Por Félix Sautié Mederos.
Crónicas Cubanas
Realización, nuevo orden, familia, patria y jóvenes
Finalizo mis comentarios sobre la Pastoral “La Esperanza no defrauda” con mis sentimientos junto al pueblo mexicano en solidaridad espiritual con su dolor por causa de los desastres naturales que lo han asolado en estos días.
Estamos ante uno de los documentos sobre la realidad cubana más profundos y abarcadores de los últimos tiempos, que en mi criterio debería ser analizado y valorado más allá de las contingencias e incluso de los prejuicios que algunos mantienen sobre la Iglesia. Una de las características esenciales que encuentro en el texto en cuestión es su lenguaje misericordioso, cercano y cargado del amor evangélico. Con ese lenguaje en un estilo sencillo y comprensible los Obispos han recogido anhelos, angustias y sufrimientos esenciales con que vivimos los cubanos en esta época. Antes de exponer lo que me falta por comentar quiero reiterar el carácter trascendental que le concedo, y decir que es una Pastoral conjunta de los Obispos que se plantea para que se mantenga vigente durante un largo período de tiempo como criterio, consejo y/o enseñanza, tal y como ha sucedido con la Pastoral El amor todo lo espera emitida en 1993 cuyos planteamientos en general poseen una vigencia que llega hasta nuestros días.
Los obispos con su lenguaje no ofensivo han puesto sobre la mesa sin cortapisas ni frases de compromiso, muchos de los problemas importantes que sufre la población cubana sin recibir esperanza de soluciones por parte de quienes tienen la obligación de ocuparse de esos asuntos. En esta crónica final al respecto de la Pastoral, quiero referirme a sus planteamientos dirigidos a la necesidad imprescindible de lograr la realización personal; de un nuevo orden político; de un diálogo que abra camino a la esperanza; del papel de Cuba en medio del concierto de naciones; y de la familia y los jóvenes como esperanza de la Patria. No puedo citar todo el texto. Creo que lo importante es incitar a su lectura, estudio y análisis.
La realización personal es una necesidad impostergable actualmente en crisis generalizada, especialmente entre los jóvenes; y los Obispos cubanos plantean que: “Cualquier proyecto social debe abrir espacios a los proyectos de vida personal y familiar de los ciudadanos y deben armonizarse mutuamente. Al no haber correspondencia entre el proyecto social y el personal se genera la frustración, y éste es uno de los factores que potencian el deseo de emigrar…”. Más adelante continúan afirmando también con una cita de la Carta Pastoral El amor todo lo espera del año 1993, que: “…más que medidas coyunturales de emergencia, se hace imprescindible un proyecto económico de contornos definidos, capaz de inspirar y movilizar las energías de todo el pueblo.”; y a renglón seguido, comentan que: “Las aspiraciones de superación personal deben ser alentadas para lograr así una sociedad civil vigorosa que será siempre un bien necesario…”.
En un acápite específico plantean directamente que “Las esperanzas de un futuro mejor incluyen también un nuevo orden político” y afirman con frases explícitas “Como ha venido ocurriendo en el aspecto económico, creemos imprescindible en nuestra realidad cubana una actualización o puesta al día de la legislación nacional en el orden político…” Además continúan precisando que: “Debe haber derecho a la diversidad con respecto al pensamiento, a la creatividad, a la búsqueda de la verdad. De la diversidad surge la necesidad del diálogo”.
De inmediato desarrollan un acápite titulado “El diálogo entre cubanos abre un camino a la esperanza”, en el cual el planteamiento más relevante en mi criterio lo expresan con la cita de una frase del Papa Francisco en Brasil recientemente: “Cuando los líderes de diferentes sectores me piden un consejo, mi respuesta es siempre la misma, diálogo, diálogo. El único modo que una persona, una familia, una sociedad crezca; la única manera que la vida de los pueblos avance es la cultura del encuentro, una cultura en la que todo el mundo tiene algo bueno que aportar, y todos pueden recibir algo bueno a cambio”.
Del acápite titulado “Cuba en el concierto de las naciones: motivo de esperanza” destaco el párrafo que plantea “…el pueblo cubano no puede verse privado de los vínculos con los otros pueblos, que son necesarios para el desarrollo económico, social y cultural”. En cuanto a “la familia y los jóvenes como esperanza de la Patria” expresan que “La familia como institución natural está llamada a ser escuela de humanidad y transmisora de los valores que enaltecen a la persona y la capacitan para una sana y constructiva vida social”. A los jóvenes, entre otras cuestiones importantes, le reiteran el planteamiento de Félix Varela: “No hay patria sin virtud ni virtud con impiedad” y quiero resaltar además la cita que recogen de una frase del Papa Juan Pablo II a los jóvenes cubanos: “…sean fuertes por dentro, grandes de alma, ricos en los mejores sentimientos, valientes en la verdad, audaces en la libertad, constantes en la responsabilidad, generosos en el amor, invencibles en la esperanza…”. Finalmente termina la Pastoral con una frase de esperanza: “El viento que impulsa la nave de la Iglesia es el soplo del Espíritu Santo, quien también la protege, fortalece y santifica. Conducidos así por la gracia de Dios, miramos al futuro con esperanza y “la esperanza no defrauda” (Rom. 5,5).
Finalmente, reitero la conveniencia de su estudio por la significación que tiene. Así lo pienso, así lo afirmo con mis respetos por quien piense diferente y sin querer ofender a nadie en particular. fsautie@yahoo.com
Publicado en Por Esto! el lunes 1 de octubre del 2013.
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=271890
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