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Por Harold Cárdenas Lema
Este año promete. Es el número 2014 de la era cristiana, el decimocuarto del tercer milenio y el quinto de la década de los 2010. Según el zodiaco chino es el año del Caballo y del elemento madera. Pero por sobre todo eso, es el Año de la Moneda Decisiva.
Recuerdo cómo hace apenas un año me maravillaba por la recién adquirida posibilidad de viajar a cualquier lugar del mundo. Algo que me tenía muy preocupado porque durante muchísimo tiempo fue el Estado el que reguló las salidas de las personas, debía tener una buena razón para ello así que el riesgo era alto.
Para mi sorpresa no ocurrió nada extraordinario, ¿será que en defensa de los malditos vecinos del frente hemos creado demasiados cerrojos y ahora nos cuesta abrirlos? ¿Al punto de quedar encerrados nosotros mismos? No sé, este año se cumple un centenario de la primera conflagración mundial así que comienzo “dando batalla”.
Tengo infinitas posibilidades por delante, ya puedo viajar a cualquier lugar del mundo, puedo ir a un cine estatal en Cuba y ver una buena película 3D mientras disfruto mis palomitas de maíz. Este año puedo ir a comprar un auto nuevo y salir disparado hacia Varadero a pasarme el fin de semana allí. Soy un profesional universitario, para hacer todo esto lo único que necesito es la Moneda Decisiva.
¿Será este el año en que se unifique la moneda en mi país? ¿En que los salarios se correspondan a la función social de cada uno? ¿Será este el año en que pueda yo por vez primera invitar a tomar una cerveza a mi vecino desempleado, sin que sea al revés? Por alguna razón, los muchachos del barrio juegan dominó hasta que amanece y duermen todo el día, sin embargo siempre parecen tener más recursos económicos que los que decidimos estudiar o trabajar honradamente. Me asalta una duda ¿quién es más probable que compre un auto entre nosotros?
El trabajo honrado no está de moda, el empleo parece no ser rentable y sin embargo muchos insistimos en seguir haciéndolo. Debe ser la educación que nos dieron nuestros padres, porque el contexto sin dudas trata de convencernos de otra cosa. Muchos se dieron por vencidos hace tiempo y pasaron a las filas de los que se marcharon, o los que se quedaron pero ya no están.
El 2014 será recordado como el Año de la Moneda Decisiva. Porque al final, sin ella muchos de los cambios y libertades alcanzadas en los últimos años resultan formales pero prácticamente imposibles. Hasta que eso no ocurra, tendré que seguir apelando a la ironía o el sarcasmo cuando la realidad pese mucho sobre mis hombros.
Hasta que los salarios no sean justos, seguiremos lejos de ser un país con todos, y para el bien de todos. Por eso, espero que este año la Moneda Decisiva se ajuste a las necesidades de nuestro pueblo, y no unos pocos, que este año, seamos un poco más socialistas.
¿ No fue este fue el post al que le cerraron los comanterios en LJC? ¿Por qué lo hicieron, molestaron las verdades de los comentaristas ?¿Pusieron la mordaza definitiva? ¿O al administrador extranjero del blog no le gustaron porque no puede rebatirlos?
Tal parece qe no sirvió de mucho la visita del Delfín y su abrazo conciliatorio del año terminado a esos muchachones-criticones de sus predios matanceros en LJC, cuando la hecatombe recesionista colapsó a la web rebelde…y obligó a revisarla. ¿Until when?. Ya en manos de sus ïdeodesorganizadores…
A mí me encanta escuchar decir a Enrique Ubieta Gómez, siempre en el Medio de su Calle, que los intelectuales/colaboradores/ etc, & extensa fauna de Observatorio Crítico se hayan vuelto muycínicos…¡qué algarabía falsa la de este «otro intelectual» que no parece padecer los rigores de miseria obrera que cobra por su periódico! Le auguro un mañana incínico.
Pedro, acaso Ubieta a retomado su ataque al OC? Por favor, si es así, envíanos el link.
Abrazo
—¿Cuál debe ser el papel de los intelectuales en la Cuba de hoy?
—Participar, no desde un observatorio que califique todo lo que se hace, que lo critique todo, no como juez supremo de la realidad; que participe poniendo el pellejo al lado de la gente en la vida cotidiana. Yo creo que hay dos dimensiones que nutren a un intelectual, una es la de los libros, por lo general asociada al gabinete, al reposo, y la otra es la de las vivencias de cada día. El intelectual revolucionario, que es al que me estoy refiriendo, debe alimentarse de las dos. ¿Cuál es el papel de los intelectuales? Participar, como cualquier ciudadano. Lo único que puede alejarnos de la historia es la falta de fe, la falta de confianza en la gente, en las posibilidades del cambio. La peor de todas las enfermedades que puede contraer una persona (obviamente, también un intelectual), es la del escepticismo, que acaba llevándonos al cinismo, exactamente lo opuesto a la condición revolucionaria.
entrevista de Zulema del Sol a Enrique Ubieta G en Cubasí, publicado en Por Cuba Año 11 No 102 del 27-12-2013
Pudo haber sido claro si su intención era mencionar en el comentario al observatorio crítico. Me parece un poco ambiguo, no creo que se esté refiriendo al observatorio crítico. En caso contrario, el mismo comentario queda desmentido por la realidad.
Con todo respeto, Eduardo F, no creo que se refiriera EUG al homólogo meteorológico u otro (por ej. el astronómico) de la Academia CC de Cuba. Allí no suele hacerse política. Si lees a Isbel, sabrás que ya ha habido precedentes.
Yo propongo empezar ya a pensar en pesos, otra vez. Por ejemplo, en vez de decir que el carro cuesta 100 000.00 CUC que es la moneda condenada, vamos a empezar a decir que cuesta 2 500 000.00 Pesos.
Visto así, es más fácil racionalizar el HECHO de que una persona que gane un salario medio de 466 pesos deberá ahorrarlo íntegramente, no comer, no vestirse, no pagar pasaje, durante 5364 meses, o sea 447 años.
Si usted comienza a trabajar a los 18 años ganando 5000 pesos al mes y ahorrándolos íntegramente, podrá adquirir su carro cuando llegue a los 60 años. Por supuesto, no podrá comer, ni vestirse, ni ir a fiestas, ni comprar casa ni tener hijos.
Nada de esas aspiraciones trasportistas netamente burguesas hará falta, tan pronto como el ministro de trasporte y toda la corte adjunta decidan renunciar, y montarse en guagua. Tenemos los cubanos (des)agradecidos una mentes muy obtusas. (Quizá x la maldita circunstancia de guagua x ninguna parte)…