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Carta Abierta de la Cofradía de la Negritud a la Comisión Organizadora del XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba.

La Habana, 17 de febrero de 2014

Compañero Ulises Guilarte de Nacimiento

Presidente de la Comisión Organizadora

del XX Congreso de la Central de Trabajadores De Cuba.

Distinguido compañero:

Reciba un saludo cordal de la Cofradía de la Negritud, un proyecto ciudadano de activismo social, a nombre del que nos estamos dirigiendo a usted con el propósito de presentar públicamente, ante la entidad que usted preside, un reclamo referido a una cuestión que consideramos no debe dejar de ser tratada en la magna reunión de los trabajadores cubanos: la existencia de la discriminación racial en la esfera laboral.

El próximo mes de marzo, se cumplirán 55 años de las históricas intervenciones del Comandante Fidel Castro en las que abordó, ante todo el país, la cuestión de la discriminación racial existente en la sociedad cubana de entonces. Una parte importante de sus palabras estuvieron dedicadas, precisamente, a denunciar la existencia de esa práctica vergonzante en los centros de trabajo.

Hoy, si se considera la situación existente en muchos centros laborales cubanos, y se la analiza bajo el concepto de discriminación racial establecido por la Convención de las Naciones Unidas para la eliminación de ese flagelo, y del Comunicado Sobre el Decenio de los Afrodescendientes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), de los que Cuba es parte signataria, y de manera particular en aquellos donde sus trabajadores disponen de estimables beneficios salariales y extrasalariales –Vg. las entidades del capital nacional y mixto vinculados al turismo y el comercio internacionales- resulta evidente que una apreciable parte de la realidad laboral denunciada por el líder de la Revolución en marzo de 1959, de alguna manera se ha reproducido en el escenario laboral de la Cuba de hoy. Pudiera decirse que no es lo mismo, pero es igual, dolorosamente.

Compañero Guilarte, el 18 de septiembre de 2010, la Cofradía de la Negritud, en otra carta abierta dirigida al Secretariado Nacional de la CTC, señaló la ceguera mantenida por la organización de los trabajadores ante las diversas manifestaciones de discriminación racial en la esfera laboral que, ante la vista de todos, crecieron lozanas y saludables en los dos últimos decenios. La realidad actual de nuestro país está signada por la puesta en ejecución de diversas medidas que forman parte de la reforma económica que se acomete; algunas de estas medias pudieran propiciar el fomento de prácticas discriminatorias de corte racista. Es por ello que la Cofradía de la Negritud, por este medio, reclama de la Comisión que usted preside, se establezcan las condiciones propiciatorias para que el máximo evento de los trabajadores exprese con claridad y vigor su rechazo y condena a la práctica de la discriminación racial en el ámbito laboral de cualquier sector. Una acción así estaría nítidamente, en plena correspondencia con la enarbolada consigna de defender los intereses de todos los trabajadores, así como con el legado histórico con que al efecto cuenta la Central de Trabajadores de Cuba.

Finalmente, cumplido el propósito de esta misiva, le expresamos nuestros mejores deseos de que el Vigésimo Congreso resulte provechoso para los trabajadores y el país.

Cordialmente, por la Cofradía de la Negritud,

Norberto Mesa Carbonell

Primer Cofrade

Tato Quiñones

Cofrade

Tomás Fernández Robaina

Cofrade

Carta Abierta de la Cofradía de la Negritud al Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba

Lisa, 18 de septiembre de 2010 “Año 52 de la Revolución”

Distinguidos compañeros y compañeras del

Secretariado Nacional de la CTC:

Nos estamos dirigiendo a ustedes en nombre de la Cofradía de la Negritud, un proyecto ciudadano de activismo social que interviene en el campo de las relaciones raciales, principalmente, y que tiene entre sus propósitos la promoción de la reflexión y el debate en torno a la existencia de discriminación racial en nuestra sociedad socialista.

Nos dirigimos a ese órgano de dirección colegiada con el fin de hacerles llegar una reflexión de este proyecto, basada en el Pronunciamiento de la Central de Trabajadores de Cuba que, firmado por ustedes, fue publicado por el periódico Trabajadores hace cinco días; nos explicamos en los párrafos que siguen:

De acuerdo con el concepto de discriminación racial recogido en la Convención Internacional para la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial, de la cual Cuba es signataria, una de las esferas donde más nítida se muestra la acción de ese flagelo en nuestra sociedad es en la esfera laboral Desde hace años contamos con investigaciones realizadas en nuestro país, v.g.r el Instituto de Antropología, que demuestran las dificultades que encuentran las personas no blancas para acceder a los puestos de trabajo que tienen ventajas extrasalariales, que implican un cierto tipo de privilegio; esta situación resulta evidente para cualquiera que haga una observación apropiada entre los trabajadores y trabajadoras de centros de trabajo tales como hoteles para el turismo internacional, tiendas recaudadoras de divisas, firmas de capital mixto, corporaciones cubanas, entidades donde se viaja al extranjero, ciertas instituciones culturales y académicas, etc. Por otra parte, desde la “limpieza étnica” realizada entre los trabajadores del Hotel Habana Libre (Trip), en 1994, quedó claro también que a las personas no blancas les resulta más difícil mantenerse en tales plazas de privilegio una vez que han logrado acceder a ellas. Puede afirmarse que, durante los dos últimos decenios, las manifestaciones de discriminación racial han tenido clara presencia en el campo laboral, con una fuerte incidencia en la vida social cubana. Esto ha sucedido a la vista y con el conocimiento de la mayoría de los cubanos, sin que tal situación haya recibido la merecida condena y el enfrentamiento apropiado por parte de la Central de Trabajadores de Cuba, a pesar de que esta organización dispone de un relevante legado de lucha contra la discriminación racial en la Cuba anterior a 1959. Claro está que conocemos las limitaciones de la Central de Trabajadores de Cuba al respecto, pero duele recordar que tuvo dirigentes como Jesús Menéndez, Aracelio Iglesias y Lázaro Peña, que fueron adalides en la lucha por la igualdad entre los trabajadores.

Nuestro país se apresta a iniciar un proceso indispensable para propiciar su despegue económico: la reducción de plantillas, lo cual conllevará la eliminación de centenares de miles de puestos de trabajo y la reubicación de los trabajadores desplazados. En su intervención del primero de agosto pasado ante el parlamento cubano, el General de Ejército Raúl Castro trató claramente la cuestión: entendemos, precisó, que “la estricta observancia del principio de idoneidad demostrada a la hora de determinar quien merece el mejor derecho de ocupar una plaza, debe contribuir a evitar cualquier manifestación de favoritismo, así como de discriminación de género o de otro tipo, las cuales deben enfrentarse con toda firmeza”. Tales palabras reflejan su conocimiento cabal de las injusticias que pueden acompañar a este proceso ineludible. El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros no señaló directamente a la discriminación racial –la puso en el saco de las “de otro tipo”–, pero sabiendo del alto nivel que tiene el prejuicio racial entre los cubanos, puede asegurarse que la intencionalidad racial mostrará sus orejas peludas, indefectiblemente. Por otra parte, el antepenúltimo párrafo del Pronunciamiento de la Central de Trabajadores de Cuba expresa: “La CTC y los sindicatos estamos comprometidos y velaremos por la más estricta observancia y aplicación del principio de idoneidad demostrada al determinar el mejor derecho para ocupar una plaza, así como la transparencia en lo que debe ejecutarse”. Aquí ustedes se refieren a un compromiso que la CTC y sus sindicatos no pueden vanagloriarse por su cumplimiento hasta ahora –nos referimos a las manifestaciones de discriminación racial en la esfera laboral de manera pública y explícita—y en esta realidad se fundamenta nuestra reflexión, a manera de preguntas: ¿están la CTC y los sindicatos de condiciones reales de defender el mejor derecho de los trabajadores, cuando lo tengan y esté amenazado por la animosidad racista? ¿Podrán hacerlo efectivamente si no cambian su visión ingenua supeditada a la orientación “en Cuba no hay discriminación racial”?

Compañeras y compañeros del Secretariado Nacional de la CTC, con esta carta la Cofradía de la Negritud también quiere expresar su voluntad de mantenerse alerta a los acontecimientos por venir, así como su determinación de luchar, en la medida de sus posibilidades, para que no haya nuevos casos como el del Habana Libre (Trip). Al propio tiempo, hace un llamado a cada trabajadora y a cada trabajador que durante este proceso de reducción de plantillas puedan ser víctimas de la acción discriminatoria de ánimo racista a que no la acepten pasivamente y estén dispuestos a luchar, apropiadamente, en defensa de su mejor derecho laboral real. Vienen meses de lucha ardua para todos, de la cual podemos salir victoriosos. Ustedes tienen la palabra; por ustedes hablarán los hechos. En la Cofradía de la Negritud conocemos dos casos expuestos ante el Dpto. de Asuntos Laborales y la Asesoría Jurídica de la CTC Nacional que nos permiten dudar de la capacidad real de la CTC y sus sindicatos para el cumplimiento exitoso del compromiso asumido en el Pronunciamiento. ¡Ojalá que demuestren que sí cuentan con la capacidad requerida!

Reciban el saludo franco y el buen deseo de éxitos de

Norberto Mesa Carbonell

Primer Cofrade

Tato Quiñones

Cofrade

Tomás Fernández Robaina

Cofrade