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Publicado en “The Industrial Worker”, Periódico Oficial de los Trabajadores Industriales del Mundo (IWW). Traducido por un miembro del Observatorio Crítico.

Trayendo malas noticias al verano, el Gobierno Polaco anunció el 13 de Junio que eliminaba la jornada laboral de ocho horas. La razón, atraer a las corporaciones para se queden en Polonia y no se vayan al exterior buscando mercados laborales más baratos.

Los trabajadores polacos ganaron la jornada de ocho horas en 1919, justo después de lograr la independencia del país.

La jornada laboral de ocho horas fue para ellos el resultado de una larga lucha por sus derechos, y la eliminación de esta es una regresión para los trabajadores.

La eliminación actual de la jornada de ocho horas la logró el gobierno incrementando el promedio de horas trabajadas anualmente e
introduciendo las horas de trabajo flexibles.

En el pasado, había cierto tiempo de descanso entre los turnos y si tus turnos eran cambiados para otros días, se consideraban fuera de tu tiempo de trabajo normal. Entonces se pagaban como horas extra.

Las nuevas leyes permiten a los jefes imponer jornadas de trabajo mucho más largas, mientras que resten las horas en otros momentos del año.

Para los trabajadores de algunas industrias y áreas, esto puede significar un incremento en la jornada laboral y poco tiempo para el ocio, en vez de horas de trabajo estables.

Tampoco queda claro los derechos que tendrán los trabajadores contratados temporalmente (por ejemplo por seis meses) en este esquema.

Lo que es cierto es que desde hace algunos años, los empresarios Polacos han venido desafiando abiertamente los derechos que aún conservaban los trabajadores y nadie a estas alturas se decide a ponerles un freno.

Los trabajadores están enfrentando miles de ataques sin precedentes contra su bienestar.

Sin embargo la mayoría se encuentran desorganizados, controlados por sindicatos gremiales inertes o ignorantes de su capacidad de acción, temiendo una represión a gran escala.

A otros simplemente se les lavó exitosamente el cerebro con tantos años de propaganda neoliberal viniendo de todos lados.

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