos, por supuesto.
¿Será que, parafraseando a Orwell, algunas mujeres son más mujeres que otras?