Por Alberto Figueiras
Tomado de elguantanamero.blogspot.com
¿Dónde está mi esperanza?
¿Quién divisará para mí la felicidad?
Job 17,15
Por Tirso F.B.
«La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresías»
José Martí
Todavía guardo en mi memoria los retazos fílmicos de un documental de 1959, mostrando al Comandante Camilo Cienfuegos, mandarria en ristre, golpeando los muros del cuartel militar de Columbia, para convertir el cuartel en una escuela, hoy llamada Ciudad Escolar Libertad. Esa escena se multiplicó a todo el país y muchos cuarteles fueron también convertidos en escuelas.
Luego allá por 1970, se comenzaron a construir escuelas en el campo con el esfuerzo de muchos, con el plustrabajo de un pueblo trabajador, yo estudié en varias de ellas, tenía casi 13 años y dándole vueltas a las neuronas, remontándome a mis años de adolecente, veo la imagen del sufrimiento entre el tiempo perdido por el adoctrinamiento insulso, por un mañana y un futuro nunca alcanzado y el duro trabajo agrícola realizado sobre el fango de los surcos, las espinas en las manos, el hambre de la juventud, la promiscuidad de los albergues, escasez de agua, mosquitos, baños fríos y los padres lejanos, allí donde los maestros nos inculcaban y decían se apoyaba la idea martiana del estudio y el trabajo, donde se forjaba al hombre nuevo, para eliminar la costra pertinaz del pasado capitalista que frenaba el desarrollo de la intransigencia revolucionaria, a la luz de hoy, nada nos enseñaron, recogimos desilusión y mucha utopía.
Hoy en pleno siglo XXI, 54 años y algo después, la cúpula castrista mancha esa imagen de Camilo, se rompen las letras y sus sueños, con el desplazar errático de los cambios propuestos por las llamadas reformas del general Presidente que marcha a tropezones, nuestra imaginación vuela en forma de protesta ante la ignominia de ver convertir escuelas en el campo, ESBEC e IPUEC (Ej. Escuela República Popular de Angola) de las antiguas provincias habaneras, en Prisiones y en centros de instrucción policial, instrumentos de los mecanismos de control de la dictadura imperante que sólo generan gastos y gravan el sudor del pueblo trabajador. Esas escuelas fueron cerradas ante el vergonzoso fracaso de aquel experimento y la insostenibilidad económica del proyecto, pero más vergonzoso es el hecho pleno de autotrofismo de convertirlas en prisiones, símbolo de la manifestación gráfica de la desnutrición ideológica y política del propio sistema, extendido como el marabú
¿Qué cubano no se sobrecoge ante esa grosera afrenta, cargada, desdoblada, multiplicada y legitimada de prepotencia gubernamental sin límites?
¿Para que, más prisiones o centros de retención de libertad?
Hoy, pienso que no engañan a nadie, sólo ellos junto a los ilusos y acólitos conforman un ente de la mutación del imperialista coloreado de verdirrojo, que se apropia hasta de la mal llamada , de las que solo se sienten dueños la minoría, los burócratas estatales de discursos ortodoxos estatalistas, para seguir destruyendo la economía del país, sumiendo en un légamo pútrido al pueblo en general, dilapidando recursos por ineptos y hasta la propia vida de la mayoría de los cubanos, con sus regulaciones monopólicas de socialismo de estado, con sus engañifas y falsos lineamientos del centralismo democrático de sus funcionarios tarifados y dirigentes policías, que nos mantienen en el inmovilismo y la desesperanza, que plantean una falsa democracia como si fuera un todo, sin abordar los problemas contemporáneos.
Ejemplo como este hacen ver la ética de la democracia como la incertidumbre del futuro, tener todo un curso reglamentado de sabor amargo y corrosivo, legislado por la cúpula hacia el porvenir, el control de un unipartido, minoría por demás, sobre el curso de la propia vida de todos los cubanos, punto vivo del más reacio vasallaje. Recordemos que Carlos Marx dijo:
«Un ser no se considera a sí mismo independiente si no es su propio amo y es su propio amo cuando debe su existencia a sí mismo».
Marx siguió añadiendo:
«No nos encontramos entre esos comunistas que aspiran a destruir la libertad personal, que desean convertir al mundo en un enorme cuartel o en un gigantesco asilo (….) nosotros no tenemos ninguna intención de cambiar libertad por igualdad».
Lo anterior fue algo que no me enseñaron en esas escuelas y que le serviría de estudio individual a esos que ocultan y secuestran nuestros derechos, a esos que convierten escuelas en prisiones y mancillan la obra y memoria del Comandante Camilo Cienfuegos
La Habana, 14 de febrero de 2013.
pobre Camilo…… le creyo el cuento al que se perdio en el ataque al Moncada…… pobre Camilo.