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Por Julio Tang Zambrana

No tengo ningún problema con afirmar que visito el blog virtual de Cubadebate para buscar información que me permita entender los caminos que transita mi país en estos días. También visito otros que nada tienen que ver con aquel en cuanto a metodología, herramientas y finalidades en el tratamiento de la información, cosa que seguramente hace todo aquel que desea hacerse de una idea más o menos clara de las caras virtuales –lo real hay que presenciarlo personalmente- de sus intereses. Debido a estas dos de mis habituales rutinas me extrañé sobremanera cuando en una mañana reciente, acabado de levantarme de la cama, choco con la introducción a un artículo en el ya citado blog que ayudó al café y acabó de desperezarme. Cito completamente esa introducción, aparecida en la página inicial del blog, las negritas son nuestras:

Extraordinario desmontaje de las mentiras de la bloguera favorita de EEUU, realizado por el brasileño Altamiro Borges, presidente el Centro de Estudios de Medios Alternativos Barão de Itararé. Mimada por la prensa y por los políticos, la bloguera cubana Yoani Sánchez parece ser el arquetipo del periodista independiente con un pensamiento libertario y fuerte liderazgo, experta en casi todo y de una honestidad a toda prueba. Pero un repaso a su historial, particularmente el que silencian las transnacionales mediáticas, dice otra cosa.[1]

Desconozco quién produce las introducciones a los trabajos que se publican en el blog virtual de Cubadebate, pero lógicamente las mismas deben proceder de dos fuentes: el propio sitio o el autor de las publicaciones. Según mi escasa experiencia internética, frecuentemente esas introducciones resultan pequeños extractos del cuerpo del trabajo a publicar; otras veces, como la que citamos, son especiales síntesis de los mismos, y esta es una característica del sitio del que extrajimos la presentación. Pudiera darle lo mismo a cualquiera que sea x autor o la redacción del sitio los que generen esas introducciones mas, cuando los responsables de la segunda se toman el tiempo de crearlas, siendo más fácil reproducirlas, pues es porque creen que lo vale. Y aquí es evidente que las esencias de las publicaciones dejan de llevar el cartelito de “propias de la opinión del autor y que no representan necesariamente las del sitio en que aparecen” –cuestión a nuestro ver un poco paradójica pues sino por qué aparecen en el sitio en primer lugar.

Entonces, al grano: Cubadebate genera esa introducción para presentar un trabajo aparecido en el sitio La Pupila Insomne, blog del periodista cubano Iroel Sánchez, con el título ¿Quién es Yoani Sánchez?[2], en el cual se enlistan variadas reflexiones sobre el accionar y personalidades de dicha bloguera cubana. Desde este mismo momento apuntamos que no vamos a adentrarnos en este pugilato ya rutinario desde hace algún tiempo, hacia ninguna de las dos esquinas. Lo único que nos interesa es el por qué de la aparición de la palabra libertario(a) tanto en la introducción de Cubadebate como en el trabajo de La Pupila Insomne. Este último sitio cita varias fuente para calzar sus tesis, haciendo especial énfasis en tres de ellas: un artículo del periodista brasileño Altamiro Borges[3], una entrevista concedida por Yoani al periodista francés Salim Lamrani[4] y una gacetilla del crítico literario español Ignacio Echeverria[5].  En ninguna de esas tres fuentes aparece la palabra subrayada… sólo advertimos su presencia en la introducción de Cubadebate y en el dossier de La Pupila Insomne, evidentemente en ambos casos introducida por las redacciones de ambos sitios.

Ya a estas alturas de la historia del ser humano es imposible seguir pisando sobre la misma huella de las posibles ingenuidades discursivas y retóricas o la omnipresencia y fatalidad de las enseñanzas de la sabiduría popular sobre la relatividad de la comunicación oral –entender “palabras son sólo palabras” o “las palabras se las lleva el viento”. Trascendiendo la simple necesidad de hacer oíbles nuestros intereses, no es viable negar las realidades del vocabulario humano en el siglo XXI, venga de la cultura que sea. Y en la cultura occidental, de la cual los cubanos formamos parte aunque seamos caribeños y cuya jurisdicción nacional se divida en 15 provincias, la palabra libertario(a) no tiene, que sepamos, demasiadas acepciones ni las mismas son tan amplias como para incurrir en errores garrafales en su utilización. Y en Cuba, el uso de tal término en los últimos 53 años ha sido especialmente escaso por no decir completamente ausente de los discursos públicos. Resulta, entonces, curioso que aparezca de nuevo ahora, utilizado por dos sitios conocidos por su estrecha relación con el Estado cubano y en referencia a una bloguera cubana cuyas posiciones, tanto por sus propios argumentos como por el análisis que de ellos hacen los medios oficiales cubanos, están en plena contradicción con una de las acepciones actuales más aceptadas del término que utilizan para caracterizarla.

Una disección histórica amplia del término que venimos destacando implicaría tiempo, espacio y, tal vez, cierto alejamiento de la meta que nos proponemos en este breve análisis. Sin dejar de ponderar toda necesaria reflexión sobre evoluciones lingüísticas y filosóficas, preferiríamos utilizar axiomas más recientes, depositarias de toda esa tradición pero definitivamente más eficaces en lo que a comunicación en la actualidad se refiere. Aquí va la definición del DRAE[6]:

Libertario, ria: 1. adj. Que defiende la libertad absoluta y, por lo tanto, la supresión de todo gobierno y de toda ley.

Inmediatamente, se hace remisión a:

comunismo libertario

Cuya definición se explicita más adelante, como una especificidad de la más amplia expresión comunismo:

  1. 1.     m. El inspirado en las doctrinas de Bakunin y Kropotkin, anarquistas rusos del siglo XIX, que considera imprescindible la previa destrucción y desaparición del Estado para instaurar el comunismo.

Como se puede observar, la primera opción del más importante diccionario de la lengua castellana es sintetizar en libertario la historia de la praxis e ideología anarquista de izquierda nacida con los rusos Bakunin y Kropotkin, al cual se le añadiría el francés Proudhon. Si, por un lado, se hace imprescindible determinada profundización en la definición inicial –sobretodo en eso de “supresión de todo gobierno y de toda ley”- resulta, por otro lado, realmente aclaratorio y halagador tener el primer puesto en una definición de una institución tan tradicionalmente conservadora como el DRAE, la cual sólo de vez en cuando se hace eco de las numerosísimas novedades de la utilización de nuestro idioma.

Por su parte, el Diccionario de Sociología[7] de los reconocidos sociólogos españoles Salvador Giner y Emilio Lamo de Espinosa, sólo presentan la palabra libertario como adjetivo sinónimo de anarquista en su definición de anarquismo.

Sin embargo, existe al menos otra importante acepción del vocablo, cuya especificidad nace de una diferenciación genérica con otro fenómeno cultural, némesis del mismo paradigma ácrata: el de la anarquía de derecha. En un pequeño artículo que resume el estudio de 17 fuentes bibliográficas, el sitio Wikipedia, verdadero depositario de enseñanzas directas y abiertas al más amplio público, relaciona libertario con fenómenos filosóficos y socioculturales tan antiguos como la Ilustración europea del siglo XVIII, el protestantismo del XIX y el inicial liberalismo capitalista de la misma época[8]. Aunque se apunta la polisemia del término, se concluye por acotar su aceptada utilización actual en contextos políticos y discursos tendientes o explícitamente contrarios a las disímiles dimensiones del autoritarismo, incluso el estatal, siendo la variante anarquista de aquel la más reconocida. En este sentido, lo libertario desde la visión de derecha es el laissez faire capitalista, el sumun del individuo y su privacidad en su lucha constante contra la comunidad, y para ello Wikipedia brinda otra voz, incluso más ambigua y polémica, libertarismo, provocando una separación aun más grande del vocablo inicial.

Teniendo en cuenta este complicado escenario de significados, concepciones y prácticas, y sobre todo concentrados en la búsqueda de una relatividad discursiva que nos aleje de pedanterías deterministas o absolutas, nos hacemos las siguientes preguntas: ¿qué sendero del pensamiento tomaron los redactores de La Pupila Insomne al presentar como libertaria a Yoani? ¿Qué los hizo llegar a semejante conclusión? No sabemos, mas es posible que otros dos términos que aparecen en la misma introducción de Cubadebate, a sólo centímetros de libertario, provean alguna explicación: periodista independiente.

Todo cubano que se precie de estar al tanto de la realidad de su país sabe lo que esas palabras significan. Sabiendo que ningún periodista de ningún país es independiente en ningún sentido[9], la persona del periodista por cuenta propia cubano caracteriza al cronista de la realidad cubana actual, profesional del ramo o no, vinculado a medios de opinión alternativos a los del Estado entre los que se pueden encontrar los blogs o páginas web individuales o colectivas. El Estado cubano ha optado por calificar estas prácticas, y a las personas que las (re)producen, como independientes[10], cuando evidentemente sólo lo son en cuanto no están relacionadas con los supuestos del aparato estatal-partidista que genera, modela y posee la información de sus medios masivos, incluyendo los digitales individuales.

Pero, los cubanos sabemos que el periodismo “independiente” en Cuba es tomado en cuenta fundamentalmente en sus negatividades. O sea, en aquellos aspectos que el Estado y sus ramificaciones mediáticas consideran más fácil, histórica y pragmáticamente utilizables en la búsqueda del mantenimiento de su legitimidad hegemónica: las cuestiones lesivas al ideario y soberanía nacionales y el enfrentamiento a las realsocialistas conceptualizaciones de revolución y socialismo, y en específico aquellas relacionadas con el antagonismo gobierno norteamericano-nación cubana. Yoani, amén de lo abigarradamente simple y pro-capitalista que es su posición, es insertada como la vanguardia de esa práctica periodística independiente. Y, así y todo, es calificada de libertaria, sin ir más allá, por otra persona, esta sí, periodista profesional.

Periodista que, sin embargo, no se preocupa en profundizar en un término por demás complicado y lo utiliza a ciegas, como si no interesara, a él o al posible lector. O peor, como si no hubiera otras personas que, conociendo a qué y quiénes se le llama libertario hoy en día –cuando hasta los capitalistas tienen cuidado en calificarse así, o de anarquistas, y prefieren utilizar otras palabras- fueran capaces de reconocer el por qué de su utilización casi nula en un medio de información vinculado al Estado cubano. Si para este último Yoani no es más que una anexionista de nuevo tipo, defensora del capitalismo, asalariada del imperio norteamericano en su meta histórica de derrocar la revolución cubana, ¿qué hace La Pupila nombrándola además como libertaria?

Pongamos que el objetivo es relacionar a la bloguera con la dimensión ideológica del anarcocapitalismo ya citada. Según el artículo de La Pupila, el término libertaria aparece en una numeración de los falsos atributos que se le aplican, específicamente “Falsa experta y falsa libertaria”, pasando a reproducir una lista de errores e inconsistencias de Yoani aparecidas en la entrevista al periodista francés Lamrani. Se puede llegar a entender con facilidad que la idea de presentar la falsedad como “experta” es evidente, en ello no vamos a hacer hincapié… pero, de nuevo, ¿de dónde sale lo de libertaria? ¿De las mismas propuestas y posiciones de Yoani como “falsa experta”? El trabajo no da más explicaciones o ejemplos.

Estamos de acuerdo, Yoani es partidaria, según sus propias declaraciones, de la construcción de una nueva Cuba, libre en el sentido capitalista. Podríamos estar de acuerdo también en que ese capitalismo sería para ella, en el caso de su versión anarquista, el más liberal posible –en nuestros días, entiéndase neoliberal-, aceptándose que se utilice el vocablo libertario(a) en este sentido[11]. Pero lo que sí no es entendible, a no ser desde una rampante irresponsabilidad o el estímulo manipulador más necio, es dar por hecho, y sin aportar mayores consideraciones, la inserción de un término conocido por su compleja historia y su íntima relación con praxis de profunda raigambre de izquierda sin caer en incongruencias en cuanto a ello.

Para ser más claro: ¿qué necesidad tiene un sitio digital cercano al Estado cubano de calificar a Yoani Sánchez de libertaria cuando el ideario y praxis anarquista históricos también han sido caracterizado utilizando ese vocablo? ¿No les basta a los medios de comunicación estatales de Cuba con llamarla anexionista, capitalista, pro-norteamericana, también deciden llamarla libertaria? Si el objetivo es destacar la radicalidad liberal de la bloguera, ¿por qué utilizar una palabra que casi no existe en el vocabulario del discurso del Estado cubano y sus medios de comunicación desde 1959? Al utilizar esta voz para calificar a una persona de posiciones de derecha el anarquismo de izquierda viene de inmediato a la mente del lector atento. En caso de que sea ese tipo de lector no nos preocuparíamos mucho, pero aquel que no está atento o no sabe a qué se refiere el artículo pues aprende la utilización irresponsable de una palabra, ya sabemos también hasta dónde pueden llegar las prácticas subliminales y el subconsciente humano.

No pretendemos enfrascarnos en disquisiciones estériles acerca de precisiones evangelizantes o buscadoras de pelusas que pueden ser explícitas. Para eso tenemos los debates de la recientemente concluida Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba en la cual varios de cuyos delegados, en los marcos de extrema complejidad y carestía en que se encuentra la sociedad cubana, se regodean en reflexionar sobre la importancia de palabras como diálogo[12]. Bueno, evidentemente, tanto diálogo como libertario tienen connotaciones muy imprecisas para el Estado cubano, sin embargo una es aceptada después de horas de discusión…la otra es mangoneada a diestra y siniestra sin apenas una muestra de humilde y honesto sonrojo.

Aplaudimos el derecho de cualquier persona jurídica a utilizar en sus discursos el vocabulario que estime más afín, pero al mismo tiempo destacamos la exigencia de darle a las palabras la importancia que requieren y el rescate de voces que han sido objeto de desprestigio histórico por la actuación de los Estados. Y aconsejamos a La Pupila Insomne… cuidado con lo que habla.


[1] http://www.cubadebate.cu/categoria/noticias/, http://www.cubadebate.cu/noticias/2012/01/30/quien-es-yoani-sanchez/. En el lapso de sólo unas horas, de la mañana a la noche del mismo día en que lo divisamos, el titular del artículo fue cambiado de la página principal del sitio a la inicial columna lateral derecha donde se muestran los, tal vez, más destacados trabajos publicados. En dicha columna es imposible acceder a la introducción citada, la que sí puede leerse al tomar los atajos de las categorías bajo las que es presentado: “Noticias”, “Manipulación y mentiras mediáticas” y “Medios”. 
[2] http://lapupilainsomne.wordpress.com/2012/01/29/quien-es-yoani-sanchez/#more-22071 . En este trabajo nos referiremos, por razones obvias de compartimentación de la redacción y en el caso de ser necesario, tanto a Yoani Sánchez como a Iroel Sánchez por sus respectivos nombres de pila, lo que no debe confundirse en ningún momento con apreciaciones o cercanías hacia dichas personas. De Yoani, lo único que nos interesa es analizar lo que de ella dice, y el cómo y el por qué también, el Estado cubano. En cuanto a Iroel, sólo nos interesa lo que de Estado tiene La Pupila Insomne.
[3] http://altamiroborges.blogspot.com/2012/01/yoani-sanchez-blogueira-ou-mercenaria.html. El artículo está escrito en portugués pero después de una atenta lectura la palabra aludida brilla por su ausencia. 
[4] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=104205
[5] http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/04/30/indigencia-de-un-intelectual-en-la-red/
[6] http://buscon.rae.es/draeI/
[7] Giner, Salvador, Emilio Lamo de Espinosa y Cristóbal Torres (eds.). Diccionario de Sociología. Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2001.
[8] http://es.wikipedia.org/wiki/Libertario
[9] El periodista en sí viene a estar relacionado con algún órgano de prensa, ya sea plana, radial o digital, por lo cual es un asalariado, dependiente de las normas y posiciones ideopolíticas de esas instituciones.
[10] A este vocablo se le puede añadir otro, popularizado peyorativamente por el mismo Estado: disidente. Ambas palabras se presentan normalmente juntas o incluso como sinónimos, provocando un enredo lingüístico –cuando sus significados no vienen a ser totalmente identificables- que sólo tiene explicación y sentido desde el punto de vista de los intereses estatales.  
[11] Las culturas políticas de Gran Bretaña y EE.UU. se hacen eco de la existencia de varias organizaciones políticas y cívicas en las cuales la palabra libertario(a) aparece no sólo en su nombre, sino temabien en todo el cuerpo filosofico de las mismas, llevando hasta las últimas consecuencias los supuestos individuales en las sociedades de mercado.