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Por Félix Sautié Mederos.

Crónicas cubanas

El delito de ser cubano en Cuba, plantearlo no es un desvarío ni nada parecido, constituye una triste realidad que los burócratas e incluso sus aliados tecnócratas, desde sus encumbramientos del poder donde manejan los timones de mando de la sociedad, no quieren reconocer y se afanan en encubrir utilizando las más sofisticadas formas de maquillarlo y de negar su existencia, condenando a la exclusión de diversas maneras a quienes se atrevan a plantearlo; pero cada día lo podemos comprobar personalmente los cubanos que vivimos en Cuba y nos tropezamos con esas discriminaciones que recorren el país, cual si fueran fantasmas que se nos aparecen en los más disímiles lugares y circunstancias, ya sean los aeropuertos como es el caso de la Terminal 3 del Aeropuerto José Martí, donde no podemos entrar a despedir ni a recibir a nuestros amigos y familiares para que, según han declarado funcionarios desligados del pueblo, se pueda ofrecer un mejor servicio a los viajeros y una mejor impresión a los que nos visitan (sic¿?…), como si la presencia del pueblo fuera la mala imagen para los turistas y el delito a repudiar, en vez de sus reiteradas deficiencias operacionales.

También, tenemos las nuevas normas de la Aduana General de la República publicadas recientemente y que entrarán en vigor en septiembre próximo 2014, que son medidas en las que se hacen pagar a justos por pecadores, además de arrasar con los mercadillos populares donde el pueblo de a pie podía adquirir ropas y objetos necesarios a precios más asequibles que en los comercios estatales recargados con márgenes comerciales del 200 % y más, sobre lo cual ya me he referido en una crónica publicada hace algunos días (1).

Por otra parte, nos encontramos con que en los hoteles e instalaciones de turismo que estuvieron prohibidos para los cubanos residentes durante años, ahora nos reciben con reticencias, maltratos y discriminación en muchas de sus instalaciones, en lo que ha devenido un prejuicio compartido por funcionarios y trabajadores; así como el maltrato en las shopping que es un mal endémico. La prohibición del uso de INTERNET planteada para los cubanos, con algunas pequeñas y económicamente muy caras nuevas alternativas que también se hacen imposible de acceder por parte del pueblo de a pie, resulta ser otra agresión de muy alta incidencia contra el desarrollo y el futuro del país que habrá de convertirse, históricamente, en un escarnio imperdonable para quienes la han concebido, la sostienen y la justifican. Hay muchas otras discriminaciones de este tipo que para encontrarlas sólo tendríamos que estar por las calles de La Habana y ser parte del pueblo de a pie que los burócratas rehuyen.

Me refiero a realidades innegables de las que cada día muchos se quejan, las que devienen temas de conversación entre amigos y familiares. Además las he sufrido en carne propia (2) y también he tenido múltiples referencias de amigos y vecinos. Algunas, incluso, son denunciadas en la prensa oficial, alternativa o internacional; las que de conjunto chocan con oídos oficiales que no quieren oír, silencio por respuesta o rotundos desmentidos sutilmente amenazantes, en los que se proyecta el espectro de la negación de aquello que José Martí expresara y para fraseo que un a país no se puede dirigir como se manda en un cuartel.

Me refiero a medidas y prejuicios que cuando los experimentamos directamente nos hacen sentir como si fuéramos los parias de la sociedad o los reclutas malcriados que son puestos en su lugar por algún sargento de caballería, como denominaban mis abuelos a las personas autoritarias. Pero lo peor de todo son los silencios oficiales, los velados apoyos a la burocracia que se plantean con las excusas del Bloqueo, de la defensa del país contra sus enemigos y en general de la política de Plaza Sitiada con que, además, se pretende acallar nuestras inconformidades contra los abusos y agravios que se nos infligen a diario, como consecuencia de estos prejuicios prohijados por la centralización, el autoritarismo y el desprecio por la persona y sus derechos inalienables.

No podrá haber recuperación económica y social, actualización del Sistema como se denominan los esfuerzos para implementar los lineamientos aprobados por el VI Congreso del PCC con vistas a crear un Socialismo Próspero y Sustentable; y mucho menos desarrollo y bonanza, con estas prácticas que nos hacen sentir fuera de todo el juego de la economía y de la política nacional y que en sentido general desestimulan a la vida dentro país y devienen un impulso a escapar de todo y huir del territorio nacional que hace crecer de manera galopante a la diáspora cubana en las más diversas latitudes planetarias. La falta de respuestas favorables a los intereses de la población, la sordera y la justificación ante estas situaciones, así como los planteamientos extemporáneos que sólo culpan al pueblo de la indisciplina social y de lo que se ha dado en denominar como falta de pertenencia de algo que día a día comprobamos que en realidad no nos pertenece y de lo cual somos preteridos y excluidos sistemáticamente, van ampliando una brecha entre el pueblo y los burócratas de la economía y la política que poco a poco nos va precipitando hacia un precipicio insalvable que podría desarticular por completo a la Nación cubana. Nuevamente, tengo que repetir que ¡quienes tengan oídos para oír, oigan!

Así lo pienso y así lo escribo con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular. fsmederos

(1) Ver la crónica titulada Cuadrar la caja en POR ESTO! sección Opiniones con fecha lunes 21 de junio del 2014

http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=339584

(2) Concebí y escribí las notas básicas de esta crónica en un hotel de Varadero (Sol Palmeras), adonde fui a conmemorar mis 76 cumpleaños, las hice como resultado de las malas experiencias que vivimos mi esposa y yo junto a los turistas de otros países que allí se encontraban, las que me llevaron a recapitular y justificar con mayor fuerza a muchos de mis artículos y crónicas publicadas al respecto a través de los años. Otras veces este maltrato ya lo había vivido y comprobado personalmente, e incluso lo había testimoniado por escrito, pero parece que en realidad los seres humanos somos las únicas criaturas que chocamos dos o más veces con la misma piedra; o quizás es que algunos somos irreductibles en el uso y el reclamo de nuestros derechos inalienables.

Publicado en Por Esto! lunes 4 agosto 2014.

http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=342651